Nacional

Intentó meter armas a México y lo destituyeron; ahora es jefe antidrogas y candidato a mando en la Guardia Nacional

Carlos Alberto Flores es titular en la División de combate a drogas en la agónica Policía Federal. En 2007, cuando era director de la Policía Estatal Preventiva de Baja California, fue detenido en EU cuando intentaba pasar pistolas y cartuchos al país

Carlos Alberto Flores es titular en la División de combate a drogas en la agónica Policía Federal. En 2007, cuando era director de la Policía Estatal Preventiva de Baja California, fue detenido en EU cuando intentaba pasar pistolas y cartuchos al país

Intentó meter armas a México y lo destituyeron; ahora es jefe antidrogas y candidato a mando en la Guardia Nacional

Intentó meter armas a México y lo destituyeron; ahora es jefe antidrogas y candidato a mando en la Guardia Nacional

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Es nada menos que el titular de la División Antidrogas, puesto que ocupa recientemente en la Policía Federal y tiene un antecedente más que curioso: en 2007 fue detenido en Estados Unidos por tratar de pasar armas hacia México, aprovechando la laxitud que existe en la legislación estadunidense para venderlas (justo lo que la Cancillería mexicana reclama actualmente al gobierno de Trump). Eso le costó a este policía, Carlos Alberto Flores, su carrera en Baja California. Pero ahora es nada menos que el responsable de una de las divisiones más delicadas de la moribunda corporación federal y candidato natural a ingresar en posición de mando a la Guardia Nacional.

Era el verano del 2007 cuando Carlos Alberto Flores fungía como director de la Policía Estatal Preventiva, considerada en aquellos años la de élite en Baja California. Fue asegurado en Estados Unidos junto con otras dos personas en posesión de pistolas y cartuchos que adquirieron en una feria de armas en Arizona.

Fuentes en Arizona y California de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos involucradas en aquel caso (ATF, por sus siglas en inglés), confirmaron que los hechos ocurrieron y que, en su momento, corroboraron la adquisición de dichas armas por parte de Flores y sus acompañantes. Flores hizo las compras con reglas que se aplican a los estadunidenses y no a los extranjeros. Además, la intención de ingresar las armas a México representó ya una falta directa a las leyes de nuestro país. Tras el atentado que sufrió en el 2006 el entonces secretario de Seguridad Pública del Estado, Manuel Díaz Lerma, asumió el puesto Víctor de la Garza Herrada, quien nombró a Carlos Alberto Flores como director de la Policía Estatal Preventiva.

Durante un fin de semana, y mientras estaba en funciones con dicho nombramiento, acudió a una feria de armas en Arizona en compañía de un comandante de esa corporación, identificado como Guillermo Valle, así como del oficial de la Policía Federal Preventiva, José Santos Cortés González.

Tras salir de la Gun’s Show en la ciudad de Phoenix, fueron detenidos por policías locales y canalizados con las autoridades de la ATF. Los agentes mexicanos fueron acusados de violar una norma que prohíbe a extranjeros adquirir armas de fuego en territorio norteamericano. Se dirigían ya hacia México.

Cabe mencionar que al realizarles la revisión, los tres policías mexicanos traían consigo tres revólveres (de 4.40 y 45 milímetros), y unos 450 proyectiles, de acuerdo con las propias fuentes de la ATF. Asimismo, hicieron referencia a que los tres agentes pagaron una fianza y recuperaron la libertad (otra de las laxitudes que México reclama a EU).

De acuerdo con la información de los archivos de la propia Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Carlos Alberto Flores fue cesado una semana después de este incidente.

“Yo iba de compañía”. El área de Asuntos Internos de la propia dependencia hizo referencia a que en su momento Flores negó que hubiera adquirido armas de forma irregular y para uso personal en Arizona. Sin embargo, el entonces jefe policíaco aceptó que sí asistió a la feria de armas en compañía de un agente estatal y otro federal, de extracción militar, y que este último fue quien supuestamente compró las pistolas.

Flores dijo en sus declaraciones que efectivamente ese fin de semana acudió junto con otros dos agentes al Gun’s Show en Phoenix, Arizona, para observar qué tipo de armas se vendían y cuáles eran las novedades.

Sin embargo, el exdirector de la PEP aseguró que la compra la hizo el agente de la Policía Federal, José de los Santos Cortés González. A pesar de lo anterior, las autoridades de la ATF en Arizona, reportaron que las investigaciones que en su momento hicieron, indican que los tres agentes policíacos fueron a la feria de armas con toda la intención de hacer compras, y que varios testigos los vieron hacer las transacciones.

La indagatorias de la propia ATF señalaron que en este caso los tres policías mexicanos estaban comprando armas para su uso personal y que acordaron con el vendedor mantener contacto para más compras. Según el reporte oficial, elementos de Inmigración y Aduanas monitoreaban la exhibición y observaron cuando Cortés negociaba el precio de las armas con el vendedor. Después, Flores y el agente Valle se encontraron con Cortés y continuaron su negociación al adquirir municiones y aditamentos para las armas.

Corporación cuestionada. Desde los tiempos en que Carlos Alberto Flores era director de la Policía Estatal Preventiva en Baja California, dicha corporación fue cuestionada por una serie de abusos, desapariciones e incluso homicidios.

Tal ha sido el grado de escándalo y desprestigio de dicho cuerpo de seguridad, que el gobernador electo, Jaime Bonilla Valdez, ya anunció que lo va a desaparecer, para transformarlo en una Policía Comunitaria.

Miguel Ángel García Leyva, coordinador jurídico de la Asociación Esperanza contra las Desapariciones Forzadas en la entidad, señaló que en el 60 por ciento de los casos de personas desaparecidas en que se ha acusado a policías de estar inmiscuidos, se trata de elementos de la Policía Estatal Preventiva.

Recordó además casos en los que han sembrado droga o armas a personas, o en los que se han excedido en tácticas de tortura y donde incluso se in­currió en asesinatos de supuestos delincuentes.

“Hubo casos como en 2012, cuando mataron a un detenido en los separos de la PEP, o cuando atropellaron a un hombre de escasos recursos en la colonia Solidaridad Social de Mexicali, porque supuestamente traía droga, cuando en realidad llevaba tacos para que desayunaran sus padres”, expresó García Leyva.

El propio gobernador electo, Jaime Bonilla Valdez, comentó que el equipo de transición tiene documentados decenas de casos donde agentes de la PEP han participado en actos de tortura, desaparición forzada, siembra de delitos y homicidios. Por lo anterior, sostuvo que dicha corporación ya no puede ni debe ser sostenida en Baja California.

En la ruleta de los puestos gubernamentales estos hechos pasaron desapercibidos o fueron considerados intrascendentes por la 4T, dejando la mesa puesta a Flores, quien estará a cargo del área más delicada de la Guardia Nacional.