El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nombró el domingo a un “duro” para que dirija el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Mark Morgan, y un día después la agencia anunció que cuenta con una nueva arma para atacar a las “ciudades santuario”, creadas para proteger a los inmigrantes sin papeles de ser perseguidos por el gobierno federal.

El nuevo programa se denomina Warrant Service Officer (WSO) y establece que, en las cárceles locales de dichas ciudades, los oficiales pueden mantener retenidos durante 48 horas a inmigrantes indocumentados, si así lo requiere el ICE, aunque no pese sobre ellos orden de detención.

“Estas autoridades locales se guardan las espaldas ante posibles juicios en su contra por mantener retenidos a presos sin orden judicial”, indica el ICE en un comunicado.

“Las políticas que limitan la cooperación con ICE socavan la seguridad pública, impiden que la agencia ejecute su misión de mandato federal y aumentan los riesgos para los oficiales obligados a realizar arrestos a gran escala en lugares no seguros”, manifestó el director interino de ICE, Matthew Albence, en relación a ciudades santuario, como Los Ángeles, San Francisco, Chicago o Nueva York, todas con gobiernos demócratas.

Cubrirse las espaldas. Para evitar una disputa judicial con las ciudades santuario, el ICE asegura que el WSO no significa el inicio de un proceso de deportación. Con ello, los policías locales se guardan las espaldas ante posibles juicios en su contra por mantener retenidos a presos sin orden judicial.

Eso sí, el comunicado admite que si el periodo de retención sobrepasa las 48 horas y agentes de ICE no se han hecho cargo de algún reo, éste debe ser liberado.