Después de semanas en las que el gobierno de Estados Unidos, incluyendo al presidente Donald Trump, insistió en que nunca hubo un chantaje a Ucrania para que investigaran al posible rival demócrata del mandatario, en las elecciones de 2020, Joe Biden, la Casa Blanca admitió ayer que sí hubo presiones.

El jefe de gabinete de Trump, Mick Mulvaney, aseguró ayer durante una rueda de prensa que “absolutamente” retuvieron “el dinero” de ayuda militar para Ucrania con el fin de presionar para que el gobierno de Volodímir Zelenski investigara “lo que pasó en 2016” en el país exsoviético.

Mulvaney explicó que Trump le mencionó explícitamente “la corrupción” en Ucrania para argumentar la retención de la ayuda. Esta supuesta corrupción, de la que no hay evidencias, se refiere a que un servidor del Comité Nacional Demócrata, pirateado por agentes de Inteligencia rusos y que supuestamente contenía correos electrónicos de la que fuera su rival en las elecciones de 2016, Hillary Clinton, se encontraba en Ucrania.

Las palabras de Mulvaney han supuesto la primera admisión oficial del chantaje de EU a Ucrania, una crisis que estalló a raíz de que se filtró una llamada entre Trump y Zelenski en julio. Esto motivó a los demócratas a abrir el actual proceso de juicio político contra el mandatario estadunidense.

Además, Trump ha reconocido que presionó al Zelenski para que investigara a Biden y a su hijo, pero ha rechazado haber retenido la ayuda económica para conseguirlo. “El dinero que retuvimos no tuvo absolutamente nada que ver con Biden”, insistió este jueves Mulvaney.

MARCHA ATRÁS. Sin embargo, tras el revuelo causado por sus palabras, Mulvaney se desdijo en un comunicado y echó la culpa a la prensa. “Déjeme ser claro, no hubo en absoluto ningún intercambio de favores entre la asistencia militar ucraniana y ninguna investigación sobre la elección de 2016”, aseguró.