Cultura

Fallece Alicia Alonso, la mayor figura de la danza clásica mundial

Su deceso fue por una enfermedad cardiovascular, a los 98 años. Deja un “enorme vacío” e “insuperable legado”, dice el presidente cubano Miguel Díaz-Canel. “Se fue mamá”, señala Carlos Acosta

Su deceso fue por una enfermedad cardiovascular, a los 98 años. Deja un “enorme vacío” e “insuperable legado”, dice el presidente cubano Miguel Díaz-Canel. “Se fue mamá”, señala Carlos Acosta

Fallece Alicia Alonso, la mayor figura de la danza clásica mundial

Fallece Alicia Alonso, la mayor figura de la danza clásica mundial

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La bailarina cubana Alicia Alonso, una figura legendaria de la danza clásica, falleció ayer a los 98 años. informó el Ballet Nacional de Cuba (BNC). Alonso, quien pese a su avanzada edad permanecía en activo al frente del prestigioso BNC, se encontraba hospitalizada por complicaciones de salud en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ) de La Habana, donde murió en torno al mediodía.

La causa del fallecimiento fue una enfermedad cardiovascular, según la estatal Agencia Cubana de Noticias. Hasta el cierre de  esta edición, no se habían informado los detalles sobre los funerales y homenajes que previsiblemente rendirán en Cuba a su “prima ballerina assoluta”.

La noticia de la muerte de la legendaria figura cubana se difundió por redes sociales y medios de comunicación, con lo cual la comunidad cultural mundial lamentó la pérdida y decenas de cubanos se despedían de uno de los mitos artísticos de la isla.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, destacó el “enorme vacío” e “insuperable legado” que deja la mítica bailarina. “ Ella situó a Cuba en el altar de lo mejor de la danza mundial. Gracias Alicia por tu obra inmortal”, escribió el mandatario en su cuenta oficial de Twitter.

La Asamblea Nacional de Cuba  difundió igualmente a través de esa red sus condolencias por el fallecimiento de Alonso, de quien la institución, citando a Fidel Castro, destacó “su talento, su tenacidad y su ejemplo, que inspiraron a generaciones de brillantes artistas”.

El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, escribió en Twitter: “El Gobierno de México lamenta el fallecimiento de la gran Alicia Alonso y extiende sus sinceras condolencias al gobierno y pueblo de Cuba por la gran pérdida que ello significa. Vivirá por siempre con su arte entre nosotros. Descanse en paz”.

En Madrid, el Gobierno español, a través de su ministro de Cultura, José Guirao, lamentó la muerte de Alicia Alonso y destacó que era “un mito de la danza”, una bailarina que “fuera de los escenarios y hasta el último día dedicó todos sus esfuerzos en difundir y dignificar la danza”.

“Alicia Alonso era un referente del ballet clásico a nivel mundial, motivo por el cual el Gobierno de España, en 2008, la distinguió con la Medalla de Oro de las Bellas Artes”, dijo Guirao, que se encuentra en la XX Conferencia Iberoamericana de Ministras y Ministros de Cultura en Bogotá (Colombia), en una nota de prensa emitida por el ministerio.

El bailarín y coreógrafo cubano Carlos Acosta dijo: “Se fue mamá. La estrella más grande de todas. Alicia Alonso ¡inmortal!”. Acosta fue el primer bailarín de raza negra en interpretar grandes papeles clásicos en las principales compañías del mundo y dirige ahora con éxito la suya, Acosta Danza.

El bailarín y coreógrafo argentino Julio Bocca declaró que, a partir de la muerte de la gran dama de la danza cubana, se va a echar de menos su “lucha por la calidad en la danza”.

“Se la va a extrañar muchísimo... Su personalidad, su fuerza, su lucha por la calidad en la danza... Se la va a extrañar mucho, mucho, mucho”, señaló el que fuera director artístico del Ballet Nacional del Sodre (BNS) de Uruguay.

PERFIL. Nacida en La Habana, el 21 de diciembre de 1920, y de padres españoles, Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo comenzó a bailar a los nueve años; desarrolló parte de su formación en Estados Unidos y desarrolló una larga y laureada carrera que la llevó con papeles protagonistas a los principales escenarios del mundo.

El apellido Alonso lo tomó de su marido, el bailarín cubano Fernando Alonso, con quien fundó en 1948 su compañía, que tras el triunfo de la Revolución cubana, en 1959, pasó a ser el Ballet Nacional de Cuba (BNC).

De las decenas de papeles que interpretó, el más recordado es el de “Giselle”, el personaje de la campesina ingenua, romántica y engañada que bordó al mínimo detalle interpretativo.

A los 17 años sufrió un desprendimiento de ambas retinas y tuvo que ser operada en varias ocasiones. Sin embargo, esto no impidió que bailara en los mejores escenarios del mundo durante años. Incluso, ya ciega y con casi 73 años de edad, bailó de puntillas en noviembre de 1993 en el 50 aniversario de su primera Giselle.

Comenzó su carrera artística en 1938 y trabajó en Broadway en comedias musicales como Great Lady y Stars in your eyes.

Un año después ingresó en el American Ballet Caravan, que posteriormente se denominó New York City Ballet.

A partir de ese momento despegó con éxito como bailarina principal, fue miembro del Ballet Theatre of New York (1940) y actuó en obras como Undertow, Fall River Legend y Theme and Variations, que interpretó por numerosos países.

En esa etapa trabajó junto a Mijail Fokine, George Balanchine, Leonide Massine, Bronislava Nijinska, Antony Tudor, Jerome Robbins y Agnes de Mille, entre otras significativas personalidades de la coreografía del siglo XX.

Siempre ligada a su Cuba natal, en 1948 creó su propia compañía (Ballet Alicia Alonso), la primera profesional en Cuba y que en 1955 pasó a denominarse Ballet Nacional de Cuba (BNC).

A partir de ahí, compatibilizó la interpretación con la dirección del Ballet Nacional de Cuba y la enseñanza de esta disciplina. Mucho tiempo después, inauguró la Cátedra de Danza que lleva su nombre (1994).

A lo largo de 2010 recibió numerosos homenajes y reconocimientos dentro y fuera de su país con motivo de su 90 cumpleaños, como el Premio Nacional de Enseñanza Artística y la Medalla Haydeé Santamaría del Gobierno cubano.

En el año 2000 recibió el Premio Benois de la Danza, por sus aportaciones a la danza, así como la Orden José Martí, máxima condecoración que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba.

También fue investida doctora honoris causa por la Universidad de La Habana, por el Instituto Superior de Arte de Cuba, por la Universidad Politécnica de Valencia (España) y por la Universidad de Guadalajara (México), entre otras instituciones.