Escenario

Había una vez en… Hollywood: El cine según los recuerdos de Tarantino

En palabras del propio Quentin Tarantino, lo que significa Había una vez en… Hollywood, su más reciente largometraje cinematográfico que alcanzó a competir por la Palma de Oro este año en el Festival de Cannes, se puede comparar con el ejercicio introspectivo que realizó Alfonso Cuarón en Roma.

Había una vez en… Hollywood: El cine según los recuerdos de Tarantino

Había una vez en… Hollywood: El cine según los recuerdos de Tarantino

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En palabras del propio Quentin Tarantino, lo que significa Había una vez en… Hollywood, su más reciente largometraje cinematográfico que alcanzó a competir por la Palma de Oro este año en el Festival de Cannes, se puede comparar con el ejercicio introspectivo que realizó Alfonso Cuarón en Roma. Sin embargo, a diferencia del cineasta mexicano quien realizó una reflexión de confrontación con su pasado, Tarantino hace la recreación de una época a partir de su fantasía.

El estadunidense nos lleva al Hollywood de finales de los años 60. Y como hizo en Bastardos sin gloria, utiliza un contexto real para retorcerlo como su imaginación dicta mientras va haciendo un inventario de referencias y homenajes al cine que lo ha marcado. Esta vez nos lleva a los tiempos en que la inocencia hippie está a punto de morir con la llegada de Charles Manson, el líder del temible grupo de asesinos conocido como La familia Manson, una secta que cobró notoriedad cuando asesinaron a la actriz Sharon Tate.

La figura de Tate, quien acaba de casarse con Roman Polanski, funciona en el filme como una especie de anzuelo de lo morboso, pues aparece en el filme interpretada por Margot Robbie, lo que nos hace indicar que será la figura en torno a la que se desarrollará el conocido estilo de la violencia estilizada que ha popularizado el cine de Quentin. Sin embargo, el cineasta se guarda algunos ases bajo la lente para utilizarlos en favor de una historia que está vista con la mirada de alguien que no quiere ver despertar de un sueño.

Aunque el personaje central es el mismo Hollywood y toda una colección de momentos evocadores de lo que hay detrás de la industria de cine más influyente del mundo, como si un niño se admirara de ver trabajar a un artesano, son los personajes de Leonardo DiCaprio y Brad Pitt los objetos principales de su gran homenaje al cine.

DiCaprio da vida a Rick Dalton, un actor conocido por ser estrella del western que trata de adaptarse a los cambios de la industria, como el boom del spaghetti western. Su rol se vuelve un homenaje a Quint, el personaje interpretado por Burt Reynolds, en la serie Gunsmoke, que fue por el cual el cineasta fue nombrado Quentin. Tarantino le dedica una serie de escenas memorables, como la charla con una niña o la interpretación improvisada de una escena en la que participa.

Por su parte, Pitt da vida a su doble de acción, Cliff Booth. A través de él hace un homenaje a los artistas que no tienen reconocimiento ante los reflectores y nos presenta a un personaje duro, complejo, temerario y símbolo de la fortaleza. Con él juega con la ironía de lo real: mientras Dalton se lleva la gloria como actor dando vida a personajes rudos, fuera de los sets representa el cliché del actor que vive de la fama, sin rabia para enfrentar su vida; cuando Booth vive modestamente y en su cotidianidad está preparado para enfrentar situaciones de película. Su paseo por el rancho con la familia Manson será recordado como una de las mejores escenas en la filmografía de Tarantino.

En términos generales, Había una vez en… Hollywood es de una belleza nostálgica innegable. Nos muestra un lugar que es ideal para el cine, con todos sus vicios y superficialidades, incluso cruel, pero no menos que la realidad. Pero también nos habla de la idealización de un lugar, Tarantino distorsiona la realidad y la lleva a experimentar situaciones con humor negro.

Más aún, el final del filme es una pincelada metafórica que nos habla de la negación de un director por ver morir una bella época al alterar la historia real, con un sentido del humor fiel al estilo sangriento que conocemos. Es ahí, en la recta final donde se percibe su lado más fiel a la estética de la violencia por la que es conocido. Y aunque a sus fanáticos les quedará a deber sangre, a los amantes del cine les dará satisfacciones que se sentirán como epifanías.

Finalmente, hay que decir que esta película muestra al Tarantino más positivo jamás conocido. El cierre de su historia evoca esperanza y no un éxtasis salvaje de emociones. Busca cierto nivel de poesía, y en su búsqueda logra certeras escenas como bellos versos. Nos muestra su pasado como una época esplendorosa.

DiamantinoDirectores: Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt (Portugal, 2018)

Un maravilloso delirio. Quizás con esta frase se podría definir a esta película que se ha convertido en una de las grandes sorpresas del año. Debutó en el Cannes de 2018, donde ganó un premio paralelo a los oficiales en la Semana de la Crítica y llega ahora como una demostración de cómo una imaginación desbordante puede hacer de una historia irreverente una satisfactoria y extraña sátira. Cuenta la historia de Diamantino, una estrella mundial de fútbol (que toma su imagen de Cristiano Ronaldo), quien pierde su toque especial y acaba su carrera deshonrado. Buscando un nuevo propósito, el icono internacional empieza una odisea delirante donde se enfrenta al neofascismo, la crisis de los refugiados, la modificación genética y la búsqueda de una nueva fuente de genialidad. El absurdo es su mejor arma. Una diablura que vale la pena ver.