La obra de Diego Rivera (1886-1957) y Frida Kahlo (1907-1954) se presentará de manera conjunta en la muestra Diego & Frida. 25 años en El Olmedo, a partir de hoy. La exhibición reúne 47 obras que abarcan el trabajo de ambos artistas en diversas facetas, tanto como pareja artística y amorosa, como individualmente.

“Estamos presentando a Diego y Frida en un mismo muro para que veamos cómo los dos artistas coparticiparon, convivieron y son originales en sí mismos. Han dicho que Frida copiaba a Diego o que Diego hacía los cuadros de Frida, y tratamos de quitar esas impresiones”, señaló en conferencia Carlos Philips, director del Museo Dolores Olmedo, ahora sólo El Olmedo.

Los muros del museo exhiben 27 obras de Diego Rivera y 20 de Frida Kahlo, las cuales, explicó Josefina García, directora de Colecciones y Servicios Educativos,  generan un diálogo de grandes maestros en la pintura. “Cuando observas y comparas la obra de ambos, ahí salta que los dos eran extraordinarios pintores”.

“A veces a Frida se le ha tildado como una artista menor, cuya pintura no era tan buena, se dice que lo que más llama la atención  en su trabajo es la temática, el sufrimiento y el accidente que tuvo, pero poco se habla de su meticulosidad en la pincelada y el logro que alcanzó en el manejo de la técnica plástica”, agregó.

Además, García señaló que durante la exposición —que permanecerá hasta abril de 2020— se pueden identificar momentos de coincidencias plásticas en las obras ambos artistas, aún antes de haberse conocido. “Hay influencias de los artistas que cada uno conoció. Diego, siendo muy joven y estudiando arte en Europa; y Frida, después del accidente, estando en cama, acudiendo a otros artistas y leyendo. Estás influencias se manifiestan en sus pinturas”.

La obra que recibe al público es Diego y yo, en la cual Frida retrata la complicidad de pareja a través de colocar la mitad de su rostro junto a la de su esposo; pieza que da paso al Autorretrato con chambergo, hecho por Diego Rivera en 1907, bajo la corriente del realismo español, y Autorretrato con changuito,  realizado en 1945, en el cual Kahlo integra todos los elementos en su pintura.

Además, se muestran las obras con las que cada artista se reconoció a sí mismo como  pintor, en el caso de Rivera, en El Matemático de 1917; en el de Frida, el Retrato de Alicia Galant  de 1927. Esto, explicó la experta, según la lista que entregó Diego Rivera a Dolores Olmedo en 1955, en la que, sobre dicha obra, escribe: Una de mis mejores obras de arte, la mejor; por su parte, Frida anotó al reverso del retrato: Mi primera obra de arte.

Posterior a este primer diálogo, se puede apreciar el desarrollo artístico que tuvieron como pareja, así como espacios dedicados a sus obras en solitario y objetos prehispánicos que Dolores Olmedo adquirió bajo la influencia de Diego Rivera. “Hay una sala dedicada exclusivamente a la pintura de gran formato de Diego Rivera y una sala dedicada a la parte dramática de la pintura de Frida Kahlo.”

Esta exhibición se enmarca en la celebración de los 25 años de El Olmedo, recinto que resguarda la colección más grande de Rivera y Kahlo y que a lo largo de su vida ha realizado más de 40 exposiciones en el extranjero.