Opinión

Justicia Selectiva

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El sábado 21 de agosto, el excandidato a la Presidencia de la República por el PAN, Ricardo Anaya, sacó un video en el que dijo: “López Obrador me quiere fregar a la mala, le estorbo para sus planes de sucesión en el 2024. No quiere que yo sea el candidato y me quiere encarcelar porque no le gusta lo que digo.” En ese mismo mensaje, el joven político queretano agregó que tomó la decisión de “estar fuera una temporada breve” para evitar que le quiten sus derechos políticos y la posibilidad de ser candidato en las próximas elecciones presidenciales.

Andrés Manuel López Obrador, el mismo sábado 21 de agosto, negó, en su cuenta de Facebook, que hubiera una persecución política contra Anaya: “No tengo nada que ver con la persecución que supone Ricardo Anaya. No es mi fuerte la venganza. Si la Fiscalía y el Poder Judicial lo acusan de corrupción y es inocente que no se ampare ni huya, que se defienda con la fuerza de la verdad. Ya no es el tiempo de antes puede haber políticos presos, pero no presos políticos.”

Anaya afirmó que desde hace un mes el presidente tenía todo listo para iniciar un proceso legal en su contra, pero se dieron cuenta de que el expediente estaba “hecho con las patas” e “iban a hacer el ridículo”, entonces cambiaron la declaración de Emilio Lozoya. Alteraron el expediente: primero decía que a Anaya le habían dado dinero el 8 de agosto de 2014 para que su voto como diputado fuera a favor de la reforma energética; pero resulta que Anaya no era diputado en ese momento y ni siquiera estaba en la Ciudad de México. “Pues qué creen que hicieron estos desgraciados?, cambiaron el expediente.”

Anaya está entre las 70 personas mencionadas por Emilio Lozoya en el caso Odebrecht, informó Santiago Nieto titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), en septiembre de 2020.

El caso es que la FGR acusó al expresidente Enrique Peña Nieto y al exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray de haber conformado una asociación delictiva que de abril de 2013 a agosto de 214, canalizó casi 100 millones de pesos en sobornos a legisladores, entre ellos Ricardo Anaya, para aprobar la reforma energética.

Lo curiosos del caso, y que llama a sospecha, es que de esas 70 personas únicamente se haya imputado a Ricardo Anaya, y en estos momentos, precisamente. El lunes 23 de agosto el ex candidato presidencial panista reveló que, tal como lo había advertido, ese día recibió un citatorio por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), para que se presentara a un juzgado del Reclusorio Norte de la Ciudad de México. Eso comprueba que, en efecto, López Obrador se lo quiere “fregar a la mala.”

El propio lunes Anaya mandó un mensaje en las redes sociales: “Los delitos de los que me acusan, sumarían 30 años de cárcel. Menos mal que no hay persecución política y que no es tu fuerte la venganza, Andrés Manuel. Si no, imagínate. Claro que soy inocente, pero por supuesto que no le creo al presidente más mentiroso de la historia. Sé perfectamente que, si entro al reclusorio, no me van a dejar salir. ¿Cómo voy a creer en un juicio justo cuando empiezan por alterar el expediente y cambiar la declaración de Lozoya para poder acusarme?”

Allí está el doble rasero con el que se aplica la justicia en México, recalcó Anaya: si estás con López Obrador, tienes protección. Están los casos de sus hermanos, Pío y Jesús Martín, recibiendo fajos de dinero; Félix Salgado Macedonio acusado de violación y acoso sexual; los responsables del colapso de la Línea 12 del Metro; las casas de Manuel Bartlett; Irma Eréndira Sandoval, y hasta soltó a Ovidio Guzmán. Pero si estás en contra del tabasqueño, te manda un citatorio en menos de 24 horas y te trata de meter 30 años a la cárcel.

Estoy de acuerdo con Rubén Cortés (“Lo de Anaya, como Evo a su enemiga”, Arsenal. Diario Digital, 23/08/2021): aquí en México “el mismísimo presidente se injerta en policía, juez, patrullero o MP y le dice a su adversario quiero meterte a la cárcel, no huyas…lo mismo hacen Maduro, Evo Morales, Ortega, Díaz-Canel.”

De acuerdo con datos proporcionados por la ONG, Foro Penal, el tirano venezolano, Nicolás Maduro, tiene presos a 266 opositores.

Evo Morales, quien ha establecido un “Maximato en Bolivia” tiene tras las rejas a la expresidenta de ese país Janine Áñez, simplemente porque la odia.

La dictadura conyugal formada por Daniel Ortega y Rosario Murillo, tienen en la cárcel a ocho candidatos a la presidencia de la república y proscribieron al principal partido de oposición (las elecciones presidenciales se realizarán en noviembre de este año) y tienen a una cantidad indeterminada de opositores al régimen, entre ellos a compañeros suyos excombatientes sandinistas.

Después de la rebelión masiva en Cuba, el 11 de julio, el número de presos es incuantificable.

También estoy de acuerdo con Rubén Cortés cuando escribe: “a Anaya le pueden seguir otros, como hicieron con sus enemigos Evo Morales, Ortega o Maduro, los tres, por cierto, fuertes aliados ideológicos del mandatario mexicano, y los tres, con estilos de gobernar parecidos al estilo del mexicano.”

En México está en marcha la instauración de una autocracia populista.

jfsantillan@tec.mx