Desde principios de julio se dio a conocer una noticia de la mayor relevancia para los capitalinos en materia de seguridad que, inexplicablemente, pasó casi inadvertida.

Me refiero a los avances alcanzados en materia de seguridad por el gobierno de Claudia Sheinbaum, al lograr reducir significativamente los índices delictivos de manera sostenida en la Ciudad de México.

Fue primero la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), junto con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), las dependencias que documentaron la disminución de delitos en un promedio de casi 46%, de enero a junio de 2021, en comparación con el mismo lapso de 2019, en su Evaluación de Incidencia Delictiva.

Esta información fue ampliada recientemente por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia capitalino al confirmar, con diferentes indicadores y fuentes, una baja en promedio del 47% en 14 delitos al primer semestre del 2021 en la CDMX.

El reporte denominado Denuncia, Inteligencia, Seguridad, Innovación (DISÍ), reporta que 10 alcaldías registraron disminuciones en sus índices delictivos entre un 41% y hasta un 59%.

Cuauhtémoc e Iztacalco redujeron delitos en 59%; un 58%, Benito Juárez; y 51%, Miguel Hidalgo, por ejemplo.

Por lo que toca a los delitos de bajo impacto se registró una disminución de 50% en el primer semestre de 2021 en relación con el mismo lapso de 2019.

Otro dato relevante es que junio de 2021 ha sido el mes con menos homicidios dolosos registrados desde enero de 2018 en la CDMX.

Asimismo, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) de 2020 del INEGI, registró una mejora del 24% en la percepción de seguridad de la población.

Poco a poco, con acciones y estrategias articuladas, el gobierno de Claudia Sheinbaum revierte la incidencia delictiva que amenazaba con salirse de control en la Ciudad de México, a finales de 2018, cuando asumió la Jefatura de Gobierno.

Antes de tomar posesión del cargo, a simple vista, era evidente el tamaño del reto y la complejísima problemática heredado a la 4T en materia de inseguridad en la capital y no se diga en el resto del país.

Aquí, en la capital, se encontró delincuencia organizada con cárteles armados que ni siquiera era reconocida, incremento de zonas criminógenas, corporaciones de seguridad abandonadas, desarticuladas y con altos índices de corrupción enquistada.

Pero también desprestigio, desconfianza en instituciones y cuerpos de seguridad, cifras maquilladas, nula capacitación, equipo obsoleto y deteriorado, entre otras deficiencias.

En los últimos meses, sin embargo, Sheinbaum está demostrado que vino a provocar cambios profundos que, de manera integral y articulada, permitan contener el delito y, en una segunda etapa, abatir los índices de inseguridad.

El gobierno capitalino despliega hoy una Estrategia Integral para el Fortalecimiento de la Seguridad Ciudadana con cinco prioridades perfectamente sincronizadas: atender las causas del problema; innovar sistemas de inteligencia, aumenta la presencia policial y capacitar a los elementos; fortalecer la coordinación interinstitucional y se actualiza el marco legal a la nueva realidad que vivimos en las calles.

La autoridad también puso en marcha un plan permanente para el aprovechamiento de la tecnología y ponerla al servicio de la seguridad ciudadana.

Desde luego que falta mucho por hacer y revertir, pero también es justo reconocer que la ciudad, con Claudia Sheinbaum, tiene hoy liderazgo, compromiso y proyecto para transitar a una megalópolis más segura y de derechos.

Twitter: @vromog