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Insultar a veteranos y soldados caídos, ¿el último clavo en el ataúd de Trump?

Los militares llevan años tomando nota del menosprecio del presidente, pero la revelación de que llamó “perdedores” a los caídos en la I Guerra Mundial y “fracasados” a quienes combatieron en Vietnam es una bomba mediática de dimensiones imprevisibles en un país que adora a sus tropas.

Insultar a veteranos y soldados caídos, ¿el último clavo en el ataúd de Trump?

Insultar a veteranos y soldados caídos, ¿el último clavo en el ataúd de Trump?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

"¿Por qué debería ir a ese cementerio? Está lleno de perdedores". Así se expresó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en noviembre de 2018, cuando debía visitar el cementerio estadunidense de Aisne-Marne, cerca de París, para conmemorar el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial. Finalmente, no hubo visita. La versión oficial fue que su "helicóptero no podía volar" con la lluvia, cuando podría haber ido en coche como los demás mandatarios. Este jueves la revista The Atlantic reveló la verdadera razón: Trump no quería despeinarse con la lluvia y, sencillamente, no le apetecía rendir homenaje a lo que él consideró unos “fracasados”: Los 116 mil soldados estadunidenses que fallecieron en la Gran Guerra, como se le llamaba entonces.

El mandatario negó el viernes las acusaciones, y dijo incluso que solo un “animal” diría algo así. Sin embargo, The Atlantic citó cuatro fuentes anónimas diferentes entre altos oficiales que estaban entonces en el gobierno, y la información la confirmó después Associated Press (AP). También este sábado la CNN aseguró haber conseguido sus propias fuentes que confirman las palabras del presidente.

La revista también aseguró en su reportaje que cuando el gobierno estaba preparando el desfile militar de conmemoración del Día de la Independencia que él mismo había reclamado (para copiar el que Francia organiza el 14 de julio en el aniversario de la toma de la Bastilla), a Trump no le gustó la idea de que incluyeran a veteranos heridos en combate. "Ese no es un buen aspecto", "a los estadunidenses no les gusta eso", indicó la fuente de The Atlantic.

El viernes en la noche, la polémica aumentó todavía más, cuando Jennifer Griffin, una periodista especializada en Seguridad Nacional de nada más y nada menos que Fox News, el canal de referencia del presidente, aseguró que Trump también llamó “fracasados” a todos los soldados estadunidenses que combatieron en dos décadas en la guerra de Vietnam, que consideró que general, fue “estúpida”.

EL PRECEDENTE MCCAIN

Estas palabras, que cuesta creer que no sean verdad, son sorprendentes, pero en realidad, Trump llevaba tiempo dando muestras, en privado e incluso en público, de su profundo desprecio por los soldados de su país. Mientras el presidente se ha llenado la boca durante su mandato asegurando que nadie ama a las tropas más que él (igual que nadie es menos racista que él, por ejemplo), es difícil no recordar ahora cómo en su enfrentamiento con el senador y excandidato presidencial republicano John McCain, el mandatario llegó a menospreciarlo por haber sido capturado durante la guerra de Vietnam.

Es cierto que cuando Trump llamó “perdedor” a McCain en 2015 durante un acto de su precampaña electoral para las elecciones de 2016 se refirió a su derrota en 2008 ante Barack Obama, pero cuando el periodista que le entrevistaba le reclamó que el senador, fallecido en 2018, era “un héroe de guerra”, el ahora presidente replicó: “No es un héroe de guerra… es un héroe de guerra porque le capturaron. Me gusta la gente a la que no capturaron, siento decirlo”.

UN TURBIO ESCAPE DE LA GUERRA

Cabe recordar que Trump evitó ir a la guerra de Vietnam gracias a un diagnóstico de un crecimiento óseo en los talones. En 2018, The New York Times publicó un reportaje en que las hijas del podólogo Larry Braunstein aseguraban que su padre, fallecido el año anterior, siempre relató cómo ayudó al joven Trump a evitar ir a la guerra. Braunstein rentaba su consulta a Fred Trump, padre del actual presidente.

“YA LO SABÍAMOS"

En una emotiva charla con la CNN este sábado, el capitán Jason Kander, veterano de guerra y colaborador de la campaña presidencial del demócrata Joe Biden, recordaba a los espectadores el episodio en que Trump ordenó, nada más llegar al poder, una incursión terrestre contra Al Qaeda en Yemen solo porque Obama la consideraba demasiado peligrosa. La operación fue un desastre: El objetivo se perdió, un Navy SEAL murió y un avión de 75 millones de dólares del ejército quedó destruido.

Todavía no acababa 2017 y arreciaba otra polémica. Según múltiples fuentes, las palabras que Trump eligió para “consolar” a la viuda de un soldado muerto en combate fue que “él ya sabía en lo que se estaba metiendo”. Kander recordó también la imprudencia del presidente al asesinar al inicio de este año al general iraní Qasem Soleimaní, profundamente venerado en el país, lo que situó a EU al borde de una guerra con Irán que hubiera tenido consecuencias catastróficas; todo, por colgarse una medalla.

Todavía más reciente es el episodio en que Trump desdeñó los informes de inteligencia que, desde febrero, indicaban que el presidente ruso, Vladímir Putin, llevaba años pagando bonos a milicias afiliadas a los talibanes en Afganistán por matar a soldados de Estados Unidos. Cuando el caso salió a la luz a finales de junio, el mandatario dijo que no era verdad, que él no sabía nada.

LA GOTA QUE COLMA EL VASO

“Una de las cosas más difíciles es dar un largo abrazo a tu hijo antes de que se marche (a la guerra). Y yo no he tenido que hacerlo, pero mi familia sí, así que imagina vivirlo y estar pensando que el presidente cree que tú y tu familia son unos fracasados”, sentenció Kander.

Es innegable que todos estos precedentes pesan: Este lunes, días antes de que estallara la bomba mediática, una encuesta publicada en el portal Military Times aseguraba que Trump tiene una intención de voto del 37.4 por ciento entre soldados en activo, mientras que Biden tiene un 41.3 por ciento. El diario recordaba que, al inicio de su mandato, un 46 por ciento de los soldados veía al presidente favorablemente, por solo un 37 por ciento que tenía de él una opinión negativa.

Y es que, tradicionalmente, el estamento militar se ha inclinado más por respaldar al Partido Republicano, pero esto ahora puede cambiar. Y no solo entre los militares, porque, en un país donde la reverencia por los soldados y los veteranos de guerra se extiende por todo el espectro político y social, estos insultos son algo que puede que no le perdonen ni los republicanos más sumisos.