El expresidente de Bolivia, Evo Morales, inicia una nueva vida como refugiado político en México, tras aceptar el asilo que le concedió “por razones humanitarias” el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

“Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía”, escribió en Twitter.

Un avión de la Fuerza Aérea mexicana vuela vía Lima para llevar a Morales a México, que le concedió asilo.

Morales publicó en Twitter una fotografía echado en el suelo sobre una cobija desde un lugar sin especificar, en un mensaje en el que agradeció el apoyo de los sindicatos cocaleros a los que nunca dejó de pertenecer durante su presidencia.

“Su vida corre riesgo”. Desde México, el canciller Marcelo Ebrard explicó que solicitó al Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia un salvoconducto para que Morales salga del país, y evocó la tradición mexicana de ofrecer “protección a los perseguidos políticos”.

En este sentido, Ebrard puntualizó que en términos de la legislación vigente, la cancillería mexicana previa opinión de la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero “ha decidido concederle asilo político al señor Evo Morales por razones humanitarias y en virtud de la situación de urgencia que se enfrenta en Bolivia en donde su vida y su integridad ­corren riesgo”.

En ese mismo sentido, indicó que ya había informado al Senado de la República el desarrollo de estos hechos, dada la relevancia para nuestra política exterior, por lo que solicita el respaldo de la Cámara alta, al tiempo que se procederá de inmediato “a informar al Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia para que bajo el derecho internacional proceda a otorgar el correspondiente salvoconducto y la seguridad es así como garantías de que la vida integridad personal y libertad del señor Morales no serán puestas en peligro y que podrá ponerse en seguridad”.

Toque de queda. Militares y policías bolivianos salieron a patrullar las calles en diversas ciudades bolivianas para frenar el vandalismo, sumido en el caos tras la caída del presidente.

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, el mismo que “sugirió” a Morales renunciar a la Presidencia, confirmó que las Fuerzas Armadas de Bolivia resolvieron realizar “operaciones conjuntas” con la Policía Boliviana después de que esa fuerza les informara que había sido “rebasada” por los vándalos que desde la noche del domingo causaron zozobra en urbes como La Paz y El Alto.

El general Kaliman explicó que la decisión cumple con la misión constitucional de la institución castrense y busca “evitar sangre y luto a la familia boliviana, empleando en forma proporcional la fuerza contra los actos de grupos vandálicos que causan terror en la población”.

“Nunca las Fuerzas Armadas abrirán fuego” contra la población, agregó y reiteró su llamado “a la cordura y la paz de nuestra amada Bolivia”.