Escenario

Esto no es Berlín, un viaje en el tiempo al México postpunk de los 80

Entrevista. Hari Sama comparte con Crónica detalles del filme mexicano que llega a las salas de cine comerciales este fin de semana tras triunfar en Sundance, Málaga y Morelia

Entrevista. Hari Sama comparte con Crónica detalles del filme mexicano que llega a las salas de cine comerciales este fin de semana tras triunfar en Sundance, Málaga y Morelia

Esto no es Berlín, un viaje en el tiempo al México postpunk de los 80

Esto no es Berlín, un viaje en el tiempo al México postpunk de los 80

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Entre el postpunk como soundtrack y la contracultura radical, el cineasta Hari Sama nos lleva al México de los años 80 en su cuarto largometraje Esto no es Berlín, uno de los filmes mexicanos más destacados del año desde su estreno en el Festival de Sundance, hasta su paso por el Festival Internacional de Cine de Morelia y la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional. Ahora, este fin de semana, llega a la cartelera comercial.

“Es una película fuertemente inspirada en mi propia vida, cosas que me tocaron vivir en los años ochenta. En esos años había una desconexión muy grande entre las personas mayores y los chavos, eran mundos muy diferentes. Quería hacer una película donde los personajes tuviesen que luchar para descubrir quiénes son”, expresó el cineasta Hari Sama, en entrevista con Crónica.

El filme cuenta la historia de Carlos, un joven de 17 años —proyección de la vida de Hari Sama— quien por circunstancias familiares y culturales, termina por encontrar el submundo de los excesos y el arte, ambos aspectos destinados a mezclarse dentro de la rechazada escena artística underground.

“Creo que en el cine lo más importante es poder dialogar con el otro desde ese lugar, desde donde dices ‘es aquí donde soy frágil y por lo tanto es desde aquí de donde es interesante poder comunicarte’. Además, mis cicatrices me mandaban necesariamente a esa época”, dijo, justificando la temporalidad en la que se desarrolla la película.

“Por otro lado, fue una época súper potente; realmente de los ochenta en México se habla muy poco y por eso me pareció importante ponerlo en una película, porque se sabe poco siendo que fue cuna de artistas como Gabriel Orozco o Francis Alÿs, así como de un montón de gente que, si bien no explotaron su carrera en ese tiempo, ya eran jóvenes exponiendo clandestinamente”, aseguró.

El filme se desarrolla a las puertas de la Copa Mundial de Futbol de 1986. Carlos está más interesado en escuchar música y admirar a Rita, la hermana de su mejor amigo, Gera. Su vida monótona termina cuando la banda gótica de Rita les introduce a un club nocturno clandestino, El Azteca. Ambos quedarán embelesados con este mundo de performances, ambigüedad sexual y drogas. Sin embargo, en esta exploración de sus nuevas identidades, también se pondrá a prueba su amistad.

El contexto histórico hace que el filme tome en cuenta referencias importantes del mundo artístico que se convirtieron en pilares de la cultura mexicana actual: “En ese tiempo todo el mundo estaba viendo el Mundial, la sociedad estaba más hipnotizada que ahorita. En los ochenta nadie se preguntaba nada, sólo veían Siempre en Domingo y escuchaba lo que le ponían”, recordó Hari Sama.

Es por eso que Esto no es Berlín, se yergue como una de las historias que a través de una doble lectura expone las consecuencias de la censura y la falta de oportunidades que tenían las distintas expresiones artísticas durante la década de los ochenta.

“Es un tiempo en el que México todavía venía heredando una dictadura muy cerrada, resultado del 68 y de los setenta. En los ochenta seguía este eco que hacía que fuera casi imposible para los jóvenes hacer nada de manera pública o masiva, no había conciertos de rock como ahora, los espacios eran exclusivos, así como las galerías y los museos. Realmente no había apertura para cosas nuevas, no había cine, se hacían escasamente ocho películas al año”, argumentó.

El director espera que su película haga una conexión especial con el público joven, “creo que los millenials y la generación equis son una generación espejo; lo que las personas adultas dialogábamos hace años, ahora las nuevas generaciones lo hacen, la diferencia es que hay más espacio para ese diálogo. Al ver la película, los jóvenes pueden entender de donde vienen todo eso que ahora ellos hacen, como ser abiertamente gay, ponerse aretes o esas cosas”, dijo.

La película también se ha presentado en diferentes festivales importantes de cine alrededor del mundo como en Málaga, España recabando muchas críticas buenas y grandes reacciones. “Ha tenido un recibimiento muy cabrón, nos ha ido muy bien. Hay un paralelismo muy grande. Las generaciones de distintos países se parecen, piensan muy parecido. Mi película al final de cuentas hace referencia a la comunidad LGBT y la han hecho suya pero no sólo aquí sino en Estados Unidos, son cosas muy bonitas. El universo sorprende muchas veces y a mí me pasó con esta película que yo hice desde muy dentro de mí. Plasmar mi esencia que es honrar al gran maestro que es el dolor y saber que siempre hay luz”, finalizó el director.

La cinta cuenta con grandes actores, entre ellos Marina de Tavira, Ximena Romo y Xabiani Ponce de León. La noche de ayer se dio el estreno oficial de Esto no es Berlín en las salas comerciales, un documento que refleja la lucha interna que los adolescentes de la época de los 80 tuvieron que afrontar para sembrar la semilla de lo que hoy millones de jóvenes gozan.