Escenario

¿Inclusión en los festivales de música? Más allá de los escenarios y de los discursos

Especial. Hoy inicia la vigésima edición del festival Vive Latino y entre muchas de las actividades que incluyen se encuentran las de la Zona Restart. ¿Ya las conoces?

Especial. Hoy inicia la vigésima edición del festival Vive Latino y entre muchas de las actividades que incluyen se encuentran las de la Zona Restart. ¿Ya las conoces?

¿Inclusión en los festivales de música? Más allá de los escenarios y de los discursos

¿Inclusión en los festivales de música? Más allá de los escenarios y de los discursos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Cuando surge el tema de INCLUSIÓN en los festivales musicales o cualquier evento masivo, vienen a la mente todo tipo de aspectos a tratar que van desde la diversidad musical, discursos o servicios que representen y suplan las necesidades de los diferentes  sectores que hoy integran la sociedad: mujeres, jóvenes, familias, indígenas, comunidad LGTB+, veganos —y en algunos casos contados— hasta  la comunidad pet friendly, pero pocas —o en nulas ocasiones— se piensa en las personas con discapacidad.

“La manera en que los organizadores sean más incluyentes con nosotros es a través de la información. Es lógico que el desconocimiento de un tema no permite darle el auge que requiere para que sea entendible para todos. Es necesario conocer los diferentes tipos de discapacidad y cómo dirigirte con las personas que la padecen. Existen talleres de sensibilización a los que todos deberíamos asistir”, pidió Omar Sánchez, beneficiario de Restart.

Motivo por el que en 2015 Frix Anchondo fundó Restart, una organización sin fines de lucro, que apoya a personas que presentan distintos tipos de discapacidad, para ayudarles a crear las oportunidades que les permitan integrarse socialmente.

“Cuando empezamos con Restart, la idea era hacer actividades en conciertos, teatros y salas de cine, que abarcaran todo el medio del espectáculo, pero que estuvieran enfocadas a personas con enfermedades terminales, enfermedades crónicas y personas con discapacidad de todo tipo. La idea era ésa, que las personas con un intervalo de vida corto o que estuvieran en desventaja para tener acceso a ese tipo de eventos, cumplieran con el sueño de conocer a su artista favorito”, compartió Frix Anchondo.

Un año después de su fundación, Restart tomó la batuta para crear los espacios adecuados para personas discapacitadas en la edición 17 del Vive Latino. Desde entonces las Zonas Restart se han abierto paso por algunos de los festivales más importantes del país, entre los cuales también se incluyen Corona Capital, EDC y Corona Hell And Heaven.

“Durante 2018, logramos estar en los cuatro festivales, principalmente por la diversidad de géneros, porque aunque empezamos con el Vive Latino, quisimos abarcar otros gustos de la gente, para que ellos también pudieran vivir esta experiencia”, explicó Frix.

Aunque, en el caso de Vive Latino, ya se contaba con espacios para personas con discapacidad, las zonas se encontraban bajo condiciones mínimas: plataformas a un nivel bajo y muy alejadas del escenario o en la periferia, las cuales ofrecían una vista limitada del espec­táculo —como quien por elección decide quedarse atrás de la multitud para convivir con sus acompañantes y disfrutar solo el  escuchar la música a lo lejos; la diferencia es que las personas con discapacidad no tenían la posibilidad de elegir, ése era el espacio destinado para ellos–—y para las personas en silla de ruedas, salirse de esa zona implica una serie de riesgos que en el mejor de los casos podría resultar en un festival completo apreciando la espalda baja de los asistentes.

Finalmente fue Frix quien se acercó a Ocesa para presentarles el proyecto en diciembre del 2015, el cual fue aceptado y con tan sólo tres meses de planeación logró iniciar una “lucha pasiva” —sin marchas ni protestas, pero llena de acciones constantes y firmes— contra la discriminación hacia las personas con discapacidad en uno de los festivales más importantes de Latinoamérica.

“Al principio llegamos y a la promotora le encantó la idea, ellos se abrieron a trabajar con nosotros aunque nunca lo habíamos hecho, así que fuimos aprendiendo de la mano y sobre la marcha”, admitió.

“Descubrimos que el trabajo que había por hacerse era mucho, así que pensamos en estos festivales para que el proyecto se diera a conocer, teníamos que hacer algo en grande. Porque surgimos como un medio de comunicación enfocado al entretenimiento para personas con discapacidad, pero al final logramos constituirnos como una fundación”,  señaló.

El equipo detrás de Restart o “la familia Restart”, como se hacen llamar, está compuesta por gente motivada y comprometida con la labor que hacen, que empatizan porque conocen las condiciones que implican tener una discapacidad o vivir con una persona con discapacidad, además de especialistas que se han sumado en el camino.

