Opinión

Kaepernick merece volver a la NFL, ¿pero tiene con qué?

Kaepernick merece volver a la NFL, ¿pero tiene con qué?

Kaepernick merece volver a la NFL, ¿pero tiene con qué?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Con todo el tema de la discriminación racial a flor de piel en Estados Unidos en el último mes y la manera en que la comunidad de la NFL ha jugado un papel protagónico, fue imposible no pensar y darle crédito a Colin Kaepernick, que al protestar hincando una rodilla durante la entonación del Himno Nacional de EU al inicio de los encuentros provocó todo tipo de reacciones.

De aquello han transcurrido casi cuatro años, su activismo inició en agosto de 2016, su último año como jugador activo en la Liga. Tras ser cortado por los 49ers de San Francisco, ningún equipo le ofreció una oportunidad para seguir en activo y a la fecha lleva tres años sin jugar. Aunque nunca se aceptó de manera oficial, nadie duda que aquello fue una colusión entre dueños de franquicias para no abrirle la puerta toda vez que el presidente Donald Trump tachó de traición aquella manera de manifestarse y seguramente mucho tuvo que ver en la decisión de los propietarios para cerrar las puertas al mariscal de campo.

Sin embargo, ahora que las protestas retornan con mayor fuerza y muchos de los jugadores han asegurado que se hincarán durante la entonación del himno, la reacción hasta cierto punto lógica fue abogar por el regreso de Kaepernick a los emparrillados.

¿TRUMP SEGUIDOR DE KAEPERNICK? El mismo Trump, quien tanto lo atacó de manera directa ha sido uno de los promotores de la idea de que el jugador tiene derecho a una nueva oportunidad en la Liga. Ciertamente es justo brindársela, pero la pregunta que debemos hacernos es ¿aún tiene argumentos atléticos para regresar al nivel de exigencia de la NFL?

Curiosamente, el señor Trump, que no es del agrado de la mayoría, me incluyo, emitió su punto de vista y, se quiera o no, dejó ver que le gusta el futbol americano y lo ve.

La razón es que el mandatario estadunidense fue claro al señalar que Kaeperncik tiene derecho a probarse si alguien le da una oportunidad, aunque debe demostrar si aún puede jugar. “En su primer año como titular fue maravilloso, en su segundo simplemente fue bueno, pero del tercero en adelante bajo mucho su nivel”, dijo Trump sobre el jugador.

Más acertado no pudo haber sido; de hecho, es como si el mismo Trump hubiese seguido al jugador durante esos años en que participó, pues no es fácil darse cuenta de eso sin haber visto el accionar del pasador de manera detallada durante su fugaz paso por la Liga.

Al presidente norteamericano le gusta el futbol americano, de hecho, no debemos olvidar que allá en 1983 compró a la franquicia de los Generales de Nueva Jersey de la naciente United States Football League (USFL), y pese a su poca empatía que tiene por la gente de color, hizo de Hersell Walker su primera selección y contratación bomba en la Liga. Walker era un corredor fenómeno salido de los Bulldogs de Georgia

Es por ello que llama la atención el conocimiento de Trump sobre el desempeño de Kaepercnick en su corta carrera con los 49ers.

Ante eso, la gran incógnita es ¿de verdad algún equipo o entrenador tendrá interés en el jugador a pesar de sumar tres años sin jugar?

SÓLO UN MONTAJE. Es verdad que antes de arrancar la temporada de 2017 algunos coaches manifestaron que podrían probarlo, y a pesar de que varios equipos necesitaban de un quarterback, nadie se atrevió a llamarle.

Pete Carroll, de los Halcones Marinos de Seattle, llegó a manifestar que le interesaba como sustituto de Russell Wilson; Sean Payton, de los Santos de Nueva Orleans, incluso agendó una fecha de prueba, misma que nunca se llevó a cabo porque el mismo Kaepernick dijo que se trataba sólo de un plan para de promoción de los Santos, pues fue pactada para realizarse en sábado, día en que directivos y staff de equipos están concentrados en la logística del encuentro del fin de semana, y por ende nadie de peso asistiría.

Ahora, que al parecer el mismo Trump (de dientes hacia afuera) ha exhortado a dueños de equipos y coaches a brindarle una nueva oportunidad, pareciera que nadie quiere o le importa lo que pueda aportar tras tres años sin jugar.

