Opinión

La humillante derrota de Trump, quien no sabe perder

La humillante derrota de Trump, quien no sabe perder

La humillante derrota de Trump, quien no sabe perder

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Ordenó que el gobierno dejara parcialmente de funcionar hasta que el Congreso le diera el dinero para el muro con México. Tras cuatro semanas inútiles, todo un mes desperdiciado y con su popularidad por el suelo, el presidente Donald Trump finalmente anunció desde el jardín de las Rosas de la Casa Blanca, que el cierre terminaba.

Y terminaba sin muro y sin el dinero. A pesar de los aplausos tupidos de los miembros de su gabinete, fue ése el anuncio de una humillante derrota para un hombre que se les da de gran negociador y que no sabe perder.

Trump, cuya popularidad  se vio reducida a un 37 por ciento de aprobación y con el 58 por ciento de la población en contra a causa de esos 34 días de pleito con la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, no se da por vencido. Al contrario, está convencido que su presidencia terminará mal y sin posibilidades de reelección, si no cumple su mayor promesa de campaña: la construcción del ya famoso muro.

Y es que la furiosa reacción de conservadores de la ultraderecha no se se hizo esperar. Y aun cuando el mandatario explicó que no estaba cediendo, sino sólo dando una tregua, la influyente comentarista Ann Coulter ha dicho que el hecho de que haya cedido  “es buena noticia para George Walker Bush, porque ya no es el hombre más débil que ha sido presidente de los Estados Unidos”. Según ella ahora es Donald Trump.

Así las cosas, el mandatario advierte que si para el 15 de febrero no se le satisface el capricho, el gobierno podría otra vez dejar de funcionar. No le importan el casi millón de burócratas que podrían de nuevo quedar sin suelo y los cientos de servicios que quedarían otra vez sin operar.  Sin embargo el verdadero peligro en la actitud del presidente, radica en su amenaza de, por decreto, declarar la frontera sur un caso de Emergencia Nacional y con eso poder ordenar a las fuerzas armadas que levanten el muro.

Como se sabe, el jefe de la Casa Blanca admira a los gobernantes que a toda costa hacen lo que quieren, pero hasta ahora las emergencias nacionales se dictaban casi exclusivamente en casos de guerra o terrorismo y en excepciones, cuando desastres naturales. De hecho las Fuerzas Armadas de este país por ley no se pueden usar para asuntos internos, aunque se han dado casos extremos como cuando el huracán Katrina azotó Nueva Orleans y miembros del ejército fueron enviados a poner orden.

Para los analistas, gobernar por decretos, es el primer paso a transformar una democracia en dictadura. Declarar una emergencia nacional en la frontera sería un esfuerzo desesperado de Trump por aferrarse al poder que se le está yendo de las manos ahora que los demócratas controlan la Cámara baja. Y el mandatario ya ha mostrado cierta preferencia por este estilo de gobernar.

En los dos años que lleva en el poder ha emitido 91 órdenes ejecutivas, como fue el caso cuando rompió el Acuerdo Nuclear con Irán que Barack Obama había pactado. Otro ejemplo fue el retirarse del Acuerdo de París sobre el cambio climático y del Tratado Comercial Trans-Pacífico. En muchos casos Trump ha actuado por decisión propia, como cuando se encontró con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, a pesar de los consejos de sus asesores y al anunciar el retiro de tropas de Siria, que ahora no se sabe si algún día será realidad.

Sin embargo declarar Emergencia Nacional en la frontera serían palabras mayores porque no existe en realidad una crisis de ningún tipo que requiera respuesta inmediata de parte de Washington. El cruce de personas sin documentos alcanzó su índice más bajo en los últimos dos años.

En cuanto a los cuatro mil terroristas que la Casa Blanca dice, han sido detenidos cuando entraron desde México, eso está comprobado que es mentira. El número es exagerado y quienes lo hicieron fueron detenidos en aeropuertos alrededor del mundo. En todo 2018, sólo seis individuos sospechosos no estadunidenses fueron arrestados en la frontera sur.

En todo caso, los expertos sostienen que el presidente Trump será impaciente, irresponsable, con mal temperamento,pero no tonto. Sabe que el Congreso no cederá y no se expondrá a un suicidio político por complacer a sus bases, insistiendo en un muro,  que todos sabemos nunca se levantará.

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