Opinión

La investigación del INCMNSZ durante la pandemia

La investigación del INCMNSZ durante la pandemia

La investigación del INCMNSZ durante la pandemia

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Tan pronto como inició la pandemia, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) se abocó a la planeación para la atención del tsunami que se veía venir de pacientes con COVID, por lo que se planeó una reconversión del Instituto para ser un hospital de atención exclusiva para pacientes con esta enfermedad. Se consideró que no podíamos tener simultáneamente pacientes tanto COVID como no COVID, ya que muchos de nuestros enfermos tienen padecimientos como diabetes, obesidad, cáncer o problemas inmunológicos que serían de alto riesgo para el desarrollo de las formas graves de COVID. La reconversión del Instituto incluyó la instalación de sistemas de monitoreo en todas las habitaciones para reducir la probabilidad de contagio del personal y el incremento en las camas disponibles para terapia intensiva. Se adquirieron ultrasonidos, ventiladores, equipos de protección personal y todo giró alrededor de esta nueva enfermedad. En el mes de agosto, con la disminución de casos en la primera ola, se inició la des-reconversión del Instituto para volver a atender a nuestros pacientes. Con lo que ya habíamos aprendido de la enfermedad se pudo hacer un plan para ser un hospital híbrido, con el mínimo riesgo para nuestros enfermos no COVID, así como para el personal del Instituto. No sabíamos entonces que vendría una segunda ola mucho peor que la primera. Hoy tenemos la mitad de las camas para atender a nuestros pacientes no COVID y la terapia intensiva COVID ya ha podido reducirse.

Fiel a su tradición el INCMNSZ inició en forma paralela un trabajo de igual intensidad en la investigación clínica. Nos enfrentábamos a una enfermedad nueva de la que había poca información y debíamos iniciar los estudios necesarios para entenderla y tratarla de la mejor manera posible. El 26 de marzo del 2020, a menos de un mes de que se documentó el primer paciente con COVID en México, se registró el primer estudio observacional y pocos días después, el 13 de abril, el primer ensayo clínico controlado. Durante el resto del 2020 se registraron 109 protocolos de COVID, 78 observacionales y 31 de intervención, y en lo que va del 2021 otros 19 más, para un total de 128 protocolos. Cada uno de estos tuvo que ser analizado y autorizado por los comités de investigación y de ética en investigación del Instituto, lo que representó un trabajo arduo, en el que fue necesario pasar de sesionar cada 15 días, a hacerlo al menos tres o más días de la semana. Los estudios de intervención requirieron, además, autorización por Cofepris.

Al final de marzo de 2021, investigadores del Instituto han sido responsables o han participado como colaboradores en la publicación de 107 artículos de investigación. La inmensa mayoría son originales. Hay algunas revisiones y cartas al editor. Del total de publicaciones, investigadores del Instituto son responsables de 71 artículos, lo que significa el 67% de la producción. En el otro 33% (36 artículos) uno o más miembros de la comunidad del instituto participaron en estudios internacionales con diversos grupos alrededor del mundo. Cuando se trata de entender a una enfermedad lo más rápido posible, juntar observaciones de diversos lugares hace que se logre un número suficiente de pacientes como para obtener conclusiones. El hecho de que el Instituto haya participado en tan diversas colaboraciones internacionales, habla del reconocimiento que tenemos por pares en diversas partes del mundo. Así mismo, algunos de estos son ensayos clínicos de talla internacional.

De los 71 artículos surgidos del Instituto, 19 fueron publicados en revistas mexicanas como Salud Pública de México, La Revista de Investigación Clínica, Gaceta Médica de México y la Revista Mexicana de Gastroenterología. Las primeras tres indizadas en el Journal of Citation Reports, con un promedio de 1.67. El resto, 41 publicaciones han aparecido en diversas revistas internacionales con factores de impacto que van de 0.25 a 25, para un promedio de 4.40. La mayoría de estos trabajos muestra al COVID en las diferentes especialidades que se cultivan en el Instituto y en las que existen factores de riesgo asociados con la gravedad de la infección como la diabetes, obesidad o enfermedades reumatológicas. Varios muestran la historia natural de la enfermedad en nuestro medio y proponen diversos índices para predecir la evolución de la enfermedad o proponen datos clínicos o de laboratorio que alertan a tomar medidas tempranas para evitar un desenlace fatal. Destaca un trabajo que muestra la tragedia de la mortalidad por COVID en el personal de la salud en México, cuya simple lectura haría a cualquiera promover la vacunación en este sector de manera urgente. Así mismo, hay también en estas publicaciones algunas reflexiones éticas en torno al ingreso y manejo de pacientes con COVID. Finalmente, en el desarrollo tecnológico, se generó el ventilador VSZ-20-2, del que se han visto beneficiados varios hospitales.

Falta mucho por hacer y lo mejor está por venir. Muchos de los protocolos iniciados en la segunda mitad del 2020 o en este año, aún no han terminado y de ahí se desprenderán resultados interesantes. Algunos de ellos son ensayos clínicos originales del Instituto. Uno de los investigadores me ha mostrado resultados de un ensayo clínico controlado que se ven muy prometedores, del que no puedo comentar todavía en este espacio por respetar la confidencialidad que se requiere en los procesos involucrados en el reporte de resultados científicos, pero espero que pronto vean la luz y serán de mucho interés para la comunidad. En su momento le dedicaré un editorial.

El papel y empuje del Instituto en el manejo de la pandemia de COVID ha sido notorio a la población, pero no así el de la investigación que ha sido tan intensa como la asistencia. En este editorial quiero rendir homenaje y reconocimiento a los investigadores del instituto que le han entrado de lleno, con la misma pasión que el resto del personal lo ha hecho con la asistencia, a generar conocimiento que es fundamental para el futuro de la atención de enfermos.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM.