Opinión

La ceguera vegetal

La ceguera vegetal

La ceguera vegetal

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
*Gabriela Herrera Martínez

A diario recorremos las calles para ir al trabajo, a la escuela, a la tienda, al cine, a comer, al parque, al gimnasio, para volver a casa…una y otra vez vamos y venimos, transitamos de un sitio a otro, a pie o en vehículo y, aunque disfrutamos de su sombra, rara vez vemos los árboles.

¿Te has percatado de los árboles que hay en tu cuadra, tu colonia, tu ciudad? Hay una gran cantidad de árboles en las calles que nos dan sombra y generan frescura. ¿Los has visto? ¿Sabes cuáles son?, ¿de qué tamaño, forma y color son sus hojas?, ¿cómo son sus flores?, ¿sus frutos?, ¿sus ramas?, ¿su tronco?, ¿la textura de su corteza?

Esa incapacidad de darnos cuenta de las plantas que habitan en nuestro entorno se conoce como ceguera vegetal. Es un término empleado desde 1998 por los científicos James H. Wandersee y Elisabeth E. Schussler.

De acuerdo con estos científicos, la ceguera vegetal va más allá de no ver o no distinguir las plantas de nuestro entorno. Se refiere también a la inhabilidad para reconocer la importancia de las plantas para la vida en el planeta y las actividades humanas; la incapacidad para apreciar la estética y las funciones biológicas únicas de las plantas y, por supuesto, a la manera equivocada en que la humanidad ha ubicado a las plantas en un lugar inferior al de humanos y animales.

Los árboles que están en las calles de nuestra ciudad no se esconden. Ahí están, a plena vista, sin capacidad de ir por sí solos a ningún lado. Por lo general, los percibimos como un conjunto verde en la escena cotidiana. Rara vez caemos en cuenta que cada planta de esa mancha verde es un individuo.

Imagina el público en un estadio: muchas personas congregadas en un mismo lugar, sin rostro, sin nombre… un gentío. Esa muchedumbre es como el conjunto verde de plantas que percibimos como telón de fondo en nuestra escena cotidiana. Pero al igual que esas personas de la multitud, cada una de las plantas tiene su propio nombre y apellido, pertenece a una familia botánica, tiene sus propias necesidades de alimentación y cuidado... En pocas palabras: ¡es un individuo! ¡Es un ser vivo! Su único “pecado” es carecer de capacidad locomotora, es decir, por sí solo no puede trasladarse a otro sitio, se queda donde creció, donde lo sembraron o lo plantaron. Ésa es la pequeña diferencia: las plantas no se desplazan por sí mismas, permanecen noche y día, de la primavera al invierno, pocos o muchos años, viviendo.

Si esto es así, ¿por qué tenemos ceguera vegetal? ¿Por qué no reparamos en las plantas?, ¿por qué las dejamos como el telón de fondo? ¿Por qué pensamos que las plantas son inferiores a nosotros o a los animales?, ¿por qué las ignoramos tan fácilmente? ¿Por qué no somos conscientes de que, al igual que nosotros y los animales, las plantas necesitan alimento para vivir, o mejor aún, que nos proporcionan alimento para vivir nosotros?

¿QUÉ PROPORCIONAN LAS PLANTAS? Alimento: frutas, verduras, legumbres, hortalizas, tallos, raíces, granos y semillas; delicias como café y chocolate; especias y condimentos, medicina, aceites esenciales (para perfumería, gastronomía, industria, farmacia, cosmética); colorantes y tintes, flores y ornato, materia prima para la industria (papelera, textil, de la construcción, alimenticia, química, militar, farmacéutica, cosmética, etc.); fibras, herramientas, artesanía, combustibles, servicios ambientales (regulación de la humedad, temperatura, salud del suelo, sombra, mitigación del ruido, captura de carbono, reducción de la contaminación y la radiación ultravioleta, captación de agua, recarga de mantos freáticos…); vivienda para aves, animales pequeños e insectos, belleza escénica y para los sentidos (por su aroma, color, forma y textura); solaz y esparcimiento; aumento en la calidad de vida (mitigación del estrés, disminución del crimen y la violencia, incremento en la sensación general de bienestar, experiencias emocionales y espirituales…).

Independientemente de todo lo que aportan las plantas a la vida en el planeta y al ser humano en particular, pensemos en una sola cosa: las plantas son las que generan el oxígeno que respiramos. Y sin oxígeno es imposible vivir. ¿Qué tan importantes crees ahora que son las plantas?

Así que, la próxima vez que estés en la calle, no permitas que la ceguera vegetal te invada. Dependiendo de la temporada, disfruta el color rosa de las flores del maculís (Tabebuia rosea (Bertl.) DC) o las amarillas del k’an lool (Tabebuia chrysantha (Jacq.) Nicholson. ssp. chrysantha); la forma estrellada y los colores blanco verduzcos de la flor del ts’iits’ilche’ (Gymnopodium floribundum Rolfe); el atractivo color morado de las flores del guayacán (Guaiacum sanctum L.); los vistosos racimos de flores lilas del baal che’ (Lonchocarpus punctatus Kunth); el vivo color fuego del flamboyán (Delonix regia (Bojer) Raf.), o la imponente ceiba (Ceiba pentandra (L.) Gaertn.), cuyo porte majestuoso adorna parques y camellones, tan sólo por mencionar unos cuantos de los bellos árboles que habitan en las calles de mi blanca Mérida. Voltea a ver las calles de la ciudad donde vives y descubre la vegetación que te rodea. Seguro encontrarás hermosos árboles que, si hablaran, podrían contar una y mil historias.

* La M.E. Gabriela Herrera Martínez es jefe del departamento de divulgación del Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C. (CICY).Correo: gabyherrera@cicy.mx