Cultura

Fallece Toni Morrison, la primera mujer negra en ganar el Nobel de Literatura

“Morimos. Quizás ése sea el significado de la vida”, con esta cita suya se le despidió en su editorial. “Sus narrativas e hipnótica prosa han dejado una marca indeleble en nuestra cultura”, dice Sonny Mehta.

“Morimos. Quizás ése sea el significado de la vida”, con esta cita suya se le despidió en su editorial. “Sus narrativas e hipnótica prosa han dejado una marca indeleble en nuestra cultura”, dice Sonny Mehta.

Fallece Toni Morrison, la primera mujer negra en ganar el Nobel de Literatura

Fallece Toni Morrison, la primera mujer negra en ganar el Nobel de Literatura

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La escritora estadunidense Toni Morrison, primera mujer negra que ganó el Premio Nobel de Literatura, falleció el pasado lunes a los 88 años en un hospital de Nueva York, anunció ayer la casa editorial Alfred A. Knopf en su cuenta de Twitter.

“Sus narrativas e hipnótica prosa han dejado una marca indeleble en nuestra cultura. Sus novelas dominan y demandan nuestra atención. Son trabajos canónicos y, más importante, libros que los lectores siguen amando”, expresó Sonny Mehta, el director de la firma.

Con “profunda tristeza la despedimos”  añadió Mehta y destacó que la autora pasó su trayectoria “al servicio de la literatura” y señaló cómo pocas personas escribieron “con más humanidad o más amor por el lenguaje que Toni” en las letras estadunidenses.

Morrison, representante de la narrativa estadunidense creada por autores negros, ganó el Nobel en 1993, el Pulitzer de ficción en 1988 y, tras una carrera de seis décadas, deja un legado con títulos que destacan por su humanidad, como Beloved, Song of Solomon, Mercy y Jazz y The bluest eye, novela que fue su debut literario en el año de 1970, y narra la historia de una chica negra, Pecola, obsesionada por tener los ojos azules, en un país donde su cuerpo, su imagen, no eran celebrados.

Esa primera novela la escribió durante cinco años en la década de 1960. Trabajaba como editora de libros de textos para Random House, luego la editorial le ofrecería otro puesto. De ese tiempo, dijo en una entrevista: “Me fijé mucho en la ficción negra porque quería participar en el desarrollo de un canon de la obra negra”. Mientras tanto, escondió su propia creación en secreto de sus compañeros y de su editorial. Escribir era “algo privado”, dijo en una entrevista a Paris Review en 1993 sobre aquellos años. “Quería que fuera algo mío. Porque una vez que lo dices, otra gente empieza a participar de ello”. Al final, escribiría 11 novelas, todas con una relevancia toral en la literatura estadunidense, que exploran la identidad afroamericana, en especial la de las mujeres.

“Morimos. Quizás ése sea el significado de la vida. Pero hacemos el lenguaje. Quizás esa sea la medida de nuestras vidas”, con esa cita suya, se le despidió ayer  en su casa editorial.

La carrera literaria de Toni abarcó también el ensayo, literatura infantil, el libreto de una ópera y una presencia continua en la opinión pública en conferencias y en medios de comunicación. Siempre empeñada en encontrar su propio camino, en elevar la experiencia de una minoría racial dejada en las cunetas, como explicó The New York Times: “Escribir sin la mirada blanca”.

PERFIL. Nacida como Chloe Anthony Wofford el 18 de febrero de 1931 en Lorain (Ohio, EU), en el seno de una familia negra de clase obrera, Morrison se graduó en filología inglesa en la histórica Howard University de Washington, a la que volvería para ejercer de profesora.

Entretanto, conoció al arquitecto Howard Morrison, con quien contrajo matrimonio y tuvo dos hijos. En 1964, tras separarse de su marido, dejó la enseñanza para mudarse a Nueva York, donde trabajó primero como editora de libros de texto y después como editora literaria en la prestigiosa editorial Random House, mientras criaba a sus hijos sola.

Fue en la Gran Manzana cuando adoptó el seudónimo de Toni Morrison, en 1970, para firmar su primera novela, The bluest eye, evitando así que en la editorial en la que trabajaba se enteraran de que publicaba en otra.

Después llegarían Sula y Song of Solomon, que le valió el Premio Nacional de la Crítica estadunidense 1978, cuyo éxito comercial y de crítica le permitió dejar su trabajo en la editorial para dedicarse de lleno a la literatura.

Las siguientes novelas fueron Tar baby y Beloved, de gran fuerza, donde cuenta la historia de una esclava fugitiva que, ante su inminente captura, mata a su hija para evitar que viva en la esclavitud.

Con esta última novela Toni Morrison ganó el Pulitzer de ficción en 1988, cuatro meses después de que un grupo de intelectuales negros publicara una carta abierta en el New York Times Book Review protestando por que no hubiera sido propuesta hasta entonces para ninguno de los premios literarios de prestigio.

En 1992 publicó Jazz, así como un ensayo en el que defendía a Anita Hill, la joven negra que denunció por acoso sexual al juez Clarence Thomas, y un año después le fue concedido el Premio Nobel de Literatura.

Siendo la octava escritora en obtener ese galardón, y la primera mujer negra, la Academia sueca destacó de la obra de Morrison sus “novelas caracterizadas por una fuerza visionaria y un peso poético”, con las que “da vida a un aspecto esencial de la realidad estadunidense”.

Después del Nobel, Morrison continuó escribiendo, también junto a su hijo Slade Morrison, con el que se adentró en la literatura infantil, y exploró otros géneros, con resultados como las letras de Four Songs, para el compositor André Previn, o el libreto de ópera Margaret Garner, para Richard Danielpour.

El expresidente Barack Obama, que en 2012 le otorgó la Medalla de la Libertad, este martes la calificó como “un tesoro nacional y tan buena narradora, tan cautivadora en persona como lo era sobre el papel”.

“Me hizo entender que escritora era una buena profesión. Crecí queriendo ser sólo ella”, expresó la productora Shonda Rhimes, mientras que la actriz Viola Davis consideró su escritura “una canción de amor a nuestra gente”, y la también actriz Kerry Washington animó a celebrar su vida “con infinita gratitud y amor”.