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Gaucho, el joven disidente de las FARC que amenaza a Colombia y a Ecuador

Millennial ► Retrato del criminal Walter Arízala y su grupo, el Frente Oliver Sinisterra, vinculado al narcotráfico mexicano, respaldado por militares corruptos y autor del secuestro y asesinato de tres periodistas ecuatorianos el pasado abril

Millennial ► Retrato del criminal Walter Arízala y su grupo, el Frente Oliver Sinisterra, vinculado al narcotráfico mexicano, respaldado por militares corruptos y autor del secuestro y asesinato de tres periodistas ecuatorianos el pasado abril

Gaucho, el joven disidente de las FARC que amenaza a Colombia y a Ecuador

Gaucho, el joven disidente de las FARC que amenaza a Colombia y a Ecuador

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En la mañana del 26 de marzo de 2018, el Frente Oliver Sinisterra, un grupo disidente de las FARC, secuestró a tres periodistas del diario ecuatoriano El Comercio que habían viajado a la zona fronteriza entre Ecuador y Colombia para investigar los atentados que este grupo delictivo llevó a cabo desde finales del año pasado en la región.

El secuestro, ocurrido en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, puso en el mapa al Frente, liderado por Walter Arízala, más conocido como Gaucho, un joven narcoterrorista de las FARC que huyó junto a una cincuentena de guerrilleros más de la zona de desmovilización de Tumaco, Nariño, Colombia, tras la firma de los acuerdos de paz entre la guerrilla y Bogotá, el 24 de noviembre de 2016.

El caso destacó en los medios tras aparecer un video, días después, en que los tres reporteros transmitían las exigencias de Gaucho: Que el gobierno ecuatoriano liberara a un grupo de militantes del Frente y que ambos países pusieran fin al acuerdo bilateral que mantienen para combatir el terrorismo.

No sucedió, y el 13 de abril, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, confirmó la muerte del fotógrafo Paúl Rivas, de 45 años; el redactor Javier Ortega, de 32 años; y el chofer Efraín Segarra, de 60 años. Pero el caso no terminó ahí, porque no aparecieron los cuerpos hasta más de dos meses después, el 21 de junio, en una fosa común, junto a un cuarto cuerpo, en Tumaco.

La semana pasada, una investigación de un consorcio periodístico ecuatoriano-colombiano puso de relieve nuevas incógnitas sobre el caso. En un informe titulado “Frontera Cautiva”, los periodistas denuncian el silencio de los gobiernos de Bogotá y de Quito sobre el secuestro y sus circunstancias.

El reporte relata que, según las investigaciones, realizadas entre fuertes medidas de seguridad, los tres periodistas fueron asesinados a quemarropa, con disparos en la nuca en medio de las montañas de Colombia. Sin embargo, su revelación más importante fue que, apenas  dos días después del secuestro, el 28 de marzo, Colombia y Ecuador coordinaron una operación de rescate que tenía todo a punto pero jamás se concretó. Nadie sabe por qué. Nadie dio entonces ni ha dado ahora explicaciones.

“Las versiones de los gobiernos de Colombia y Ecuador son contradictorias e insuficientes y en muchos casos solo ha existido silencio”, denuncia el informe, que agrega que los gabinetes de Lenín Moreno y de Iván Duque, antes el de Juan Manuel Santos, han rechazado la mayoría de entrevistas que solicitaron para el reporte.

TERRORISTA MILLENNIAL. Durante el secuestro, Gaucho se comunicó diversas veces con las autoridades ecuatorianas. Pero no lo hizo con una línea telefónica segura ni con telegramas; lo hizo a través de Whatsapp. El mismo día 26 en la tarde, el líder disidente informó al mayor de la policía de Ecuador, Alejandro Zaldumbide, del secuestro a través del servicio de chat.

Zaldumbide le pidió marcarle, a lo que Gaucho se negó, y ante la falta de respuesta se despidió con un “Chaoooo pues” y envió al menos tres fotografías de los secuestrados.

De hecho no era la primera vez que Gaucho escribía a Zaldumbide. Según cita el portal Plan V, ya a finales de febrero, el mayor reportó llamadas con amenazas del líder criminal. El portal incluso reproduce la captura del chat, en el que Gaucho escribe con aberrantes errores de ortografía y sintaxis.

En un último mensaje, el 15 de abril, Gaucho mostró preocupación por las consecuencias del secuestro y asesinato de los reporteros de El Comercio. Escribe de nuevo a Zaldumbide y le habla de su sobrino, arrestado en una operación dos días antes: “Hagan el favor y lo sueltan porque él no tiene nada que ver en este problema o cada uno de sus ciudadanos ecuatorianos pagará el precio por mi sobrino”, amenaza.

En realidad, de Gaucho se sabe poco. Se cree que nació en el departamento ecuatoriano de Limones el 9 de noviembre de 1989, y que se unió a las FARC alrededor del año 2007. Allí se tornó en experto en movilización de masas y aprendió a planear atentados, manejar explosivos y algo de finanzas. Según Jeremy McDermott, codirector del grupo de investigación periodística Insight Crime, citado por El Colombiano, Gaucho sirvió como cabecilla en la Columna Móvil Daniel Aldana, comandada por alias Rambo, citado como uno de los narcos más duros de las FARC.

VÍNCULOS CON SINALOA. Ahí entra en juego el asunto del sustento económico de bandas como el Frente Oliver Sinisterra: El narcotráfico. El grupo del Gaucho fue creciendo a medida que las desarmadas FARC abandonaban sus cultivos de hoja de coca en el departamento de Nariño, que acumula 45 mil de las 171 mil hectáreas de plantaciones en Colombia, según datos del Sistema Integral de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de la ONU.

De hecho, son varios los grupos disidentes que se disputan la zona. Gaucho compite con otra escisión de las FARC, las Guerrillas Unidas del Pacífico, pero también opera el ELN, o grupos como las Autodefensas Gitanistas de Colombia, Gaula NP o Las Lágrimas.

Pero gana el Frente Oliver Sinisterra, que también se lleva el premio del contacto con los cárteles mexicanos. Según denunció en abril el fiscal general colombiano, Néstor Humberto Martínez, y como ratificó la semana pasada el nuevo presidente del país, Iván Duque, “hay evidencia de que Gaucho ha estado trabajando con el Cártel de Sinaloa, ejecutando operaciones para llevar droga a Estados Unidos”.

AYUDA MILITAR. Si el narco es la manera en que Gaucho consigue dinero para su grupo, parece ser que las armas y explosivos las consiguen de grupos militares corruptos. El pasado 18 de octubre, la Fiscalía General de Ecuador informó del arresto de 13 personas, siete de ellas, militares, por suministrar municiones a grupos disidentes colombianos. Entre ellos, el Frente Oliver Sinisterra.

Las transacciones las realizaban militares en activo, que alteraban los inventarios de los arsenales en la zona de Esmeraldas, Ecuador, y luego transportaban el material camuflado en coches y hasta en transporte público. El presidente Moreno aseguró que desconocen si también vendieron armas.

¿MUERTO? El 15 de septiembre, el presidente Duque afirmó que el día anterior el ejército colombiano realizó un operativo en Tumaco, Nariño, en el que logró herir de gravedad a Gaucho. Según el relato, un francotirador logró atinarle dos disparos en la espalda, pero compañeros del terrorista lograron evacuarlo en una canoa. No se ha sabido nada de Gaucho desde entonces.