Opinión

Hacia una Economía Moral o el libro de las cosas nunca vistas

Hacia una Economía Moral o el libro de las cosas nunca vistas

Hacia una Economía Moral o el libro de las cosas nunca vistas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El libro Hacia una Economía Moral, del presidente Andrés Manuel López Obrador, es un traslado llano al papel del discurso fundacional que puede escuchársele en cada gira de trabajo. Cada evento presidencial, no importa si es en la sierra de Oaxaca o en un próspero enclave del Bajío, incluye esa repetición del mismo relato histórico sintetizado y desembocante a la 4T.

Un funcionario de esta administración (concedámosle hoy el anonimato) indicaba que esa repetición debe verse como un recurso que el Presidente usa para convencer a todos de que la transformación va en serio. La repetición como recurso ya no retórico, sino pedagógico.

El asunto tiene un problema básico. Como pedagogía social carece de fondo, sus fundamentos no toleran una revisión seria. Y no lo toleran porque una revisión seria los derriba y porque la actitud ­antintelectual que la acompaña es intrínsecamente intolerante.

Al micrófono o en Hacia una Economía Moral, devenir completo de una nación, México, se reduce a una historia triste en la que la alevosía de los poderosos se ha impuesto… “hasta el triunfo de nuestro movimiento”.

El libro empieza abordando el tema de la corrupción, que es un buen ejemplo de lo dicho previamente: Conquista, colonia, vida decimonónica y posrevolucionaria, son escenarios donde la vida pública se pervierte y los personajes son una caricatura, o muy, muy malos o muy, muy buenos; sin claroscuros.

“A quienes todavía sostienen que el de Porfirio Díaz fue un buen gobierno, bastaría con recordarles que, si eso fuera cierto, no se hubiera producido una rebelión nacional. En la actualidad, estamos llevando a cabo un cambio de régimen tal como se hizo cuando se derrocó a Porfirio Díaz (…) estamos sembrando las bases para elevar la honestidad a rango de vida y convertirla en forma de vida y de gobierno”.

El remate, ese gran sembradío de hombres y mujeres honestos en el orden público y privado, proviene de la misma tierra inexistente en donde se está llevando a cabo un cambio de régimen.

Las tesis del libro están ajustadas a una época donde el neoliberalismo, una doctrina que se basamentó sobre mentiras y generó una enorme desigualdad social, es atacada en muchos rincones del mundo por mentiras diferentes. Los elementos en los que se puede establecer un punto de partida para una discusión seria, quedan cercados, inhabilitados.

Por ejemplo: “Es falaz la afirmación de que el Estado no debe promover el desarrollo, que debe abstenerse de procurar la distribución del ingreso”, es una tesis que muchos que hoy critican a la 4T están dispuestos a firmar. Y “(Existe una) obsesión tecnocrática de medirlo todo en función del mero crecimiento”, es igualmente un buen planteamientos ante el paso de sexenios recientes con alumnos estúpidamente aplicados en tesis neoliberales… pero el autor de Hacia una Economía Moral las usa regresar a sus mantras “ese criterio se aplicó en el Porfiriato y condujo a la Revolución”.

Se torna difícil, y mucho, tratar de discutir en torno a algo como esto.

“Cuando tomé posesión del cargo de Presidente de México el 1 de diciembre de 2018”, se lee al arranque de los capítulos que deberían llevarnos en conclusiones, “dije en el Congreso de la Unión que, por mandato del pueblo, estábamos iniciando la Cuarta Transformación política de México; que podría parecer exagerado, pero no se trataba de un cambio de gobierno, sino de régimen político”.

Es difícil establecer alguna conclusión sobre el libro. O quizás que sí, que en efecto hay una pretensión exagerada y que, contra lo que hizo, escribir con prisa como confiesa en el primer párrafo, bien habría valido la pena dedicar tiempo, mucho tiempo a meditar su papel personal y el de su gobierno en este país que, por cierto —lo vaticino— seguirá existiendo después de la 4T.