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La falta de sueño reparador restringe capacidad inmunológica, afecta metabolismo y memoria

“No tener una siesta de 20 a 90 minutos vuelve a las personas más irritables e impulsiva”, asegura Irma Yolanda del Río Portilla, académica de la UNAM.

“No tener una siesta de 20 a 90 minutos vuelve a las personas más irritables e impulsiva”, asegura Irma Yolanda del Río Portilla, académica de la UNAM.

La falta de sueño reparador restringe capacidad inmunológica, afecta metabolismo y memoria

La falta de sueño reparador restringe capacidad inmunológica, afecta metabolismo y memoria

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La falta de sueño o un sueño reparador, que proporcione un efectivo descanso, disminuye en las personas la capacidad inmunológica, afecta el metabolismo y además, de manera grave, afecta nuestras capacidades de aprender, de memoria y atención, advirtió la profesora Irma  Yolanda del Río Portilla, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“No tener un sueño reparador vuelve a las personas más irritables e impulsivas”, sostuvo, mientras que por el contrario, dormir bien, alimentarse de manera adecuada, ejercitarse y mantener activo el cerebro son algunos hábitos que podrían contribuir a retardar la presencia de alguna alteración demencial, ya que existe una interacción entre sueño y emociones:

“Son menos las alteraciones conductuales cuando se establecen patrones saludables del sueño”, por lo que es necesario tener hábitos desde pequeños y mantenerlos durante toda nuestra vida.

Refirió que con base en investigaciones del neurocientífico británico Matthew Walker, “el sueño restaura los circuitos emocionales y con ello nos prepara para los retos y las interacciones sociales del día a día. Por el contrario, el insomnio rompe los mecanismos que nos protegen de las enfermedades mentales”.

Detalló que al privar del sueño a una persona, la amígdala cerebral, es decir, el “resorte”, que mantiene las emociones bajo control, se vuelve hasta 60 por ciento más reactiva, y al no tener un sueño reparador, los individuos se vuelven irritables y hacen cosas de manera impulsiva, enfatizó.

El sueño es cíclico, como la alimentación; la vigilia y el sueño completan un ritmo circadiano, igual que el día y la noche y durante este proceso se desarrolla actividad eléctrica cerebral.

Asimismo, señaló el ciclo del sueño, que tiene tres etapas y el sueño de movimientos oculares rápidos (REM) o paradójico, “fase en la que soñamos las cosas vívidas, cosas locas, como volar, pero si éstas las tenemos en una etapa de vigilia, estarían relacionadas con una patología: la esquizofrenia”.

Cada ciclo del sueño tiene una duración de 90 minutos, entonces, si una persona desea hacer una siesta, debe ser de 20 o 90 minutos, pero si se tuvo insomnio durante la noche anterior, no es recomendable para tener un sueño reparador.

En cuanto a los estímulos que recibe el cerebro al utilizar celulares, computadoras y televisión por largos periodos antes de dormir, afectan el sueño, “nuestro organismo necesita rutinas, hábitos, e irnos a un lugar oscuro a dormir”.