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La continuidad en el trabajo de Conabio está en riesgo

La institución ha sido inmune a los vaivenes sexenales, lo cual ha sido característica de su éxito. No obstante, podría volverse en una dependencia descentralizada de Semarnat, señala Carlos Enrique Galindo

La institución ha sido inmune a los vaivenes sexenales, lo cual ha sido característica de su éxito. No obstante, podría volverse en una dependencia descentralizada de Semarnat, señala Carlos Enrique Galindo

La continuidad en el trabajo de Conabio está en riesgo

La continuidad en el trabajo de Conabio está en riesgo

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El año pasado, en el marco del XXV aniversario de la Conabio, su director y fundador, José Sarukhán, refirió en más de una ocasión que el éxito de esta institución, su trabajo e investigación de calidad habían sido posibles gracias a su continuidad y autonomía a través de los sexenios.

Gracias a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), México conoce su capital natural mejor que ningún otro país, ha referido también el exrector de la UNAM y miembro de El Colegio Nacional.

No obstante, ante los recortes presupuestales, la política de austeridad del gobierno actual y los mecanismos de la Cuarta Transformación, esa inmunidad burocrática podría terminar.

“Estamos a la expectativa, no ha habido una decisión de qué sucederá con Conabio”, señala en entrevista Carlos Enrique Galindo, director de Comunicación de la Ciencia de la institución. “Se dice que habrá cambios, pero no se toma la decisión aún, estamos en espera. Se ha planteado que formaríamos parte de una institución descentralizada y desconcentrada de la  Semarnat”.

Eso significaría que Conabio perdería su carácter multisecretarial, su patrimonio propio y la autonomía que tuvo desde su creación. “Nos encantaría mantener los mecanismos que hemos tenido hasta la fecha, que nos han permitido alcanzar todos los logros que hemos tenido”.

Estos mecanismos, explica, incluyen un fideicomiso que permite a Conabio ejercer su presupuesto sin importar la finalización del año y utilizarlo al siguiente. “Eso nos ha permitido vivir 27 años y producir todos nuestros programas”.

Una reestructuración así, dice, acabaría con esa forma de financiamiento, que recibe recursos públicos y privados de organizaciones internacionales, con lo cual se dificultaría su operación como comisión intersecretarial, que apoya a Semarnat, SEP, Cultura, Salud…

La semana pasada, Julia Carabias, extitular de Medio Ambiente y gestora de la política medioambiental moderna en México, refirió que los cambios actuales en la política del sector son preocupantes, puesto que vulneran instituciones como Conabio y Conanp, así como a las asociaciones civiles involucradas con el medio ambiente (Crónica 28/09).

En un acto de la UNAM, que invistió recientemente a la miembro de El Colegio Nacional como honoris causa, hizo un llamado a las autoridades para reconsiderar la situación y “encontrar un ajuste que recupere la esencia que ha permitido que la Conabio tenga el éxito que tiene y que no destruyamos lo que ha sido una lucha de la sociedad”.

Una de las características de Conabio es que no cambia cada seis años, añade Galindo, no cambia ni el personal ni las iniciativas, lo que permite construir sobre lo logrado”.

Hace dos años, Sarukhán dijo que los logros de Conabio no habrían sido posibles sin el “mantenimiento permanente por parte del gobierno federal a su actividad y la generación de información científica de la mayor calidad posible (…) Conabio es un bicho raro —entre las dependencias federales— que deberíamos de publicar en el país”.

“Estamos a la vanguardia en el mundo”, refiere Galindo, “asesoramos a otras instituciones similares en el mundo porque hemos tenido esa continuidad. Nuestra representación internacional ha asistido a todas las reuniones desde 1992, ningún país ha hecho eso porque hay cambios de gobiernos y siempre llegan nuevas personas a aprender.

“México tiene un papel importante en el mundo porque tenemos la historia, somos los únicos desde hace 27 años que asistimos a las reuniones del Convenio sobre la diversidad biológica. Esta constancia hace mucha falta en las instituciones mexicanas, porque cada seis años se reinventa el mundo y no se construye sobre los tabiques que se habían puesto. Conabio es una muestra de que se puede tener más éxito si se construye sobre lo hecho en años anteriores”. Esa construcción está en riesgo con estos cambios, afirma.

Por otra parte, añade, en 27 años, Conabio ha recabado la mejor información científica a disposición de la sociedad. “Es importante que ésta se utilice para todos los nuevos proyectos e iniciativas del gobierno, no hay que inventar el hilo negro, ya tienen la información que es además un ahorro en esta época de austeridad, y que ya está disponible”.