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La CDMX se encuentra lejos de la situación que viven las ciudades más contaminadas del planeta

Pesadilla. Las urbes asiáticas, especialmente en India, acaparan las listas con una fatal combinación de pobreza e industrialización sin reglas. China, que en la última década ha sufrido algunos de los peores niveles de mala calidad del aire conocidos, lidera los esfuerzos para revertir la situación

Pesadilla. Las urbes asiáticas, especialmente en India, acaparan las listas con una fatal combinación de pobreza e industrialización sin reglas. China, que en la última década ha sufrido algunos de los peores niveles de mala calidad del aire conocidos, lidera los esfuerzos para revertir la situación

La CDMX se encuentra lejos de la situación que viven las ciudades más contaminadas del planeta

La CDMX se encuentra lejos de la situación que viven las ciudades más contaminadas del planeta

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Salir a la calle y regresar a casa sintiendo que te arde la garganta y te pican los ojos es síntoma inequívoco de que estás respirando un aire contaminado. El problema ya azotó a la Ciudad de México gravemente en los años ochenta, y en los últimos años lo está haciendo de nuevo.

Los habitantes de la CDMX conocen bien esa capa cremosa de porquería que se instala sobre la ciudad, y que cortan sólo los rascacielos, en los primeros meses de cada año, cuando no llueve. Esa capa asquerosa, que embrutece el aire, apaga los colores y deprime, es el mismo tristemente famoso smog londinense.

Sin embargo, el caso de la capital mexicana, que vive contingencias periódicas ante días especialmente malos, se encuentra lejos de la situación que viven las ciudades más contaminadas del planeta, que, para no alargarnos, diremos que están prácticamente todas en la región de Asia-Pacífico, y muy especialmente en India.

Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado ahora hace un año, 14 de las 15 ciudades más contaminadas del mundo se encuentran en India. La primera de todas, la peor de todas, es Kanpur, una urbe de 2.7 millones de habitantes situada al sureste de Nueva Delhi, en el estado de Uttar Pradesh, y conocida por sus industrias textil y del cuero. Le sigue muy de cerca Faridabad, otra urbe del norte del país dedicada a la industria.

Comparación. Para entender la dimensión del problema, la OMS indicó en su estudio que Kanpur registró una media anual de 173 partículas de PM 2.5 por cada millón de partículas en el aire, por 172 de Faridabad. La capital india, Nueva Delhi, registró una media de 143 partículas PM 2.5 por millón, y este mismo jueves alcanzó las 184. La Ciudad de México, en el peor momento de la contingencia ambiental de esta mitad de mayo alcanzó las 158 partículas por millón.

Las partículas PM 2.5 son partículas tóxicas que miden un máximo de 2.5 micrones de diámetro, es decir, que son extremadamente pequeñas y por ello pueden penetrar más profundamente en nuestros pulmones y, así, causar un mayor daño.

La única ciudad no india que figura en esta lista es Bamenda, en Camerún, con una media de 132 partículas PM 2.5 por millón.

La OMS también midió la presencia de las partículas PM 10, de hasta 10 micrones de diámetro, en megalópolis de al menos 14 millones de habitantes. En esta lista sale como triste vencedora… Nueva Delhi, con una media de 292 partículas por millón, a 8 puntos de lo que se considera “tóxico”. Este viernes la ciudad tenía un escalofriante nivel de 804 partículas PM 10 por millón, un nivel considerado “peligroso”.

A Nueva Delhi le sigue de cerca El Cairo, capital de Egipto, con una media de 284 ppm.

Uno de los países que en la última década ha sufrido con mayor peso las consecuencias de un desarrollo industrial descontrolado y mal regulado es China, pero los esfuerzos de las autoridades del régimen neocomunista empiezan a notarse, y Pekín, por ejemplo, registra en este capítulo una media de 92 partículas PM 10 por millón, ocho por debajo de lo que la OMS considera tóxico.

Muerte en casa. Según datos de la OMS, el 90 por ciento de las muertes por respirar aire contaminado ocurren en países de ingresos bajos o medios, es decir, sólo uno de cada 10 ocurre en países ricos. Por otra parte, la OMS afirma que 7 millones de personas mueren cada año por respirar un aire contaminado, y más de la mitad, 3.8 millones, mueren por culpa de la mala calidad del aire que respiran en sus casas.

La combinación de los dos datos explica la situación crítica en la India, que tiene grandes bolsas de pobreza rural. El uso de materiales y sistemas precarios tanto para calentar el ambiente como para cocinar genera una enorme contaminación en las casas. Por ejemplo, el humo que desprende la madera al quemarse es especialmente contaminante, lo mismo que ocurre con algunos de los hornos más rústicos.

Soluciones... Con problemas. China, por ejemplo, ha sido consciente del impacto de este problema, y en los últimos años ha empezado a prohibir el uso de carbón para calentar hogares en invierno, ha reformado muchas fábricas y comienza a apostar por las energías renovables. Sin embargo, esto ha tenido un alto costo para miles de personas que, o bien han perdido su trabajo, o bien se ven condenadas a pasar frío en invierno ante la imposibilidad de usar carbón y carecer de alternativas a un costo accesible.

Pese al impacto en miles de familias de bajos ingresos, la OMS cree que India debería seguir los pasos de China. “Aunque hay buenas iniciativas que pueden implementarse rápido, los niveles (de contaminación) aún son muy altos, y nos gustaría ver decisiones y liderazgo similares” en India, dijo el año pasado la jefa de salud pública de la OMS, Maria Neira.

Y de hecho, uno de los pocos esfuerzos que ha hecho India para mejorar su situación fue poner en marcha un programa que ha facilitado conexión gratuita a gas a 37 millones de mujeres pobres en el país.

Aunque la grave situación asiática eclipse a las ciudades latinoamericanas y europeas en las listas, el problema en el viejo continente es real, y una de sus causas es el uso extendido del diésel. Durante décadas, las autoridades lo impulsaron porque tiene un menor impacto en el calentamiento global que la gasolina; sin embargo, resulta que contamina más el aire.

Al final del día, y aunque duela tomar a una dictadura como ejemplo de algo, los esfuerzos del régimen de Xi Jinping para mejorar la situación de sus enormes ciudades (sólo en China hay más de cien con al menos un millón de habitantes, por 50 en toda Latinoamérica, según el portal Fronteras) deben servir de ejemplo no sólo para India sino para todos. Para México también. Mientras el gobierno mexicano proyecta una nueva refinería, la apuesta china por las energías renovables y por unas fábricas más limpias está dando resultados.