El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ordenó este jueves desplegar del ejército en las calles tras una oleada de protestas violentas en contra suya que han sumido a buena parte del país en el caos, incluyendo la capital, Tegucigalpa.

Las protestas se intensificaron el miércoles en la noche, con quemas de neumáticos en las principales ciudades del país y el saqueo y destrucción de negocios.

Estos hechos provocaron la muerte de dos personas la madrugada de este jueves, según informó el Hospital Escuela, de Tegucigalpa, que reportó además el ingreso de 21 lesionados, entre ellos, un menor de edad.

La institución indicó que el primero de los muertos, identificado como Erick Peralta, murió apuñalado, mientras que Luis Maldonado recibió un disparo en la cabeza.

La situación se agravó el miércoles por una huelga de transportistas que bloqueó decenas de carreteras del país para exigir mejoras en sus condiciones de trabajo y dejó sin combustible a muchas gasolineras.

El presidente Hernández argumentó que el envío del ejército a las calles se hace para “garantizar el derecho a la libre locomoción, libre tránsito, pero también la protección de la propiedad privada y pública y desde luego la protección a la integridad física de los hondureños”.

Detrás del estallido social se encuentra la crisis iniciada a principios de mayo, cuando el Parlamento aprobó reformas en educación y salud que generaron rechazo entre los sindicatos, pues denuncian que abren el camino a la privatización de servicios y despidos masivos.