Opinión

La Guardia Nacional; traiciones y simulaciones

La Guardia Nacional; traiciones y simulaciones

La Guardia Nacional; traiciones y simulaciones

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Cuando alguien quiere definir la complejidad de una criatura recurre con frecuencia a la figura mitológica de las quimeras o los no menos fabulosos, minotauros, sirenas o hipogrifos, capaces estos últimos de correr parejos con el viento, según nos dice Calderón de la Barca en La vida es sueño.

Sueños también son a veces las quimeras; pesadillas los basiliscos, los behemotes —algo semejante a un elefante híbrido con hipopótamo infernal— o las erinias, esos seres implacables con alas de vampiro, cabellera de sierpes y cuerpo de perro, cuya finalidad es la venganza.

Se trata, en fin, de las creaturas surgidas de la mezcla, son los habitantes de un mundo donde los cuerpos de león y las garras del águila con alas enormes, pueblan el horror.

Forman extrañas naturalezas, como en cierto modo los anfibios o ese engrane dislocado en la maquinaria evolutiva conocido como ornitorrinco, el cual es ovíparo pero mamífero y tiene aletas de pez y pico de pato, o el ya muy conocido de todos nosotros pejelagarto (Atractosteus tropicus) el cual es un pez de agua dulce, con cuerpo fusiforme como de reptil.

Son caprichos de la naturaleza o de la fantasía, son a veces oxímoros y en otras simples contradicciones como dice en otro sentido el gran Renato Leduc, “…nostalgia de las cosas que son para no ser”. Muros de humo.

Pero más allá de la poseía hay asuntos reales de importancia mayor. Cosas como de magia, de prestidigitación o de simple engaño a la mirada, arte del birlibirloque o habilidades para tromper l’oeil (trampear al ojo, dicen en Francia), o hacerle al trampantojo; pues de todo hay.

Y una de esas realidades bifrontes, como el Dios Jano, es la recientemente conformada “Guardia Nacional”, en cuya conformación intervinieron, gracias a la figura democrático-participativa del parlamento abierto, todos los “bienportados”, quienes se sintieron satisfechos de ver cómo se lograba el abatimiento del militarismo y se le garantizaba mando civil a la nueva fuerza de seguridad y protección nacional, sólo para venir a enterarnos, todos, del nombramiento de un militar en activo, uniformado y con galones, entorchados e insignias del generalato, pero en proceso de retiro, lo cual determina su castrense condición, no en el ejercicio profesional, pero sí en la formación, porque no es posible acumular una vida entera en el pensamiento del cuartel o la academia militar en todos sus grados y aun en la célebre Junta Interamericana de Defensa, institución heredera de la célebre Escuela de las Américas, de muy negra leyenda, para olvidarlo todo de sopetón.

El año pasado, cuando ya estaba en funciones el gobierno de transición y el presidente Enrique Peña Nieto comenzaba a disfrutar los placeres de la abdicación y Andrés Manuel López Obrador actuaba como Presidente en preparativos de asunción del cargo, se dio una interesante aparición del general Luis Rodríguez Bucio, en aquel tiempo poco atendida excepto por los interesados en el tema de las Fuerzas Armadas continentales:

“(JID).— Del 7 al 10 de Octubre de 2018, el Liderazgo de la Junta Interamericana de Defensa (JID), conformado por el General Luis Rodríguez Bucio, Presidente del Consejo de Delegados, General Stephen Lacroix, Director General de la Secretaría de la JID, y el General James Taylor, Director del Colegio Interamericano de Defensa (CID), participaron en la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas (CMDA), en Cancún, México.

“Durante este magno evento, los integrantes del Liderazgo de la JID tuvieron la oportunidad de convocar reuniones bilaterales con los Ministros de Defensa de Haití, Perú y República Dominicana, para discutir temas hemisféricos de seguridad y defensa.

“Además, los Generales del Liderazgo de la JID presentaron a los titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional de México (Sedena) y a la Secretaría de Marina – Armada de México (Semar), su disposición de colaboración y buenos deseos al cierre de su actual administración”.

