El gobierno de Estados Unidos se mostró este miércoles “profundamente preocupado” por la presencia del ejército chino desde el martes en la ciudad de Shenzhen, situada a 30 kilómetros de la frontera con Hong Kong.

Por otra parte, el Departamento de Estado de EU condenó también el carácter violento que están tomando las protestas en el territorio autónomo, sobre todo, después de que los manifestantes tomaran el aeropuerto internacional de Hong Kong durante el lunes y el martes.

Por ello, la diplomacia estadunidense instó “a todas las partes” a moderar sus posiciones, aunque aseguró que apoya la libertad de expresión y de reunión pacífica en Hong Kong.

INVITACIÓN. En la noche, el presidente de EU, Donald Trump, invitó a su homólogo chino, Xi Jinping, a reunirse para dialogar sobre la crisis: “No tengo ninguna duda de que si el presidente Xi quiere resolver el problema de Hong Kong rápida y humanamente, lo puede hacer”, escribió en Twitter.

REGRESO AL CENTRO. Entre tanto, tras dos días en que el aeropuerto de Hong Kong tuvo que cancelar todos los vuelos, una orden judicial temporal obligó a los manifestantes que ocupaban sus instalaciones a abandonar la protesta, lo que el aeropuerto celebró.

Tras el fin de esta protesta, un colectivo de manifestantes pidió disculpas a los viajeros afectados: “Les pedimos que entiendan y nos perdonen mientras los jóvenes de Hong Kong seguimos luchando por la libertad y la democracia”.

En paralelo, las protestas, con menor intensidad, regresaron al centro de la ciudad, donde de nuevo hubo enfrentamientos con la policía.