Después de varios días de tira y afloja entre el líder opositor venezolano, Juan Guaidó, y el régimen de Nicolás Maduro a raíz de las polémicas fotografías en que el primero aparece posando junto a dos presuntos narcotraficantes, la Fiscalía del régimen ha decidido tomar cartas en el asunto.

Guaidó asegura que fue un encuentro fortuito, que se tomó esas fotos —mientras regresaba a Venezuela tras cruzar ilegalmente a Colombia en febrero— porque así se lo pidieron, como lo hacen otras miles de personas, y que no tiene ni idea de quiénes son esos sujetos, presuntos miembros de la banda criminal de Los Rastrojos.

Incluso este viernes, durante un acto con simpatizantes, el autoproclamado presidente interino del país caribeño bromeó con una mujer que le pidió tomarse un selfie con él, preguntándole si de casualidad no tiene antecedentes criminales.

Sin embargo, para el fiscal general del régimen chavista, Tarek Saab, el material fotográfico es suficiente para iniciar una investigación contra Guaidó por “presuntos vínculos con narcotraficantes y paramilitares”.

Saab aseguró que “ese cuento de que eran seguidores no se lo cree nadie”, y aprovechó para atizar de nuevo al presidente de Colombia, Iván Duque, al afirmar que Los Rastrojos “son criminales a sueldo aliados con el uribismo, el santismo y ahora con Duque”.