Opinión

Reconstruir con igualdad

Reconstruir con igualdad

Reconstruir con igualdad

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
Una voz consistente durante la pandemia con su llamado a la solidaridad y la construcción de un mundo mejor, es la del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien ha solicitado reiteradamente a los actores políticos, económicos y sociales mundiales a replantearse la cooperación internacional, privilegiar la solidaridad y acordar un alto al fuego en todos los conflictos internacionales. Y ha propuesto buscar la igualdad como premisa de una nueva normalidad ante la crudeza de la crisis sanitaria global.

A lo largo de varias colaboraciones hemos insistido en el argumento de que si bien el SARS-CoV-2 teniendo un poder igualador en cuanto a su propagación en el cuerpo humano, sin distinción de condiciones sociales, sus efectos económicos y sociales, y en el estado de la salud pública, sí que ha remarcado las fuertes diferencias existentes entre los individuos y grupos sociales. La epidemia ha subrayado la inequidad prevaleciente en las sociedades nacionales y en el sistema internacional.

De acuerdo con expertas del FMI, la pandemia de la COVID-19 está devastando los mercados laborales de todo el mundo, al sostener “que el impacto sobre los trabajadores con bajos ingresos y empleos precarios podría ser especialmente grave, ampliando las desigualdades ya existentes en las sociedades." La conclusión es obvia para ellas: la crisis sanitaria aumentará la desigualdad de ingresos. (Mariya Brussevich, Era Dabla-Norris y Salma Khalid, “El teletrabajo no es una opción para los pobres, los jóvenes y las mujeres", 9julio2020, https://news.un.org)

La disyuntiva es compleja pues ante la inexistencia de medicamentos y vacunas para erradicar la COVID-19, el mecanismo más efectivo para su contención es el confinamiento. Después de meses de aislamiento -con ritmos y tiempos distintos- en todos los países, pareciera claro que a mayor confinamiento de una sociedad mayor la parálisis económica de un país con el consecuente agravamiento de la desigualdad, incluso en aquellas naciones más desarrolladas con economías y sistemas de salud pública más robustos -que por lo demás, no dejan de ser un puñado. La historia se replica en el interior de las sociedades a partir de esos parámetros como agua que se derrama a arriba hacia abajo. Los gobiernos nacionales en general han propuesto reaperturas graduales para paliar la caída en picada de sus economías, al tiempo de insistir en la importancia de las medidas sanitarias preventivas.

En reciente intervención, si bien referida a la región latinoamericana, pero que puede extenderse al resto del mundo dadas las disparidades vigentes, Guterres señaló que “las provisiones para capear esta crisis deben diseñarse con la meta de transformar el modelo de desarrollo vigente y reconstruir una economía más igualitaria que impulse el crecimiento y el bienestar." Para el funcionario internacional “la pandemia causará la mayor contracción económica en un siglo en la región. Aumentarán el desempleo, la pobreza extrema y la desigualdad, al tiempo que las mujeres y los pueblos indígenas sufrirán desproporcionadamente en una región de inequidades profundas." Los datos que aporta son preocupantes: el decrecimiento del PIB latinoamericano alcanzará un 9.1% en 2020, de 2019 a 2020 el desempleo pasará de 8.1% a 13.5%, lo que equivale a más de 44 millones de personas sin trabajo, la tasa de pobreza subiría un 7% para llegar a 37.2% de la población, es decir 230 millones de personas vivirán en situación de pobreza, mientras que 96 millones estarán en pobreza extrema. (“Reconstruir mejor tras la crisis del COVID-19 significa reconstruir con igualdad", 9julio2020, https://news.un.org/)En cuanto a la situación internacional, Philip Alston, relator especial sobre extrema pobreza y derechos humanos de la ONU, estima que la pandemia sumirá “a más de 70 millones de personas adicionales a la pobreza extrema y a otros centenares de millones más en el desempleo y en la pobreza." Argumenta que son 250 millones de personas las que enfrentan riesgos agudos de hambre. Y no es que antes fuera mejor. Alston indica que “la economía mundial se ha duplicado desde el final de la Guerra Fría y sin embargo la mitad del mundo vive con menos de 5.50 dólares por día, mientras los beneficios del crecimiento han ido en gran medida a los más ricos." (Gustavo Capdevilla, “La pobreza mundial, mucho más cruda de lo creído, Inter Presse Service, 7julio2020, http://www.ipsnoticias.net/)

Reconstruir con igualdad debe ser la premisa.