Cultura

La caída de Tenochtitlan no causó el fin de la cultura mexica: Barbara Mundy

Entrevista: “Muchas historias de la Conquista terminan aquí, en la escena de la Tenochtitlan derrotada y vacía, con ello, contribuyen al mito de su muerte”, señala Mundy y aclara que en la periferia de lo que hoy es el Zócalo, la arquitectura, los terrenos y las rutinas cotidianas siguieron a la usanza mexica.

Entrevista: “Muchas historias de la Conquista terminan aquí, en la escena de la Tenochtitlan derrotada y vacía, con ello, contribuyen al mito de su muerte”, señala Mundy y aclara que en la periferia de lo que hoy es el Zócalo, la arquitectura, los terrenos y las rutinas cotidianas siguieron a la usanza mexica.

La caída de Tenochtitlan no causó el fin de la cultura mexica: Barbara Mundy

La caída de Tenochtitlan no causó el fin de la cultura mexica: Barbara Mundy

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En 1521 Tenochtitlan murió y nació la Ciudad de México, pero eso no significó que en los siguientes años desapareciera la urbe indígena que Hernán Cortés dijo “había destruido y desolado”. Durante dos décadas la naciente ciudad siguió dependiendo de gobernantes indígenas, tianguis, chinampas, calzadas prehispánicas y de un nuevo centro de poder.

Ésa es la visión que presenta Barbara E. Mundy, historiadora del arte en la Fordham University, Estados Unidos, en su reciente libro La muerte de Tenochtitlan, la vida de México, editado por Grano de Sal.

“Mi argumento del libro es que después de la Conquista, a pesar de lo que dicen los cronistas, sobrevivió la presencia y el poder de los gobernantes indígenas. Mi enfoque son las calles de la ciudad porque todavía en la mancha urbana se nota la presencia indígena, por ejemplo, el mercado de San Juan fue el lugar donde estaba el enorme Tianguis de México”, indica.

Hoy, añade, ese tianguis llamado Mercado de San Juan es un centro de comercio de la Ciudad de México. “Entonces las raíces de ciertos contextos urbanos tienen que ver con la historia indígena de la ciudad”.

Uno de los planteamientos de Barbara Mundy es que el centro de Tenochtitlan fue la parte de la ciudad que se modificó, no obstante, las periferias conservaron su estructura indígena.

En agosto de 1521, explica la historiadora, Cuauhtémoc se rindió y los días siguientes, Tenochtitlan y Tlatelolco, fueron botín de guerra. Ante el saqueo, los españoles salieron de la ciudad porque no había nada que comer y permitieron a Cuauhtémoc dar la orden a los indígenas de evacuar.

“Muchas historias de la Conquista terminan aquí, en la escena de la Tenochtitlan derrotada y vacía, con ello, contribuyen al mito de su muerte”, señala Mundy y aclara que en la periferia de lo que hoy es el Zócalo, la arquitectura, los terrenos y las rutinas cotidianas siguieron a la usanza mexica.

“En el siglo XVI los españoles hablan de la ciudad como si sólo fuera un centro: el actual Zócalo donde está la Catedral y el Palacio Nacional; pero existió otro centro. En mi libro intenté reenfocar y reencontrar la ciudad en ese centro, ubicado al sur, en el convento de San Francisco donde estaba el gran tecpan que fue el palacio indígena de la ciudad”, precisa Mundy.

Alrededor de ese tecpan vivía gente, enfrente estaba el gran Tianguis de México, hubo centros religiosos como San Francisco y San Juan, en lo que hoy es avenida Lázaro Cárdenas y José María Izazaga, que en ese entonces era el barrio de San Juan Moyotlan.

La investigadora señala que el registro más antiguo de este tecpan se encuentra en el Códice Osuna donde aparece una imagen hacia 1555, ahí se observa una fachada principal de un palacio de 80 metros de longitud ornamentado con una hilera de 20 discos cuyo muro frontal bordeaba el Tianguis de México.

“Cuando se evalúa la situación de la emergente ciudad indígena en 1541, veinte años después de la Conquista, se observa un cambio de poder hacia la parcialidad de San Juan Moyotlan”, comenta Mundy.

En el libro, la experta detalla que en el censo de 1560, la población indígena era de aproximadamente 75 mil individuos, por lo que —infiere— pudo haber más de 100 mil habitantes en años posteriores a la Conquista.

TLATOANIS. Para realizar este libro, Barbara E. Mundy consultó códices y documentos hechos por tlacuilos después de la Conquista, entre ellos, el Mapa de Santa Cruz, Códice Osuna, Códice de Tlatelolco y Códice Florentino.

— ¿En Chalco existían ­chinampas?

— Sí. Las chinampas en Chalco y Xochimilco fueron muy importantes para alimentar a la ciudad. Las chinampas fueron un milagro de la tecnología indígena porque podían tener cosechas extraordinarias de maíz, verduras, quelites...

“Las chinampas de Chalco tenían una historia muy larga en la Cuenca de México, podía mantener una población urbana grande, entonces el éxito prehispánico de Tenochtitlan tuvo que ver con la conquista de Chalco, de hecho fue uno de sus primeros éxitos de guerra y con ello tuvieron acceso a los recursos de agricultura de la zona”, responde.

— ¿Hay que cambiar la forma de ver a los gobernantes mexicas?

— Después de la conquista, los gobernantes de Tenochtitlan fueron miembros de la familia mexica. La realidad es que los españoles no sabían cómo manejar la ciudad, ellos tenían que defender a los tlatoanis.

“Para construir la ciudad, los españoles se apoyaron en la mano de obra indígena pero no podían controlarla porque tuvieron relación con los tlatoanis. Ellos tenían la habilidad de armar equipos para hacer los edificios, reparar calles, mantener los diques. Después de la conquista los tlatoanis tenían un papel muy importante porque los españoles no podían construir ni mantener la ciudad por sí mismos”, destaca.