Integración latinoamericana... un sueño
Refrán popular
Andrés Manuel López Obrador se ha caracterizado por operar una política exterior sui generis cuyo rasgo principal es su desinterés por acudir a reuniones con mandatarios internacionales o fomentar personalmente las relaciones de México con los países desarrollados.Pero Latinoamérica es otro asunto en la mente presidencial, tal vez otra sospecha de que padece un delirio de sentirse algo encima… de sus colegas y eso le hace sentir más cómodo, tanto que ahora pretende dar un nuevo impulso a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Mire usted, la UE nació en 1957 como Comunidad Económica Europea y fue hasta 1993 -después de la caída del Muro de Berlín- que se consolidó como Unión Europea, con un parlamento multinacional y una misma moneda. En síntesis, seguir este modelo no es enchílame la otra… La unión de varios países implica ceder parte de soberanía en aras de obtener otros beneficios a través de una mayor vinculación integral. Establecer tratados comerciales generalizados es la parte sencilla; lo difícil es llegar a acuerdos sólidos sobre cuáles son, qué significan y cómo se aplican conceptos civilizatorios como los procesos democráticos, la igualdad de género, los derechos humanos, la preservación del medio ambiente, etc.
… Y luego, obedecerlos.
Ahí es donde creo, doctor Almagro, que la idea de AMLO tiene pocos visos de hacerse realidad.Una Comunidad implica un total respeto a los gobiernos de cada país si éstos llegaron al poder por la vía democrática. No caben las simpatías personales de nuestro presidente. ¿Cómo incluir a Cuba en la CELAC si su gobierno es dictatorial? ¿Cómo aceptar a Venezuela si sus elecciones son tan dudosas con el fin de mantener a Nicolás Maduro en el poder?Y más allá de ideologías, hay problemas prácticos de muy difícil solución como la producción y tráfico de drogas o la libre migración entre los países miembros de la Comunidad. Lo mismo aplica a la destrucción de la Amazonia, que tanto afecta al medio ambiente global.
A lo largo del gobierno lopezobradorista hemos visto como el presidente se brinca las trancas… No le gustan las instituciones y pretende pasar por encima de compromisos legales si una idea se le mete en la cabeza. Tampoco escucha argumentos distintos de los suyos; baste recordar cómo sus leyes de energía contravienen nuestros tratados comerciales o su desprecio hacia el feminismo…En fin, don Luis, usted duerma tranquilo, pues para transformar a la CELAC, López Obrador es en sí mismo.., el primer obstáculo.Investigación: Upa Ruiz upa@delfos.com.mxInternet: Lmendivil2010@gmail.comFacebook: Leopoldo MendívilTwitter: @Lmendivil2015Blog: leopoldomendivil.com