Cultura

“La discusión del Tren Maya es política, no sobre los aspectos de conservación”: Luis Alberto López

Pasos 2 Se tiene que hacer un dictamen arqueológico donde se diga si hay o no vestigios porque igual y no hay. Por poner un ejemplo exagerado, si a alguien se le ocurre llenar de agua la Ciudadela de Teotihuacan para hacer una represa, la haga la gente más pobre del mundo o la más rica, la respuesta debería de ser no, añade Luis Alberto López, arqueólogo del INAH

“La discusión del Tren Maya es política, no sobre los aspectos de conservación”: Luis Alberto López

“La discusión del Tren Maya es política, no sobre los aspectos de conservación”: Luis Alberto López

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

A tres días de que se realice la consulta ciudadana que definirá la construcción del Tren Maya en el sur del país, Luis Alberto López Wario, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), opina que ha predominado la discusión a nivel político y no en los aspectos técnicos que harán posible la conservación del patrimonio cultural.

“Entiendo que todas las obras tienen alguna razón de mayor peso social. Si me dijeran que en este terreno hay vestigios arqueológicos pero se hará un casino o un hospital, la consideración social es diferente: tiene más peso social un hospital pero la intervención técnica arqueológica debe ser la misma”, expresa a Crónica quien fuera responsable de la Dirección de Salvamento Arqueólogo del INAH de 1992 a 2002.

El especialista explica lo anterior con un símil de pacientes que ingresan a urgencias.

“A una persona le detectan un problema, va con el primer médico y le dice: te amputaremos la pierna. Entonces, el paciente se queda con eso y le amputan la pierna. Una cosa es que haya tenido un accidente y lo tengan que amputar, eso es un rescate porque entró a la sala de emergencias y su vida dependía de ello”, señala.

Pero la mayor parte de las obras en México no están en ese nivel ni en el segundo: tener cirugías programadas.

“Regresando al ejemplo: el paciente tiene el derecho de buscar una opinión que le diga si es o no necesaria la amputación. Desde mi perspectiva se ha privilegiado mucho el aspecto político en demérito del aspecto técnico, en el INAH hay mucha gente capacitada para dar un dictamen a nivel técnico”, asevera.

López Wario continúa con la analogía: el paciente agradece porque hay tiene un diagnóstico médico. “Entonces ¿qué hace el INAH?: Dictámenes técnicos de si hay o no afectación o si habrá o no afectación a una zona arqueológica o monumento histórico”, responde.

“El paciente se va a su casa y somete a votación sus opciones. Tenemos que ver si la obra es de tal relevancia para que no haya una afectación al patrimonio, si no hubiera esa posibilidad no se hubiera construido ninguna línea del Metro, ninguna carretera o proyecto hidroeléctrico que son en beneficio de toda la ciudadanía”, señala.

El arqueólogo resalta que el camino es el mismo a pesar de las posiciones políticas encontradas y las necesidades de desarrollo que tienen las comunidades.

“Se tiene que hacer un dictamen arqueológico donde se diga si hay o no vestigios, porque igual y no hay. Por poner un ejemplo exagerado, si a alguien se le ocurre llenar de agua la Ciudadela de Teotihuacan para hacer una represa, la haga la gente más pobre del mundo o la más rica, la respuesta debería de ser no. No digo no a la necesidad de hacer represas, lo que digo es ¿por qué afectar esta parte que es nuestra herencia?”, explica.

En caso de que hubiera vestigios en el trazo del Tren Maya, López Wario advierte que se debe saber en qué estado se encuentran para decidir si se quedan en el sitio o se sacan de su contexto.

“¿Se puede mover la Pirámide del Sol? No, no se puede, entonces se tienen que restringir y limitar las posibilidades de afectación. En ese sentido, se trate del Tren Maya o del Tren Interurbano se tiene que hacer una consideración de tipo técnico y mientras más tiempo tengamos para hacer valoraciones será mucho mejor”, destaca.

El experto en salvamento arqueológico retoma el ejemplo del paciente. “Cuando el médico dice: hubiera venido antes, pero el paciente responde: es que me dolía la cabeza y no sabía que era reflejo de otro problema, es válido; pero en este caso sí sabemos, fueron propuestas políticas de campaña”.

Como arqueólogo y miembro del INAH lo único que puede aportar López Wario es dar un dictamen técnico donde se diga: hay o no hay vestigios y si los hay cómo están.

“Es como cuando te haces un laboratorio, si tienes colesterol sale que tienes colesterol, eso no lo pongas a votación de la familia porque si vas a otro laboratorio el resultado será que tienes colesterol”, enfatiza.

—¿El INAH debió de hacer un dictamen arqueológico antes de la consulta?

—Sí aunque sean parciales. Mi propuesta es que hagamos dictámenes de viabilidad, es decir, juntar las posibilidades ecológicas, financieras, políticas y patrimoniales para ver si es o no viable la obra, porque el impacto no es sólo ahora. Esa información tendría que estar en el INAH.

“Si te vas a casar debemos saber en dónde y no por qué, pues eso es asunto suyo, pero sí tenemos que estar informados de dónde y cuándo. Es muy común que nos digan: lo que me pides ya es el proyecto ejecutivo, pues sí, si no cómo puedo hacerle. El INAH será un miembro más y muy importante en el futuro del Tren Maya porque está en sus facultades rendir los dictámenes pertinentes”, responde.