Vanessa Gaytán iba en un taxi a su trabajo, cuando se dio cuenta de que su exesposo, Ivirng Martínez, la seguía en un vehículo. Estaba cerca de Casa Jalisco, la residencia oficial donde vive el gobernador del estado, Enrique Alfaro. Se bajó ahí para pedir ayuda a los policías y escoltas que resguardan el lugar. No sabemos qué le dijeron los policías. Lo que sí es obvio es que no la protegieron ni mucho menos siguieron ningún tipo de protocolo para hacerlo.

Minutos después, su exesposo la arrolló. Bajó del vehículo con un cuchillo y la apuñaló hasta matarla. Un escolta del lugar actúo y mató al agresor. Por desgracia, Vanessa ya había muerto.

Fue asesinada frente a las puertas de lo que representa el Estado. Fue asesinada pese a que en diciembre del 2017 y nuevamente en febrero del 2019  Vanessa Gaytán había denunciado a su expareja por violencia intrafamiliar y tenía una orden de protección. Fue asesinada en uno de los lugares con más vigilancia y a plena luz del día, que hay hasta un video que circula en portales periodísticos y redes sociales del momento exacto en que es atacada.

“El feminicidio de Vanessa en Casa Jalisco es una muestra más de cómo la impunidad y la violencia machista nos está matando todos los días, en las puertas del Estado”, escribió en un tuit Amnistía Internacional. Concuerdo. El feminicidio de Vanessa demuestra la complicidad y la omisión del Estado frente a la violencia de género.

El caso de Vanessa nos obliga a repensar todo el sistema de procuración de justicia para las mujeres, los protocolos de actuación, que como se vio, no existen en muchos casos, y la falta de sentido común y empatía por parte de las autoridades. ¿Por qué no se les ocurrió a los escoltas y policías resguardarla mientras llamaban a una patrulla para acompañarla a un lugar seguro? ¿Por qué las autoridades actúan hasta que suceden tragedias como las de Vanessa? ¿Cuáles son los seguimientos por parte de las dependencias encargadas a nivel estatal para proteger a las mujeres después de que denuncian?

Hay campañas para promover las denuncias, pero ¿qué funciona y qué no del sistema de protección para las mujeres ante la violencia, sobre todo cuando viene de las personas más cercanas a ellas? La evaluación y la reestructuración de la justicia actual son fundamentales no sólo para Jalisco, también para todo México, los siete feminicidios diarios lo reafirman.

Porque, como menciona el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem): “A Vanessa no la mató sólo el marido cobarde, sino todos los funcionarios ineptos que no procuraron su atención ni seguridad”.

A Vanessa la mató el exesposo machista, el Estado y la sociedad que ignoran y ocultan la violencia de género. A ­Vannesa y a todas las víctimas les debemos justicia. Les debemos cambiar el sistema de prevención y procuración de justicia. No podemos seguir igual ante un México donde las mujeres no pueden ser libres y estar seguras.

#NiUnaMás #NiUnaMenos

@wendygarridog

wengarrido@gmail.com