La vacuna contra la COVID-19 elaborada por la farmacéutica anglosueca AstraZeneca, en colaboración con la Universidad de Oxford, está en el ojo del huracán, luego de que las cuatro naciones más grandes de la Unión Europea -Alemania, Francia, Italia y España- se sumaran este lunes a la decisión de una docena de países -todos del viejo continente- de suspender la campaña con esta fórmula, al menos hasta que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no dé garantías de que no es la causante directa de la trombosis en una treintena de vacunados, con el resultado de al menos tres muertes. Se espera que el organismo regulador europeo se pronuncie este mismo jueves.

El relato de cómo AstraZeneca ha pasado de ser una de las grandes esperanzas -gracias a que es más barata y fácil de transportar ya que no necesita una alta refrigeración- a situarse en el ojo del huracán comenzó el jueves pasado, cuando Austria anunció que interrumpió la campaña con la fórmula británica, luego de que tres vacunados presentaran trombosis y uno de ellos muriera.

Ese mismo jueves, una anciana danesa y tres trabajadores sanitarios jóvenes de Noruega que recibieron la inyección de AstraZeneca fueron hospitalizados con casos graves de hemorragia cerebral y coágulos en la sangre. La mujer danesa murió y poco después una enfermera noruega. Tras cotejar datos, los dos países escandinavos anunciaron el sábado que interrumpían AstraZeneca. Ese mismo día se sumaron Austria, Luxemburgo, Islandia, Irlanda y las naciones bálticas.

Pero el golpe final llegó este lunes, cuando, tras anunciar Italia varios casos de vacunados con trombosis y dos muertes sospechosas, los gobiernos de Berlín, París, Roma y Madrid se sumaron al veto, causando malestar en Londres por la maniobra de sus exsocios de la UE contra su vacuna, y causando perplejidad en la prensa británica, que no se explica una decisión tan drástica y contra el propio criterio de la Organización Mundial de la Salud.

“Trombosis ocurren todos los días”.

Tras la alarma social generada, la OMS pidió no entrar en pánico sin motivos, ya que podría desanimar a mucha gente a vacunarse. "Por supuesto que debemos hacer un seguimiento de todo lo que ocurre, pero no hay motivos de pánico. Nosotros recomendamos que los países continúen vacunando con AstraZeneca", declaró la científica jefa de la OMS, Soumya Swaminathan.

Según la experta, “la gente sufre de eventos tromboembólicos que provocan muertes cada día; la cuestión es si estos tienen que ver con la vacuna. Los expertos han analizado los datos y hasta el momento no hemos encontrado una asociación con la vacuna", comentó y subrayó que, de los más de 17 millones de vacunados con AstraZeneca en todo el mundo, sólo se reportaron una treintena de casos de trombosis y tres muertes. De hecho, añadió la dirigente de la OMS, "no hay ninguna muerte documentada que se haya relacionado con ninguna de las vacunas contra la covid-19", como la rusa Sputnik-V, las chinas Cansino y Sinovac, las estadunideses Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.

Por su parte, Ann Taylor, portavoz de AstraZeneca, emitió este lunes una nota de prensa para garantizar que su vacuna no sólo es totalmente segura, sino que “en los ensayos clínicos, aunque el número de acontecimientos trombóticos fue pequeño, esta cifra fue más baja en el grupo vacunado”.

Además, destacó que el impacto mediático mundial de la actual pandemia está resaltando cada vacunado de COVID con una reacción adversa, cuando, si ocurre con otras vacunas, como la del sarampión o la influenza, no sería noticia. “La naturaleza de la pandemia ha hecho que se preste una mayor atención a los casos individuales'', declaró.

México sigue… y quiere más.

Tras la ofensiva europea, criticada con dureza por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, México y el resto de países latinoamericanos que ya empezaron a vacunar con AstraZeneca anunciaron que no suspenderán la campaña y seguirán la recomendación hecha por la OMS.

“Nos vamos a ajustar a lo que también emita como resolución la Organización Mundial de la Salud”, declaró el presidente Andrés Manuel López Obrador.

México tiene un acuerdo con AstraZeneca por 77.4 millones de vacunas, mientras que acordó con Argentina la fabricación y envase del fármaco, hasta alcanzar una cifra de 250 millones de dosis, para ser distribuidos en América Latina. El canciller Marcelo Ebrard dijo que espera que estén listas las primeras dosis para finales de este mes, con la sustancia a granel producida en Argentina y envasada en el laboratorio Liomont, en Ocoyoacac, Estado de México.

Por otro parte, la subsecretaria para Asuntos Multilaterales de la cancillería mexicana, Martha Delgado, aseguró que, dado que Estados Unidos aún no ha aprobado la vacuna de AstraZeneca, pero tiene dosis almacenadas, sería una buena candidata para ofrecerla a México, que ya ha comenzado a utilizarla.

Si se descarta en los próximos días el peligro de trombosis y persiste la histeria europea, las potencias del viejo continente podrían mostrarse solidarias y entregar sus millones de dosis almacenadas a los países más vulnerables. Harían un favor al mundo.

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