Seis meses después el general Rodríguez Bucio fue presentado como comandante de la Guardia Nacional. ¡Ah! pero en proceso de retiro.

Pero la transformación, la evolución o la construcción de una guardia civil encabezada y organizada por militares, con el criterio de operación y disciplina propio de las Fuerzas Armadas ha causado preocupación en algunos, especialmente en quienes participaron en aquel parlamento abierto por cuya incisiva y decidida intervención se logró “civilizar” lo militar, hasta el punto de “militarizar” lo civil, con personas en retiro o sin él.

La coordinación (una especie de Estado Mayor) de la guardia, es elocuente. Muchos uniformes: el representante de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) el general de Brigada Xicoténcatl Azolohua Núñez Márquez; de la Marina el contralmirante de Infantería Gabriel García Chávez; y por parte de la Policía Federal, la comisaria Patricia Rosalinda Trujillo.

Éstos son algunos datos de su historial:

“(SE).— Patricia Rosalinda Trujillo Mariel, quien forma parte de la Guardia Nacional por parte de la Policía Federal es originaria del Puerto de Veracruz y ha sido considerada por Forbes entre las 100 mujeres más poderosas de México… es originaria del Puerto de Veracruz, médica cirujana con 12 doctorados de los cuales 9 son honoris causa, autora de 28 libros y coautora de seis”.

Pero las cosas no se hacen híbridas únicamente en el gobierno mexicano. Cuando las reuniones en el Senado se desarrollaban con alborozo democrático, el representante de la Alta Comisión de las Naciones Unidas en México, Jan Jarab; decía (11 de febrero2019), como quien le corta un gajo a la epopeya:

“… preocupa que en vez de programar un retiro ordenado y paulatino de las mismas (las FFAA), en tareas que las desnaturalizan y para las que no han sido entrenadas, se proponga crear una nueva corporación con fuertes características militares, y además constitucionalizar y hacer permanente la participación castrense en estas tareas.

“La Oficina reitera su convicción, basada en numerosas experiencias internacionales y en la triste experiencia del propio México, de que la formación y mentalidad de las Fuerzas Armadas (enfocada en combate y eliminación del enemigo, y no prevención, contención, e investigación del delito) no es adecuada para las tareas de seguridad pública, resulta en el quebrantamiento de los derechos humanos y al mismo tiempo favorece la inseguridad…”

Sin embargo, la señora Michelle Bachelet, alta comisionada de los DH en la Organización de las Naciones Unidas, alegre, como si fuera un día de campo, se tiró en los brazos de la conveniencia y con una cierta alcahuetería, lejana de las palabras iniciales de la oficina de su subordinado,  firmó un documento de cooperación con la incipiente Guardia de todos tan temida.

Bueno, no de todos, nomás de los “bienportados”. Así lo dice el sitio lopezobrador.org.mx:

“El presidente Andrés Manuel López Obrador fungió como testigo de honor en la firma del Acuerdo Marco entre el gobierno federal y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, encabezada por Michelle Bachelet, para brindar asesoría y asistencia técnica a la Guardia Nacional en materia de Derechos Humanos y operación de acuerdo con  estándares internacionales.

“Éste es un acto muy importante, podría decir histórico, porque se firma el acuerdo con Naciones Unidas, con la Alta Comisionada de Derechos Humanos, la señora Bachelet, para el acompañamiento de una nueva etapa en el propósito de garantizar la paz y la tranquilidad en nuestro país”, afirmó el mandatario”.

Así pues los recelos de Jan Jarab en el Senado nacional, debidos a las “características militares” y la posibilidad de “constitucionalizar y hacer permanente la participación castrense en estas tareas”, es visto por la señora Bachelet como  una evidencia experimental.

“…La experiencia nos demuestra que no se puede lograr la seguridad sin un pleno respeto a los derechos humanos y que no se puede disfrutar de los derechos humanos sin condiciones de seguridad”, lo cual es una obviedad y una forma de usar el retruécano, como fácil salida para vender asesorías en el Tercer Mundo.

En la ONU también hay erinias, gatiperros y perrigatos; esfinges e hipogrifos.

rafael.cardona.sandoval@gmail.com

elcristalazouno@hotmail.com