Metrópoli

Fiscal CDMX promete corregir Alerta que "por error" puso a padre como secuestrador

Luego de darse a conocer que, bajo sospecha de actuar por amiguismo, se lanzó una falsa Alerta Amber desde la Fiscalía de la CDMX, las autoridades responsables se entrevistaron con el padre afectado

Fiscal CDMX promete corregir Alerta que

Fiscal CDMX promete corregir Alerta que "por error" puso a padre como secuestrador

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La búsqueda de niños sustraídos, raptados, es un tema delicadísimo, pero lo es aún más cuando los mecanismos pensados para proteger a los menores terminan en un mero trámite burocrático. Fernando Argumedo, padre de dos menores, lo sabe bien pues, desde la semana pasada, técnicamente, es el secuestrador de sus propias hijas. La ley mexicana, en busca de proteger a los niños, equipara a madres y padres que se llevan o esconden a sus hijos durante disputas de divorcio. Y eso es de lo que se acusó a Fernando, aunque ya un policía de investigación capitalino había corroborado en persona que las 2 menores estaban localizables en la casa de su padre, debidamente asentada en los papeles de la guarda y custodia que comparte con la madre.

Fernando fue peloteado cuando se presentó ante la autoridad a arreglar el asunto. Esa práctica, que conocen bien todos los MP capitalinos, consistente en no permitir que el ciudadano interponga una denuncia ("los delitos van a la baja, tenemos menos carpetas de investigación abiertas", ¿recuerda a alguna autoridad diciendo eso?), le fue aplicada a este padre cuando se presentó a aclarar el tema. Incluso recibió al policía de investigación en casa junto con las menores y aún así la Alerta Amber fue lanzada, alertando que ambas adolescentes estaban en calidad de desaparecidas y que la última vez habían sido vistas "en compañía de su padre".

Argumedo fue primero a la Fiscalía de Tláhuac, donde se le negó la entrega de documentos y declaración en la que se especificaba dónde estaban las presiuntas desaparecidas. Allí se le negó cualquier procedimiento que permitiera asentar su pronta presentación ante la autoridad una vez que vio la alerta amber.

–Entonces, si les dijiste que tú eras el padre y que sabías perfectamente dónde estaban las niñas, ¿no se supone que ellos debían actuar porque, oficialmente estaban desaparecidas y tu eras un sospechoso clarísimo? –se le preguntó a Fernando sobre este enredo luedo de salir del MP– ¿entonces para qué es la Alerta Amber?

–No lo sé –fue lo que atinó a decir el padre.

De Tláhuac, fue al Bunker de la dependencia que encabeza Erenestina Godoy, donde le dijeron que allí tampoco era. De allí a Azcapotzalco y, pues no, tampoco.

Sólo cuando el caso llegó a manos de ONG y se hizo público, empezaron a abrirsele las puertas al padre, 48 horas después de ser declarado técnicamente secuestrador de sus hijas.

Finalmente el mismisimo fiscal coordinador de Tláhuac lo recibió para asegurarle que estaba allí para servirle y que ya había castigado al funcionario que lo había recibido el primer día. Revisó el caso y le prometió que se corregiría el error.

–Creo que está usted desinformado –le dijo el Fiscal como respuesta a las quejas de Fernando por un proceder ridiculamente burocrático–; es para proteger a los menores, por eso se lanzan las Alertas Amber.

–Pero si ustedes mismos, sus policías, vieron donde estaban, como todas las semanas que están conmigo...

No muy convencido de las justificaciones del fiscal, el padre (secuestrador por error burocrático) dejó las oficinas con la promesa de que este lunes todo quedaría debidamente aclarado. Si, el lunes, porque ya en fin de semana no se pudo, así que las alertas por dos manores que están localizables siguen vigentes.