Opinión

Historia de cuarentena: las pandemias antes y ahora

Al día hoy y retomando las ideas plasmadas en el manual “La mujer en el hogar” de la maestra Dolores Correa, nos damos cuenta de que los remedios para mitigar las epidemias tienen grandes similitudes con las recomendaciones higiénicas de ahora

Historia de cuarentena: las pandemias antes y ahora

Historia de cuarentena: las pandemias antes y ahora

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Adriana Corral Bustos*

Las pandemias han ocurrido en varias ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad. Algunas que ahora puedo recordar son: la peste de Justiniano en la época del imperio romano; la peste bubónica en la Edad Media; la gripe española a inicios del siglo XX; e influenza en los años recientes.

Con el pretexto de haberme re-encontrado con un manual de la mujer en el hogar que tenía almacenado desde hace varios años, me surgieron algunas reflexiones sobre las similitudes y diferencias del cuidado de la casa y del enfermo antes y ahora en épocas de pandemias. Durante una epidemia la amenaza es inminente para todos. El peligro ha aumentado pues va de la mano con el número de humanos que son infectados. Es decir, a través de los años la humanidad ha pasado de epidemias (que brotan solo dentro de algunos territorios), a las pandemias (cuando la posibilidad de infectarse es posible para toda la población a nivel mundial).

El día de hoy estamos viviendo la pandemia de SARSCoV2 que provoca la enfermedad COVID-19. Las medidas higiénicas que tenemos que adoptar para evitar un contagio son, para quienes vivimos estas circunstancias, novedosas. Pero, si damos un vistazo a la historia de las epidemias nos damos cuenta que los cuidados en la casa y para los enfermos de antes y ahora son muy similares.

De acuerdo con el manual titulado “La mujer en el hogar” de la Mtra. Dolores Correa Zapata y publicado en México en 1905, sugería que: “Es a los microbios a los que hay que combatir. Primero debe tratarse de evitar la entrada, los conductos por donde ellos vienen son el aíre y el agua, pero como no es posible dejar de respirar el uno y de tomar la otra, es preciso desinfectar el aire y esterilizar el agua”. Según la maestra Correa el desinfectante más usado para destruir los microbios en 1903 era el anhídrido sulfuroso el cual se obtenía quemando azufre. También era muy eficiente el agua destilada (hervida) que ofrecía mayor garantía para combatir cualquier bicho.

De acuerdo con este manual había que “suponerlo todo”, pues los microbios aún podrían sobrevivir a estas medidas. Y por ello Dolores Correa sentenciaba: “nos queda (salvar) la última trinchera: “a la persona misma”, pues el estado saludable y vigoroso de la persona puede ofrecer resistencia a la entrada del agente malo. ¿Y cómo podemos lograr mantenernos sanos? La maestra Correa nos sugiere que “si dudamos de la pureza de la sangre, hay que tomar zarzaparrilla; ingerir alimentos nutritivos y sanos, pero no comer en exceso y mantenernos sobrios; también cuidar las vías respiratorias”. Nos dice que el aire de la calle no proporciona la misma garantía que el aire de la habitación en casa particular y nos sugiere que “en épocas de pandemia, es cuando más debemos acomodarnos al abrigo del hogar, sobre todo, no asistir a los puntos de reunión, las iglesias y los teatros que son igualmente peligrosos, porque a las primeras van los convalecientes a dar gracias de haberse salvado, y a los segundos van a distraerse”.

Hay un elemento que llamó mi atención y que se enuncia en este interesante manual. Es un apartado que se titula: La influencia moral de la madre en la familia. El carácter de la madre se podría considerar, junto con los cuidados básicos, como la herramienta más poderosa para sobrellevar este tipo de situaciones. Y nos dice la autora: “El miedo es tan contagioso como la enfermedad misma, y el estado de ánimo influye a su vez sobre la naturaleza, predisponiéndola a favor o en contra de la enfermedad. La mujer debe dar muestras del valor que le corresponde; del cívico que arrastra los peligros sin desafiarlos inútilmente, y del pasivo que lucha con su persistencia que no se doblega ante el dolor”. Es el papel de la mujer en casa infundir el ánimo sereno y valor en los demás, para defenderse de la enfermedad y, en caso de contraerla, para enfrentarla con saña. Finalmente, en la hora en que están prohibidos los paseos y las diversiones fuera del hogar, la lectura es la distracción más benéfica que puede tenerse en hogar. Y si acaso, existiera la necesidad de salir, era recomendable tener una sala de desinfección, y en donde se debería hacer el baño sulfuroso a los vestidos"

Al día hoy y retomando las ideas plasmadas en el manual “La mujer en el hogar” de la maestra Dolores Correa, nos damos cuenta de que los remedios para mitigar las epidemias tienen grandes similitudes con las recomendaciones higiénicas de ahora. Los posibles cambios no se aplican a las medidas de control de la enfermedad en sí mismas. Es decir, al día de hoy seguimos sanitizando la casa y las ropas; se procura tener una buena alimentación y mantener un bajo consumo de alcohol. Considero que hay otro tipo de cambios como son: los recursos médicos que ahora se utilizan para prevenir el contagio y curar la enfermedad; la forma de enunciar las mismas medidas que ahora conocemos popularmente como “distanciamiento social”, “sana distancia” y/o “quédate en casa”; el cambio en los recursos a través de los que se difunde la información a través de los medios de comunicación masivo (radio, tv, www u otros) y el cambio en los estilos de vida y alimentación; en la dinámica familiar (madre o padre solteros, madre o padre trabajadora, abuelos que cuidan a los nietos, parejas del mismo sexo con hijos, entre otros). Sin pretender caer en estereotipos, esto también me recuerda la importancia de la mujer, como agente de orden, de disciplina, pues ahora hay importantes campañas a favor de las mujeres cuidadoras, reconociendo su trabajo en casa y en los hospitales. Noto la vigencia de la sabiduría popular en paralelo con el conocimiento científico. En conclusión, come sano, evita el alcohol, evita las aglomeraciones, mantén tu casa limpia, cubre tu boca al estornudar o toser; aún estamos viviendo tiempos de pandemia.

* La doctora Adriana Corral Bustos es Investigadora de El Colegio de San Luis, dentro del Programa de Historia adriana.corral@colsan.edu.mx