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La grieta mexicana, una opinión de Arturo Ramos

Lo que llaman en Argentina "La grieta" se ha presentado en México: una división torpe entre los que apoyan a AMLO y quienes no. Irreconciliable, es una discusión tonta, no escucha y cada bando sólo se oye a sí mismo

La grieta mexicana, una opinión de Arturo Ramos

La grieta mexicana, una opinión de Arturo Ramos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El primer síntoma de torpeza es un caudal de adultos jóvenes votando "una revolución " (parafraseamos a Jaime López Aranda) por alguien que tiene la edad suficiente para ser su abuelo; pero la edad es sólo un síntoma biológico de lo que hay en la cabeza de ese candidato: la añoranza por el echeverrismo.

Hoy, Grabiel Zaid ha revisado el lento decrecimiento de un apoyo que llegó a ser generalizado, y que ahora se coloca como equilibrista chino en el 50 por ciento. Lo compara justamente con el echeverrismo y recuerda el cambio de los chistes en torno a aquel personaje que personificó como pocos el rompimiento final de un pacto social emanado de la Revolución Mexicana. Todo lo prometido habría de verse incumplido. Pero, a diferencia de aquella época del siglo XX, ahora la obstinación por apoyar al líder máximo no se efectúa por conveniencia, sino por un maniqueísmo peculiar, propio de este inicio de milenio y que se magnifica en la estupidez que inunda las redes sociales.

"En Argentina le llamamos la brecha", me dijo recientemente un amigo que llegó a trabajar al país. Equiparaba lo que se ve en torno a AMLO con la división a mitades que desata el kirchnerismo. Supongo que es verdad, que esos "debates" en torno a un TEPJF encabezado por un súbdito del líder, a un presidente de la SCJN tentado por la ampliación de mandato y a megaobras faraónicas e inútiles, demuestran que estamos llegando a la Grieta Mexicana. Y que nos vamos a arrojar de cabeza a ella.