Ese año se abrió la sección Vive Más, que ofrecía experiencias adicionales a los conciertos, en la que se incluyó “Clan de Clanes”, una iniciativa liderada por Rubén Albarrán (Café Tacvba) que incluía temazcales y un discurso sobre el cuidado ambiental a partir del concepto de los cuatro elementos naturales: viento, fuego, tierra y agua.

“En 2016 también se incluyó lo del Vive Neutro, y muchas otras cosas que se crearon para esa edición, entre ellas las actividades de Zona Restart, como ‘Vive Altruista’, una iniciativa que —fuera del asistencialismo, que era una imagen que no querían dar—, significaba eso, ser altruista y ayudar a una persona más allá de tus intereses“, mencionó.

La iniciativa iba desde donar boletos para personas con discapacidad y sus acompañantes, hasta viajes gratuitos completos (ida y regreso) al festival. “Porque si de por sí ya les costó mucho trabajo conseguir o rentar una silla de ruedas, asistir a un festival es un gasto que queríamos minimizar. Conseguimos códigos de UBER, para que pudieran pasar por ellos a sus casas y llegar al festival, y de regreso. Nosotros les conseguimos alimentos, bebidas, snacks y regalos de las marcas que participan en el festival”, señaló.

“Además de los regalos también buscamos las convivencias, porque el Vive Latino se caracteriza justo por eso, por sus firmas de autógrafos y convivencias para los V.I.P, pero una persona en silla de ruedas que se traslade de la firma y de regreso a un escenario, ¿cuánto se puede tardar?”, cuestionó.

Sin mencionar que muchas de las rutas para desplazarse de un escenario a otro no cuentan con los caminos adaptados para llegar a ellos con sillas de ruedas, sobre todo en el caso de los escenarios que se encuentran sobre alfombra o pasto.

“La primera banda en participar en la historia de las Zonas Restart, fueron Las Víctimas del Doctor Cerebro. Mi equipo y yo nos encontrábamos atrás con los artistas preguntándoles qué opinaban respecto a lo que se estaba haciendo y entonces ellos en ese momento se enteraron y escuché su entusiasmo por el tema, así que vi la oportunidad e interrumpí la entrevista para invitarlos —porque en realidad ellos no tocaron en el Vive, iban sólo como invitados—; en ese momento estaba Café Tacvba en el escenario principal, así que logramos sacarlos por atrás de dicho escenario para llevarlos a la zona y al subir, la reacción de ambos, tanto de la banda como los chicos de la Familia Restart, fue tan mágica que todos se pusieron a llorar, hasta las novias de los integrantes que los acompañaban (risas). Fue un momento épico”, narró.

Historias como éstas han plagado desde entonces las ediciones donde Restart se hace presente con proyectos como La Tremenda Korte, ­Little Jesus, The 5 6 7 8’s, Chingadazo de Kung Fu, Lng/Sht, Molotov, Panteón Rococó, por mencionar algunos. El tipo de convivencias que sólo los clubes de fans han experimentado y que la fundación le ofrece a ese público que pocos voltean a mirar.

No obstante la atención especializada que el staff de Restart proporciona a los asistentes, va más allá de las “comodidades” durante el evento; también cuentan con personal capacitado para atender distintas situaciones de salud y psicológicas que puedan presentar los asistentes.

“Queremos hacer muchas cosas y no sólo con Zonas Restart sino con Restart en general, pero muchas veces nos limita mucho el recurso. Al ser una fundación sin fines de lucro, desde el principio empezamos con recursos propios, de cada persona que participa en el equipo”, indicó.

Continuó: “Porque las estancias del gobierno no nos ayudan, al contrario, cuando yo inicié este proyecto tenía 22 años, así que por mi edad hubo quien llegó a pensar que era lavado de dinero y por esa razón tuve que demostrar durante estos años lo que hemos hecho sin apoyo de nadie. Porque no creían que yo quisiera buscar un apoyo siendo tan chica y se interpretaba como que era una prestanombres”, declaró.

Frix Anchondo vio en su equipo la posibilidad de ofrecer a la comunidad algo más que la simple experiencia de asistir a un concierto, sino también la posibilidad de ofrecer momentos únicos y de contrarrestar el estigma que la sociedad tiene respecto a este sector. Normalizando su participación y visualizando la necesidad y urgencia que existe por crear una conciencia solidaria y empática entre ciudadanos.

“La verdad es que quisiéramos crecer más a Restart pero es muy difícil un proyecto de esta magnitud porque si actualmente están quitando recursos para proyectos de discapacidad y retirando apoyos a personas con discapacidad, además de que ya quieren desaparecer al CONADIS, ¿qué podemos esperar nosotros? Actualmente en México, el apoyo a todo lo que tiene que ver con discapacidad es muy bajo, por eso trabajamos por nuestros propios medios o en especie, cuando nos donan productos”, concluyó.