El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, anunció ayer que convocará elecciones este 14 de octubre, si no logra el apoyo de la quincena de diputados conservadores rebeldes, que amenazan con unirse a la oposición para pedir un nuevo aplazamiento del brexit, en caso de no se logre un salida negociada este 31 de octubre, fecha prevista para la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

Johnson, que insiste en que Gran Bretaña va a salir de la UE el 31 de octubre “con o sin acuerdo”, lanzó ayer un órdago antes de la votación en el Parlamento, prevista para hoy: “Quiero que todo el mundo lo sepa: Bajo ninguna circunstancia pediré una nueva prórroga a Bruselas. Nos vamos el 31 de octubre”.

“Yo no quiero unas elecciones, ustedes no quieren unas elecciones”, declaró, después de amenazar con expulsar a los conservadores que voten en contra de la disciplina de partido.

El premier británico —calificado por The Guardian, citando a Winston Churchill, como “el peor dirigente desde que Calígula designó cónsul a su caballo”— justificó su ultimátum señalando que si los diputados limitan su capacidad para ejecutar un brexit duro le resultaría “imposible” seguir adelante con su estrategia, que es tratar de arrancar nuevas concesiones a Bruselas.

Yo, encantado. En cualquier caso, Johnson no puede convocar unas elecciones anticipadas sin el beneplácito de dos tercios de la Cámara de los Comunes, por lo que requiere el visto bueno del Partido Laborista, cuyo líder, Jeremy Corbyn, ya ha sugerido que está dispuesto a aceptar esa vía.