Metrópoli

"¡Esto no sabe a Semana Santa!"

Vecinos de los Ocho Barrios vivieron con melancolía y tristeza el Jueves Santo; se conformaron con seguir la transmisión por televisión de los pasajes bíblicos.

Vecinos de los Ocho Barrios vivieron con melancolía y tristeza el Jueves Santo; se conformaron con seguir la transmisión por televisión de los pasajes bíblicos.

"¡Esto no sabe a Semana Santa!"

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El Centro de Iztapalapa amaneció ayer, Jueves Santo, nostálgico. “Es un día común y corriente… ¡Esto no sabe a Semana Santa!

Por primera vez en 177 años, no se siente el ambiente semanamantero. No hay oficiales romanos ni sus caballos en las calles, tampoco nazarenos ni vírgenes de pueblo. La estructura de los escenarios que serían utilizados para la Última cena, el Lavatorio de pies, el Concilio… quedaron pelones, después del anuncio de la modificación de la Pasión por cuestiones de prevención por la pandemia de coronavirus. Solo sirvieron para que los policías, quienes resguardaron el sitio de los curiosos, se cubrieran del sol.

Aunque los vecinos de los Ocho Barrios se levantaron temprano para barrer el camino o colocar adornos de luto en las paredes, la emoción, de ver a Mauricio Luna, quien este año fue elegido para representar a Jesús, no se percibió. Pasó el medio día y todo estaba muerto.

Lo único que sacudió las emociones fue la presencia policiaca y de servidores públicos.

La alcaldía Iztapalapa mantuvo confinada la Catedral de la demarcación, donde se escenificaron a puerta cerrada los pasajes bíblicos correspondientes al Jueves Santo.

Cerraron la calzada Ermita Iztapalapa Baja durante varias horas y hubo vigilancia policial a pie para evitar aglomeraciones de personas en torno al santuario y prevenir contagios de coronavirus.

Mientras los actores se preparaban para desempeñar su papel, que fue transmitido por los canales de televisión gubernamentales, personal de la alcaldía les pedía someterse a las medidas de prevención sanitaria a su ingreso al atrio de la Catedral.

Hubo gente que les tomaba la temperatura y les aplicaba cuestionarios sobre su estado de salud, lavado de manos y aplicación de gel desinfectante.

En las escenas de la Oración del Huerto, la Ultima Cena y la Aprehensión de Jesús participaron 25 personas.

A un costado del Auditorio de la alcaldía no se instaló el tianguis del barro. Estuvo desolada el área, que todos los años se atiborraba por la llegada de cientos de visitantes, vecinos y servidores públicos, que hacía compras para todo el año.

Los 70 caballos que el agrupamiento de la Policía Montada presta para la escenificación a los vecinos romanos se quedaron en las caballerizas de Cabeza de Juárez. “Creo que es lo que más se extrañó”.

Vecinos aseguran que “el clímax, los helicópteros, la presencia de reporteros y extranjeros” hicieron más triste el momento, pero sobre todo no escuchar la “Marcha Dragona”, melodía que fue adaptada para dramatizar la Pasión y que este año “no nos hizo erizar la piel”.

havh