La exposición Soñando la fotografía a color. Un siglo de retrato coloreado en México, 1860-1960 reúne más de 140 fotografías de mujeres, niños y familias tomadas en diversos estudios fotográficos de la Ciudad de México. “Es un recorrido histórico a partir del medio fotográfico, empezando por el daguerrotipo, ambrotipo, ferrotipo y haciendo un pequeño paréntesis con algunas imágenes de color directo”, señaló la curadora Tania Sanabria.

“Es la memoria viva de un tiempo que se ha ido perdiendo de manera natural por los avances tecnológicos. Además, nos muestra que el objeto de la fotografía coloreada es único y no se puede igualar ni con los filtros de las cámaras digitales”, dijo en conferencia de prensa Marisol Argüelles, directora del recinto.

Las fotografías coloreadas son testimonio de las aspiraciones de la sociedad mexicana, tomadas en espacios que han dejado de existir o cambiado radicalmente. Los procesos de aplicación de color han variado respecto a las técnicas manuales y materiales con los que se contaba, explicó la curadora . “El daguerrotipo fue la primera técnica fotográfica y desde 1841 existen los primeros daguerrotipos coloreados con el afán de acercarse un poco más a la realidad, la fotografía ya lo había logrado, pero le faltaba el color”.

“Cada época tiene su color y su procedimiento fotográfico. Esto se ve a través de la exposición donde encontramos que los años 20, como reflejo de la influencia de Francia en la sociedad mexicana, tienen colores muy pasteles y en los 40 encontramos el antecedente de Andy Warhol por el color aplicado, pop”

Asimismo, resaltó que 96% de los retratos coloreados son de mujeres o niños, ya que “en una sociedad machista, los hombres no querían que sus rostros fueran pintados”. Por ello, encontramos temas de la infancia como cumpleaños o celebraciones religiosas, así como fotografías que exaltan la femineidad; además de personajes y celebridades como Carmen Mondragón, Nahui Olin, María Félix, Dolores del Río, Katy Jurado, Clark Gable y Joan Crawford, entre otros.

Además, se muestran 10 fotografías de Beatriz Escamilla Cantón, quien aprendió a colorear los retratos desde que tenía 13 años en Foto Ariel. “Son obras de arte, desde la fotografía en sí misma, hasta el tratamiento del color, que podía tardar desde 5 horas, hasta tres días.  El juego de la luz y las sombras, así como los colores de los atuendos los daban las fotografías mismas, lo que permitía que todo se viera real” .

El tono sepia, explicó, era el ideal para que las fotografías fueran pintadas con oleos, gises pastel o lápices en papel ektalurge doble peso, pues permitía que la pintura se deslizara como mantequilla. “Primero, se ponía la fotografía en aceite y ya que estaba en el tono se podía pintar”.

“Ahora el papel fotográfico es de inyección de tinta, el cual requiere mayor cuidado y tiempo para poder trabajar sobre él. La cantidad de detalles necesita que el óleo se seque y, por la porosidad del papel, puedo tardarme días”

La exposición se enmarca en el festival FotoMéxico.

► La exposición Soñando la fotografía a color. Un siglo de retrato coloreado en México, 1860-1960  se podrá visitar a partir del viernes 25 de octubre hasta el domingo dos de febrero en el Museo Mural Diego Rivera. El costo del boleto es de $35.00 pesos.