Cultura

Exhibe el Munal obra maestra de Rubens: El martirio de San Andrés

La pieza de Peter Paul dialoga con las creaciones de maestros novohispanos que revelan cómo la plástica europea tuvo una influencia sustancial en los cánones estéticos nacionales: Carmen Gaitán

La pieza de Peter Paul dialoga con las creaciones de maestros novohispanos que revelan cómo la plástica europea tuvo una influencia sustancial en los cánones estéticos nacionales: Carmen Gaitán

Exhibe el Munal obra maestra de  Rubens: El martirio de San Andrés

Exhibe el Munal obra maestra de Rubens: El martirio de San Andrés

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La pintura de gran formato El martirio de San Andrés de Peter Paul Rubens (1577-1640) se exhibirá en el Museo Nacional de Arte hasta el 8 de diciembre. Esta pieza entra en diálogo con la colección de arte novohispano que tiene el recinto. “Hay que resignificarla, es decir, tender puentes con sus maestros; así, Miguel Cabrera y Cristóbal de Villalpando darán cuenta de que la influencia fue primordial para imponer los cánones estéticos y barrocos que venían de Europa”, dijo Carmen Gaitán, directora del museo.

“A partir de la construcción de un calvario que trabajó para la catedral de Amberes, ciudad en la que fallece en 1640, la resignifica, le da una nueva puesta en valor a aquella composición que había sido tan exitosa para retratar el martirio de San Andrés”, dijo en conferencia de prensa el curador ­Héctor Palhares Meza.

Este óleo, considerado la obra maestra de Rubens y cuya altura supera los tres metros, fue encomendado por el mercader flamenco Jan van Vucht y realizado por el artista meses antes de su fallecimiento.” Esta obra demuestra la madurez de Rubens luego de 35 años de carrera, no sólo cómo artista sino como diplomático, ya trabajó al servicio de varias monarquías en Europa, como la española, la francesa o la inglesa.

El Martirio de San Andrés retrata la muerte de uno de los apóstoles de Jesús, en la ciudad de Patras, Grecia, luego de negarse a adorar a los ídolos paganos, escena común en aquella época ante la difusión del cristianismo. San Andrés fue condenado a morir crucificado por el procónsul Egeas; sin embargo, “no podía morir como Jesús en la cruz tradicional, sino como San Pedro, crucificado de cabeza; así experimentaría su martirio en una cruz decussata, en forma de aspa o de equis, para prolongar su agonía, dolor físico y la ruptura de sus articulaciones”.

“La escena se compone con una mujer en el plano bajo, Maximila, esposa del procónsul convertida al cristianismo por el propio Andrés, quien aboga a su marido, retratado sobre un caballo, la liberación del santo y el término de su suplicio. Asimismo, se ve a los soldados que sujetan a San Andrés y en el plano superior a dos ángeles”.

Cuando el procónsul Egeas, explicó, ablanda su corazón y habla con los soldados que sujetan al santo a la cruz, la mirada del santo ya está puesta en el cielo, esperando la redención de vida ultraterrena y dice: “Me esperan en el cielo, ya no me desaten”. Al tercer día de agonía, expiró en la cruz.

En esta pieza se encuentran varios personajes en torno a San Andrés, sin embargo, según la reproducción del dibujo preparatorio que Rubens ejecutó entre 1636 y 1639, no se incluyeron en su totalidad a la obra. “Como diría Fernando Checa, investigador emérito de la Universidad Complutense de Madrid y exdirector del Museo del Prado: Se trata de una obra que pone frente a frente al cielo y a la tierra, recordó Palhares Meza.

“A pesar de que los temas religiosos obedecieron a una temática y sensibilidad propia de una época, es importante resaltar la influencia de ese artista y de composiciones tan ejemplares como El Martirio de San Andrés, en la plástica virreinal. Rubens no es un artista agotado. Es un gran maestro por su influencia y presencia en la expresión artística”.

No olvidemos, puntualizó, que a través de los dibujos y estampas de Rubens que venían acompañando el ajuar de religiosos, dominicos, agustinos y franciscanos, así como en los libros que se vendían en el actual Zócalo de la Ciudad de México, sirvieron como modelo de distintos artistas como Cristóbal de Villalpando, Baltazar de Echave y Rioja y José Juárez, entre otros, para configurar lo grandes temas de la pintura religiosa virreinal.

► El martirio de San Andrés de Peter Paul Rubens puede visitarse en el Museo Nacional de Arte hasta el 8 de diciembre. El costo del boleto es de $70 pesos.