Opinión

Ganó el derecho a respirar

Ganó el derecho a respirar

Ganó el derecho a respirar

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Un estudio realizado por la Universidad Rutgers encontró que de cada mil hombres y jovenes negros en Estados Unidos, al menos uno tiene posibilidades de morir a manos de la policía. George Floyd fue uno de ellos. Uno de los mil 21 que murieron de igual manera durante 2020.

La diferencia en este caso es que el agente uniformado de raza blanca que lo mató, fue llevado a juicio, un juicio que concluyó este martes y que es considerado el más importante de su tipo en la era del movimiento “Las vidas de los negros tambien cuentan” que busca que la justicia de este país sea realmente ciega y la policía no racista.

El número de personas que mueren aquí por violencia o imprudencia policíaca crece cada día. Tan solo en los tres primeros meses de este año, 213 civiles fueron baleados por un policía. De ellos, 30 eran de raza negra como Floyd, quien murió en mayo pasado en Minneapolis, luego de haber sido arrestado por comprar unos cigarrillos con un billete falso de veinte dólares.

Su muerte lenta y en sufrimiento fue vista por millones de personas en todo el mundo gracias a un video que se hizo viral, tomado por una joven de 17 años, Darnella Frazier, que en su camino acompañada de una prima, para comprarse refrescos, pasó por la calle donde Floyd yacía esposado sobre el pavimento, con la rodilla del agente sobre su cuello durante 9 minutos y 29 segundos, a pesar de que el afroamericano, mientras invocaba a su madre, clamaba con dolor que no podía respirar.

Sin ese video, tomado con un celular y compartido en Facebook, el caso habría concluído ahí, como han terminado muchos otros de negros muertos por la policía, cuyos agentes generalmente hacen un reporte de lo ocurrido favorable a ellos. Ahí se ve claramente como la vida se le escapa a Floyd sin que Chauvin le brinde primeros auxilios o le ayude a sobrevivir, sino que indiferente, continúa ejerciendo fuerza sobre su cuello, aún tres minutos después de que ya había muerto.

Como se ha visto una y otra vez en los casos de brutalidad policíaca contra los negros, la defensa trató de justificarla aludiendo a la estatura y peso de Floyd, que con 46 años, medía casi dos metros de estatura y pesaba 102 kilogramos, mientras el policía mide 1.7 metros y pesa 63 kilos. Intentaron también culpar al uso de drogas de su muerte, olvidándose que el que estaba en juicio era el agente.

Un estudio reciente de la Universidad de Carolina del Norte concluyó que los hombres negros de gran tamaño son a los que la policía mas detiene sin justificación y con los que más se ensañan. Hay también la idea de que los afroamericanos de gran físico pueden causar más daño y cometer más delitos y que son intelectualmente inferiores.

El jurado, integrado pr 12 ciudadanos, siete mujeres y cinco hombres, seis de ellos de raza blanca, cuatro negros y dos de raza mixta, tardó menos de un día en declarar al policía culpable. Podría pasar hasta 40 años en prisión.

Se espera que el veredicto sea, no solo el inicio de una nueva relación entre la policía y los afroamericanos, sino una advertencia a los cuerpos policíacos, acusados innumerables veces de abuso de fuerza, sembrar evidencias y golpear y maltratar a los detenidos de color, de que habrá consecuencia económicas que dañan sus presupuestos. La familia de Floyd recibió 27 millones de dólares, la suma más grande otorgada hasta ahora en compensación por una muerte de este tipo.

Algunos analistas sostienen que este juicio demostró que el sistema legal estadounidense es pese a todo, capaz de darle el verdadero valor a las vidas de los negros. Pero otros sostienen que un solo juicio no va a cambiar un sistema de la noche a la mañana. Y esa es la realidad.

A 15 kilómetros de donde el juicio se realizaba, un joven negro de 20 años, Daunte Wright, detenido por placas vencidas, resultó muerto por una policía blanca, quien dijo confundió su tranquilizador con la pistola. Y en el preciso momento en que en Minnesota se leía el veredicto sobre Chauvin, en Columbus, Ohio, en circunstancias todavía no claras, otro policía daba muerte a una joven afroamericana de 16 años, Ma Khia Bryant, quien sostenía un cuchillo. Sus familiares argumentan que se defendía y que no merecía morir así. El agente ha sido suspendido con pago de sueldo.