La escalada de tensión entre el régimen chavista y España —segundo país que más invierte en Venezuela— se agravó ayer, luego de anunciar el gobierno del socialista Pedro Sánchez que no acatará el dictamen del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) del país sudamericano, que horas antes emitió una orden de captura contra el líder opositor Leopoldo López, refugiado en la residencia del embajador español desde el martes, día del fallido golpe de Estado.

En un comunicado desde Madrid, el gobierno en funciones del socialista Pedro Sánchez señaló que “España no tiene intención” de entregar a López, quien cumplía en arresto domiciliario una condena de 14 años de cárcel, impuesta por un tribunal chavista por incitar a la rebelión contra el gobierno de Nicolás Maduro.

España, añade la nota oficial, recuerda que López, su esposa Lilian Tintori y su hija de 15 meses “se encuentran en la residencia del embajador de España en Caracas (Jesús Silva Sánchez) por voluntad propia”.

Asimismo, advierte contra un posible asalto a la sede diplomática, señalando que España “confía en que las autoridades venezolanas respeten la inviolabilidad de la residencia del embajador español”.

El máximo tribunal venezolano ordenó la vuelta a la cárcel de López —líder de Voluntad Popular, el partido en el que también milita Juan Guaidó— por “violar flagrantemente” el arresto domiciliario y la prohibición de hacer pronunciamientos políticos a medios de comunicación.

“Me reuní con generales”. Tras agradecer al gobierno español por no entregarlo al régimen, López salió a la puerta de la sede diplomática para hablar con los periodistas allí reunidos, a los que aseguró que los militares acabarán por abandonar a Maduro, más pronto que tarde.

“Claro que van a venir más movimientos militares. Créanme algo: la fisura que se abrió el día 30 de abril es una fisura que se va a convertir en una grieta, y esa grieta va a terminar rompiendo el dique en las próximas semanas”, aseguró, pese a que ayer mismo la Fuerza Armada en pleno ratificó su subordinación al líder chavista.

Sobre el fallido golpe, aseguró que no fue “improvisado”. “Nos hemos preparado para esto”, dijo y puso como prueba que en el último mes sostuvo reuniones en su domicilio “con comandantes y con generales” de la Fuerza Armada.

“Yo les puedo decir que lo que comenzó el 30 de abril es un proceso que es irreversible”, insistió.