Opinión

Juan Guaidó, presidente de Venezuela

Juan Guaidó, presidente de Venezuela

Juan Guaidó, presidente de Venezuela

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Aunque se impuso un cerco informativo contra los canales de televisión, las estaciones de radio, las redes sociales y, en general, internet, la dictadura de Nicolás Maduro no pudo bloquear las transmisiones del canal VPI TV. Las imágenes que transmitió por YouTube ese medio de comunicación fueron impresionantes: ríos de gente tomaron las calles, plazas y avenidas de Caracas para acompañar la toma de posesión de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

¿Pero, en qué se sustenta esta determinación? En que ese joven político (tiene 35 años de edad) es el presidente de la Asamblea Nacional. La Constitución de Venezuela prevé que, en caso de faltar el titular del Poder Ejecutivo o de usurpación, las competencias de ese poder del Estado recaerán, provisionalmente, en quien esté al frente del Poder Legislativo. Tal es el fundamento que respalda la acción registrada antier, miércoles 23 de enero, en la tierra donde nació Simón Bolívar.

Previamente, la Asamblea Nacional había tomado la determinación de desconocer a Nicolás Maduro como presidente legítimo y calificarlo, justamente, como un usurpador. Veamos por qué: el 7 de diciembre de 2015—tras 16 años de gobiernos chavistas—la oposición ganó por una amplia mayoría las elecciones parlamentarias. Eso ocurrió gracias a que los diversos grupos y partidos contrarios a la línea populista se unieron en la Mesa de Unidad Democrática (MUD).

El propio Nicolás Maduro reconoció su derrota: “Los aceptamos, los resultados, exactamente como han sido emanados por el poder electoral. Esto lo agarramos como una bofetada para despertar hacia lo que nos toca en el futuro.”

No obstante, Maduro recurrió a una artimaña: mediante un decreto (N° 2830) expedido el 1 de mayo de 2017 convocó a la formación de una Asamblea Nacional Constituyente, que asumió facultades plenipotenciarias por encima de los poderes públicos del Estado. En su formación sólo participaron personajes ligados a Maduro: su esposa Cilia Flores, Delcy Rodríguez, Aristóbulo Istúriz, Isaías Rodríguez y Diosdado Cabello. Se dijo que se trataba de un ejercicio de democracia directa en la que entrarían, exclusivamente, las organizaciones populares: campesinos, obreros y organizaciones afiliadas al chavismo. Se trató de una clara violación del orden constitucional. Por esta vía fraudulenta, inconstitucional e ilegítima Maduro fue reelecto el 22 de mayo de 2018 y tomó posesión hace dos semanas, el 10 de enero de 2019.

De allí la reacción de la Asamblea Nacional, elegida en diciembre de 2015, de aplicar la Constitución Venezolana y nombrar a Juan Guaidó como titular provisional del Poder Ejecutivo, en tanto se puedan organizar verdaderas y propias elecciones libres.

Conviene recordar que ante el paso temerario dado por Maduro con vistas a formar la Asamblea Constituyente, hubo un repudio internacional. Esta repulsa fue la que motivó la formación del Grupo de Lima (GL) el 8 de agosto de 2017. En la capital de Perú se reunieron representantes de 14 países con el propósito de buscar una salida pacífica al conflicto de Venezuela. Debemos subrayar que México fue un promotor dinámico de esta iniciativa multilateral a la que se posteriormente se unieron la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

Es importante señalar que las protestas contra Nicolás Maduro y las muestras de apoyo a Juan Guaidó no sólo se registraron en Caracas, sino en varias otras ciudades y poblados. La policía bolivariana y los paramilitares salieron a reprimir a los manifestantes. El saldo, hasta el momento, ha sido de 13 muertos.

De las muchas reacciones que estos acontecimientos han producido vale la pena destacar que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció a Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela. Nicolás Maduro reaccionó inmediatamente: anunció la ruptura de relaciones con la Unión Americana. Añadió que le daba 72 horas al personal diplomático de la embajada del país de las barras y las estrellas para abandonar Venezuela.

No obstante, el primer documento que firmó Guaidó como presidente de la república fue una petición para que el personal de las misiones diplomáticas se mantuviera en territorio venezolano.

Los reconocimientos al nuevo gobierno venezolano vienen en aumento, entre ellos están los países que forman parte del Grupo de Lima, excepto México.

Entre las naciones que han mostrado su respaldo a Maduro están: Cuba, Bolivia, Rusia, Turquía, China.

Es una vergüenza que el gobierno mexicano haya mostrado una posición pusilánime delante del conflicto venezolano invocando el principio de no intervención. Estoy de acuerdo con Leo Zuckerman, quien señala que parapetarse en ese principio, a fin de cuentas, es intervenir en favor de Maduro.

Hay que decir claro y fuerte que no todos los mexicanos respaldamos a un sátrapa que ha hundido a su pueblo en la miseria, el hambre y la opresión. Tres millones de venezolanos han tenido que salir de su país debido a las terribles condiciones que Maduro ha impuesto.

Sobre todo, no vamos a ser cómplices de un usurpador que no tiene derecho de ocupar el cargo de presidente de la república ni vamos a permitir que la plaga del populismo bolivariano se expanda a nuestra tierra.

jfsantillan@tec.mxTwitter: @jfsantillan