En un partido tozudo, raro para un clásico por la ausencia de graderío interactivo, el América dependió de un cispazo de Gio Dos Santos, quien tomó el balón y realizó una de sus faenas goleadoras clásicas: moverse lateralmente con el balón a mayor velocidad que los rivales, tirar un zapatazo fuerte, pero sobre todo colocado, que dejó sin oportunidad al altísimo guardamente chiva.

Poco que rescatar para los del rebaño sagrado, que muestran deficiencias clarísimas (y difíciles de resolver) en el ataque. Se comenta, además, que este resultado abre la puerta a un encuentro de postemporada entre estos rivales.

América 1 Chivas: 0