Facebook anunció este jueves que ha bloqueado permanentemente, tanto en su plataforma como en Instagram, también de su propiedad, a seis líderes de opinión y una organización vinculados a posiciones de ultraderecha al considerar que “fomentan la violencia”.

La compañía, con sede en California, consideró que Alex Jones y su plataforma InfoWars, Louis Farrakhan, Paul Nehlen, Milo Yiannopoulos, Paul Joseph Watson, Laura Loomer son “individuos u organizaciones peligrosas” que “promueven una empresa violenta”, algo prohibido por sus estándares de uso.

El estadunidense Alex Jones es famoso por difundir teorías conspirativas en la página web y el ­podcast que él mismo fundó, especialmente por defender que el tiroteo de 2012 en la escuela primaria Sandy Hook, en el que murieron 20 niños y 6 adultos, fue una “farsa”.

Jones e InfoWars ya fueron suspendidos en Facebook durante un tiempo el año pasado, y tampoco se les permite expresarse a través de Youtube, Twitter, Periscope o las plataformas de Apple.

El resto de vetados son figuras que se han creado un nombre en internet como polemistas que en muchas ocasiones atacan aquello que ellos consideran “corrección política”, con la salvedad de Louis Farrakhan, un sacerdote afroamericano que lidera la Nación del Islam, considerada un grupo de odio por sus postulados antisemitas.

“Siempre hemos vetado a individuos u organizaciones que promueven o participan en violencia y odio, sin importar cuál sea su ideología”, apuntó Facebook en un comunicado.

Los seis individuos afectados por el veto no podrán tener una cuenta en Facebook ni en Instagram, pero el resto de usuarios podrán mencionarles e incluso alabarles en estas plataformas.

La prohibición a InfoWars, en cambio, es más estricta, e implica que cualquier contenido con origen en InfoWars que sea compartido en Facebook o Instagram, sea cual sea la cuenta que lo comparte, será eliminado y si lo hace en varias veces, será suspendida.

A finales de marzo, Facebook ya prohibió compartir contenidos que fomenten el supremacismo blanco en la red social y en Instagram, dos semanas después de la matanza de Nueva Zelanda.