Opinión

La corrupción y la 4T

La corrupción y la 4T

La corrupción y la 4T

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El tabasqueño tomó el micrófono y dijo: “Estamos a tres meses de que México viva una elección histórica, porque el primero de julio nuestro país no sólo va a decidir quién será presidente, sino el futuro de nuestra nación; si queremos que continúe el modelo económico neoliberal o si queremos una nueva política que sea capaz de impulsar el crecimiento, rescatar el campo, generar empleos y garantizar bienestar.” El entusiasmo llegó casi al paroxismo.

Pero el punto culminante llegó cuando AMLO mencionó la palabra clave de su campaña, “la corrupción”: “Nunca había existido tanta corrupción en México como la tenemos hoy, porque la política neoliberal es la política de pillar. El sector salud está en el abandono por la corrupción; el campo, lo mismo; la educación, igual; el energético… Estamos infestados por la corrupción.” (Forbes México, 18/05/2018).

López Obrador ganó gracias a que la gente creyó en él, en sus promesas de redención. Sus seguidores estaban seguros de que AMLO mejoraría el sistema de salud; impulsaría el desarrollo del campo; sacaría al sistema de educación del saqueo al que había sido sometido durante décadas; rescataría la industria petrolera de la crisis financiera en que se encontraba y, sobre todo, combatiría frontalmente la corrupción. ¡Oh desilusión!, en todos y cada uno de los puntos que mencionó en Lagos de Moreno ha fracasado.

En materia de corrupción el escándalo que no podía dejar pasar era la Estafa Maestra, una trama puesta en evidencia gracias al trabajo conjunto del portal de noticias Animal Político y la organización civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). Confabulación que fue dada a conocer el 5 de septiembre de 2017. La pesquisa descubrió un laberinto de 128 empresas fantasma a través de las cuales el gobierno federal desvió más de 400 millones de dólares. En el delito están involucradas 11 dependencias del Estado; se firmaron 35 contratos con universidades públicas y, por lo menos, están involucrados 50 servidores públicos de distintos niveles de Gobierno.

Los ejes en torno a los cuales giró esta compleja red delictiva fueron la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y Pemex. El gobierno de AMLO metió a la cárcel a Rosario Robles, quien fue titular de Sedesol en el sexenio de Enrique Peña Nieto, y a algunos funcionarios menores. El problema es que no se ha desenredado la madeja, y se sabe, públicamente, quiénes fueron los operadores de este desfalco a la nación. ¿Qué pasó? ¿Hubo arreglo con ellos en lo oscurito? A ese tipo de especulaciones se presta el que no se haya llegado hasta el fondo para impartir justicia.

En contraste, se protege a personajes con un pasado siniestro, como Manuel Bartlett Díaz, actual director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Carlos Loret de Mola dio a conocer, el 28 de agosto de 2019, que en realidad la fortuna del político poblano no era, como lo había asentado en su declaración patrimonial, de 51 millones de pesos e ingresos anuales de 11 millones de pesos; su riqueza era 16 veces mayor—sólo en bienes inmuebles—consistente en 25 propiedades (23 casas y dos terrenos). Su pareja (no están casados), Julia Abdala, tiene registradas nueve propiedades y su hijo León Manuel Bartlett Álvarez tiene tres inmuebles en Valle de Bravo. Son 800 millones de pesos.

Como era de esperarse, tras investigar el caso, la Secretaría de la Función Pública (SFP) exoneró a Bartlett. Esto ocurrió el 19 de diciembre de 2019.

A pesar de las promesas y los discursos grandilocuentes, la corrupción y la impunidad siguen campeando en México. López Obrador, Morena y la 4T le han fallado a la gente que depositó sus esperanzas en ellos. Hoy lo que avanza es la desesperanza.

El “hombre de Macuspana” ha ligado estrechamente la corrupción con el neoliberalismo. Pues bien, prometió acabar con la doctrina y la práctica del libre mercado; sin embargo, en los hechos no sólo ha mantenido vigente ese dogma, sino que lo ha profundizado: recortes al gasto público; reducción de los salarios de los funcionarios y empleados públicos; despidos masivos de trabajadores federales. Pero conserva en sus puestos e incluso asciende a los tecnócratas neoliberales.

Basta echarle un vistazo a la nómina de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para comprobar que, en el caso del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, hay una gran distancia entre lo que dice y lo que hace.

Twitter: @jfsantillan
Mail: jfsantillan@tec.mx