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Impuesto de refrescos debe pasar del ajuste a las recomendaciones de la OMS

La propuesta de incremento obedece al ajuste por la inflación, pero está lejos de alcanzar el 20%, señalan organizaciones civiles v Niños y jóvenes, blancos de la industria: experta

La propuesta de incremento obedece al ajuste por la inflación, pero está lejos de alcanzar el 20%, señalan organizaciones civiles v Niños y jóvenes, blancos de la industria: experta

Impuesto de refrescos debe pasar del ajuste a las recomendaciones de la OMS

Impuesto de refrescos debe pasar del ajuste a las recomendaciones de la OMS

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El incremento de impuestos a bebidas azucaradas presentado en el Paquete Económico 2020 es una buena señal, sin embargo, insuficiente ante las necesidades del país en el combate a la obesidad, señala la organización El Poder del Consumidor, institución eje de la Alianza por la Salud Alimentaria.

La propuesta del Gobierno Federal incluye una actualización a los impuestos específicos a los productos de tabaco y a las bebidas azucaradas:  en el caso de los cigarros, a partir del 1 de enero de 2020 la cuota específica vigente de 35 centavos por unidad pasaría a 48.90 centavos, cuyo ajuste contempla la inflación acumulada en el periodo del 2011 al 2019. La cuota específica se mantuvo sin cambios durante años, desde 2011.

En el caso de las bebidas azucaradas, la cuota específica se actualiza de 1.17 pesos por litro a 1.2705, que es la inflación acumulada de 2018 y la estimada para 2019 (3.6 por ciento).

“En ambos casos, con el fin de evitar que la carga fiscal disminuya, se propone que la cuota se actualice cada año, como sucede con el resto de los impuestos. En ambos casos se trata, no de un aumento en términos reales, sino de una actualización conforme a la inflación”, señala la organización en un comunicado.

De acuerdo con Erick Antonio Ochoa, director de la organización Salud Justa Mx, la propuesta presentada por el Poder Ejecutivo “es sumamente valiosa, porque rompe la parálisis en las políticas de salud pública que predominó durante años, sobre todo durante el sexenio de Enrique Peña Nieto”.

No obstante, para ahondar la disminución de prevalencia en el consumo es indispensable que la tasa impositiva aumente significativamente en términos reales, como recomienda la Organización Mundial de la Salud, añade.

Alejandro Calvillo, Director de El Poder del Consumidor, apunta que la actualización anual del impuesto a las bebidas azucaradas de acuerdo a la inflación es una medida importante y más el reconocimiento que se le da a esta medida como política de salud pública y una necesidad para subsanar parte de los costos en salud que genera el consumo de estos productos.

“Es importante que se considere aumentar este impuesto al 20 por ciento, como se recomienda internacionalmente, y que los recursos se etiqueten al sector salud, tanto para atención como para prevención”.

CONSUMO A TEMPRANA EDAD.  Por otra parte, Carola García Calderón, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, refiere que en México, el consumo de comida y bebidas chatarra se vincula con recompensas y con la convivencia, lo que se refuerza con la mayoría de la oferta de alimentos afuera de las escuelas: prácticos, rápidos, baratos y de poca calidad.

En el país, cerca de 20 millones de personas tienen entre 10 y 19 años de edad, y la publicidad dirigida a este segmento les propone vivir lo inmediato, asociar el consumo con la felicidad, el bienestar y el placer.

“Aquí, el consumo de alimentos chatarra y refrescos entre jóvenes se inicia desde la infancia, en ambientes familiares y escolares, y se relaciona con ocasiones festivas, por lo que se privilegian por encima de los valores nutricionales”.

La académica puntualizó que existen tres tipos de alimentos que desencadenan respuestas de aceptación en el cerebro: los dulces, los salados y los grasientos, que además son adictivos. “La industria de alimentos los diseña para que duren más tiempo, y la publicitaria busca generar el deseo de consumirlos; estos objetivos no van dirigidos a satisfacer necesidades nutricionales”.

Además, “los hábitos y horarios de alimentación en las zonas urbanas (donde la producción de alimentos está industrializada) han creado un ambiente obesogénico, que se traduce en un problema de salud pública”. Según datos de la Academia Mexicana de Medicina de 2012, siete de cada 10 adultos (49 millones) y uno de cada tres niños (12 millones) presentaron sobrepeso, obesidad y obesidad mórbida, refirió.

Por otra parte, la televisión sigue siendo uno de los principales medios de entretenimiento y el de mayor inversión publicitaria, pero los jóvenes ahora ven más contenidos audiovisuales en Internet, por lo que la publicidad se está redirigiendo a estos espacios.