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La epidemia oculta: embarazos adolescentes

“Si logramos concientizar a los varones en su responsabilidad, y hacer que ellos se convenzan de que no quieren dejar mujeres embarazadas y además las jovencitas ayudan, exigiéndoles a sus parejas que ellos utilicen el condón, se logrará un cambio maravilloso”, dice a Crónica la doctora Josefina Lira Plascencia, Coordinadora de la Unidad de investigación en medicina de la adolescente, del INPer

La epidemia oculta: embarazos adolescentes

La epidemia oculta: embarazos adolescentes

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

“Por lo regular en la primera y segunda relaciones sexuales no es la mujer quien decide el método anticonceptivo que utilizará, casi siempre es el varón quien lo hace, mientras ellas confían en que ellos los van a cuidar -a través del coito interrumpido-”, y un alto porcentaje de adolescentes no utiliza ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual.

Sin embargo, “si logramos concientizar a los varones en su responsabilidad, y hacer que ellos se convenzan de que no quieren dejar mujeres embarazadas y además las jovencitas ayudan, exigiéndoles a sus parejas que ellos utilicen el condón, se logrará un cambio maravilloso”, así lo advierte en entrevista con Crónica, la doctora Josefina Lira Plascencia, Coordinadora de la Unidad de investigación en medicina de la adolescente, del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) “Isidro Espinosa de los Reyes”.

La también presidenta del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia (Comego), externa su beneplácito porque la actual administración decidió darle continuidad a la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) y el objetivo central para reducir a cero el embarazo en niñas de 9 a 14 años, y disminuir la prevalencia en adolescentes de 15 a 19 años.

Subraya la relevancia de que en 2015 se implementó la ENAPEA, y al cierre de la pasada administración redujo de 77 a 70 los embarazos por cada mil adolescentes, aunque tristemente, resultado de la pandemia, esta cifra podría volver a incrementarse en un porcentaje importante porque las y los jóvenes se quedaron sin preservativos por miedo de acudir a los centros de salud por más, ante el miedo de contagiarse de la COVID-19.

“Lo maravilloso es que en esta administración se continúa con la misma política de la ENAPEA reforzando esta estrategia” y seguir cuidando a las jovencitas, para evitar que tengan embarazos no planeados.

PRIMER EMBARAZO, Y RIESGO DE UNO MÁS. Reprueba que 54 por ciento de las adolescentes que tuvieron un embarazo no deseado salen de los hospitales públicos sin un método anticonceptivo, situación que perpetua la pobreza y las pone en riesgo de tener un segundo embarazo antes de un año.

En este sentido, sostiene, hay una voluntad política impresionante para que la ENAPEA continúe y que esta segunda fase que se dará a conocer este lunes, se incluya al varón en estas estrategias para disminuir el embarazo adolescente”.

La doctora Lira Plascencia lamenta que aún prevalece la forma de pensar en muchos hombres de que corresponde a la mujer cuidarse y si queda embarazada es sólo responsabilidad de ellas, “todavía tenemos una cultura marcadamente machista, claro que no es a todos los niveles, pero sigue habiendo muchos varones que piensan que con condón no sienten igual y no lo usan o al momento del encuentro sexual se lo quitan”.

Es por ello, adelanta, que en la ENEPEA, se tiene contemplado un trabajo conjunto con la Secretaría de Educación Pública (SEP), enfocada a brindar a los estudiantes orientación sexual o el uso de métodos anticonceptivos.

“Estoy segura que si se logra que en las escuelas los profesores enseñen cómo se pone adecuadamente un condón, estaríamos dando un paso increíble, porque la intervención de hablar de los métodos anticonceptivos no los incita que tengan actividad sexual, pero si retrasa esta decisión y cuando lo hagan muy probablemente usen condón, y con eso estaríamos teniendo un resultado excelente”, manifiesta.

SEXO ANAL U ORAL, OTRO PELIGRO. Otro beneficio es que evita las enfermedades de transmisión sexual (ETS), que comienza a convertirse en otro grave problema, porque con la intención de evitar un embarazo, ahora muchos adolescentes practican sexo anal sin condón “porque así no embarazan a las chicas, pero esta práctica tiene un riesgo muy alto para contagiarse de VIH y Hepatitis C, así como el oral, y el riesgo del Virus del Papiloma Humano (VPH), de hecho, ya hemos tenido pacientes con lesiones en boca y garganta propias de este virus.

Al respecto, señaló que en el Instituto Nacional de Perinatología (INPer), se ha logrado capacitar a poco más de tres mil jóvenes en la adecuada técnica para colocar un condón y evitar así riesgos de falla en la eficacia en este método anticonceptivo.

En cuanto al incremento en el número de embarazos adolescentes, la doctora Lira Plascencia precisa que aún es muy pronto para hablar de una cifra determinada, aunque las estimaciones son un aumento del 20 por ciento. La cifra pudiera aumenta de 70 a 73 embarazos por cada mil adolescentes, “aunque estas de momento son solo estimaciones”.

INTERRUPCION LEGAL DEL EMBARAZO. Al respecto, refiere que en su consulta privada, han acudido al menos cinco pacientes a practicar una interrupción legal del embarazo, porque en medio de la pandemia quedaron embarazadas y no lo querían y aunque en el sector público los servicios no se han suspendido, la situación es diferente, porque la adolescente se enfrenta a la carga moral e incluso la decisión de los papás y las adolescentes no pueden tomar la decisión ellas solas, lo que muchas veces las condena a una situación de desventaja.

En el país el único embarazo que está aumentando es el de las adolescentes “no puede ser que mujeres adultas tienen una tasa global de fecundidad de 1.2 a 1.3 y las adolescentes son las únicas que están contribuyendo a un aumento de estas tasas de embarazo, y este al no disminuir es muestra de que algo no estamos haciendo bien.

El problema es que estos embarazos están colocando a todas estas jovencitas en situación de desventaja, porque las estadísticas demuestran que quienes tienen un embarazo no planeado y dejan la escuela, no retoman sus estudios, de que hay altas probabilidades de que tengan un segundo y hasta tercer embarazo, y a la mayoría de ellas en el primer año de vida del bebé, su pareja ya no están con ellas, con lo que el riesgo es un círculo de pobreza, ante la baja o nula preparación académica y bajas posibilidades de conseguir un buen empleo.