“El aplanamiento” de la pandemia, es decir, la reducción en el ritmo de contagio del COVID-19, fue previsto por el subscretario Hugo López-Gatell y su equipo de expertos de Conacyt para esta semana, con lo que asumen que por primera vez están viendo una reducción relativa de casos y no un fenómeno estadístico debido al retraso con el que se reportan los estados del país y los hospitales federales.

A partir de los datos oficiales, es factible ver el fenómeno de falso aplanamiento repetidamente. Al reelaborar las tablas que presenta López-Gatell cada noche usando la fecha de síntomas de los pacientes (teóricamente 8 días después de que se infectaron), es evidente que continuamente se presenta la impresión de que los últimos días están siendo menos graves que los anteriores, pero, también invariablemente hasta ahora, los datos son ajustados extemporáneamente y regresan a una tasa mayor de crecimiento.

Esto no quiere decir que los datos sean falseados por la autoridad para dar una perspectiva optimista de la pandemia; los datos que se tienen, con todo y los defectos de suministro, pueden utilizarse para crear modelos matemáticos predictivos y en ellos en los que se puede basar la aseveración de que esta semana veremos el punto más alto de contagios.

En la gráfica que acompaña estas líneas, puede apreciarse este fenómeno. Cada línea está hecha, para las mismas fechas, con los datos disponibles respectivamente el 21 de abril, el 30 de abril y el 5 de mayo.

El 21 de abril se presentaron los datos suministrados hasta entonces, pero el dúia 30 para se habían agregado a esos mismos días 6 mil casos previamente no registrados (o comprobados como COVID) y el día 5 de mayo se agregaron 2 mil más.

El aplanamiento de las líneas de abril percibidas a mitad de mes y al final terminaron esfumándose con las actualizaciones de datos. Para López-Gatell, esto no ocurrirá con la línea de mayo, el aplanamiento es real.