Si en algo son muy buenos los entrenadores de la NFL es saber si aún le queda algo en el tanque a un jugador veterano y más aún con tan largo periodo de inactividad.

La cantera de nuevo talento para la NFL es tan basta año tras año que llega a ser asfixiante al grado de no saber hacia dónde voltear, por lo que pensar en contratar a un atleta que no se ha medido en tres años, puede no tener ni sentido ni interés.

Al momento, apenas Anthony Lynn, coach de los Cargadores de Los Angeles, ha dicho que podría ser una buena adición a su equipo por tener un estilo de juego que se apega al sistema que manejan, pero hasta ahí.

LA PURA VERDAD. La realidad es que Colin Kaepernick es un cartucho quemado, deportivamente hablando. Jamás evolucionó como se esperaba. Pensó que con su gran temporada de Super Bowl, aquella del 2012, le alcanzaría para seguir siendo exitoso, y vivió de esa campaña, nada más. Algo así como el receptor Odell Beckham, quien, como ha dicho mucha gente de la NFL, vive de una sola atrapada (aquella a una mano, cuando jugaba con los Gigantes, contra los Vaqueros y que terminó en anotación).

Con Kaepernick sucedió lo mismo. Después de aquella campaña en que llegó al Super Domingo, las defensivas descifraron su estilo y jamás volvió a ser ese factor sorpresa ni a tener la chispa que lo hacía lucir escapando con el balón. Incluso hasta perdió el toque en sus pases del que tanto se habló en aquella temporada de ensueño.

En vez de mejorar su técnica y mecánica como pasador, su lectura de defensivas y desarrollar mayor conexión con sus compañeros, la fama lo llevó por el camino equivocado: revistas para caballeros, modelaje y obvio, patrocinios. De que fue un gran atleta es verdad, pero no un gran mariscal de campo. Su caso es muy similar a lo que vemos actualmente con Mitch Trubisky de los Osos de Chicago, inició de manera arrasadora y en su segundo año perdió la inercia de progreso, al grado de que hasta podría perder su puesto ante Nick Foles, pero eso es otra historia.

AÚN CON BALAS EN LA PISTOLA Como señalamos anteriormente, los entrenadores, más allá de color de piel o ideales, detectan, huelen cuando un veterano aún tiene balas en la pistola.

Buenos ejemplos son Randall Cunningham, que tras retirarse con Filadelfia en 1995 estuvo fuera dos años para ser posteriormente convencido por Dennis Green, coach de Minnesota, de que regresara. Lo hizo y tuvo una de sus mejores campañas en 1998 al llegar hasta el Juego de Campeonato de la NFC.

Joe Montana fue otro caso. Tras dos años fuera de San Francisco (1991 -92), interesó al entrenador Marty Schottenheimer de Kansas City. En el par de años que jugó para los Jefes (1993-94) los llevó a dos apariciones de playoff, incluyendo un juego por el título de la AFC.

De la misma manera tenemos a Michael Vick, que tras ir a prisión por arreglar peleas de perros y ser cortado por Atlanta en 2006, dos años después el coach Andy Reid de Filadelfia le vio algo y fue el único equipo que le tendió la mano en 2009. El dueño de las Águilas, Jeffrey Lurie, fue muy criticado, pero meses después toda la afición supo que fue un acierto: Vick tuvo grandes momentos con Filadelfia y hasta juegos de playoff.

Por último, esta Peyton Manning, quien en 2010 tuvo una terrible lesión que casi lo retira para siempre. De hecho, no jugó toda la temporada de 2011 y fue cortado por Indianápolis. Nadie apostaba por él, sólo un hombre creyó en que podría volver: John Elway, gerente general de Denver, quien convenció al coach John Fox y lo firmó. Manning tuvo en 2013 la mejor temporada de su carrera, llegó a dos Super Bowls con los Broncos y ganó uno.

Como podemos ver, fueron tipos que tenían la calidad más que suficiente para regresar después de uno o más años fuera del juego, algo de lo que carece Kaepernick.

Así que, es cierto que merece una oportunidad y ojalá algún equipo se la dé, pero de ahí a decir que debe jugar es una afirmación sin razón, porque en la NFL los puestos, y más como quarterback, se ganan dentro del campo, no fuera de él.

fernando.argueta1967@gmail.com