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La Luna es terrestre y extraterrestre también

La teoría más favorecida por la ciencia es que un planeta chocó con la protoTierra en los albores del Sistema Solar, señala José Franco, quien publica Alunizaje, que conmemora la llegada de la humanidad al satélite

La teoría más favorecida por la ciencia es que un planeta chocó con la protoTierra en los albores del Sistema Solar, señala José Franco, quien publica Alunizaje, que conmemora la llegada de la humanidad al satélite

La Luna es terrestre y extraterrestre también

La Luna es terrestre y extraterrestre también

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La humanidad llegó hace 50 años a la Luna, sin embargo, desde sus orígenes sus ojos y su imaginación ya estaban ahí. Milenios después, sabemos mucho sobre el satélite, todas sus mitologías, todas sus historias e incluso tenemos teorías sobre su origen; tiene un significado poético y literario, una representación artística y una explicación científica. De muchas formas, en la luz solar que refleja, también se encuentra impresa la historia del ser humano.

La Luna como ese conducto es la narración de Alunizaje (Turner), escrito por el astrónomo José Franco, que se publica en conmemoración de los 50 años de la llegada de la humanidad a la Luna, pero cuya historia inicia mucho antes y continúa mucho después. “Llegar a la Luna ha sido un logro trascendental para la humanidad, pero el terreno es más fértil y extenso para hablar sobre su contexto en la ciencia, el arte, la antropología y la literatura…”, señala en entrevista el investigador del Instituto de Astronomía y también expresidente de la Academia Mexicana de Ciencias.

“La noche y la Luna —escribe— forman un binomio que rebasa el dominio de la astronomía; representa un magnífico mirador para asomarnos al arte, la filosofía, la teología y la historia”.

Un verso de García Lorca, un poema de Jaime Sabines o un epígrafe de Shakespeare fluyen entre las concepciones romanas y prehispánicas acerca de la Luna; de la narración sobre el castigo a Coyolxauhqui y el funcionamiento del calendario maya, el lector se conduce entre un verso de Zhivka Baltadzhieva y las figuraciones de Borges o las sentencias de ­Beckett. El libro es una pasarela literaria que se conjuga con la obra de Lucía Hinojosa, joven artista mexicana, que zigzaguea a lo largo de éste.

Alunizaje es una obra sobre el impacto del satélite en nuestra cultura, pero vinculado de forma integral a la ciencia sobre éste, la cual ha sido desarrollada a lo largo de los últimos siglos. Ese viaje paralelo inicia en la formación del Universo y la generación de los elementos químicos en él, así como la creación del sistema solar y de su gran variedad de lunas, pero además, de cómo la Luna influye en la Tierra misma y en nuestra biología. “Es un relato para amenizar a los lectores, pero con ciencia”.

En esa travesía pasa insoslayablemente a través de las misiones espaciales del siglo XX, los satélites, los robots y los seres humanos que las protagonizaron; hace un recorrido por la Guerra Fría, la carrera espacial y los proyectos de las agencias soviética y estadunidense, de ese escenario álgido que fue el contexto en el cual triunfó la misión del Apolo XI.

La nueva carrera espacial que acontece hasta nuestros días es bosquejada por Franco, así como las nuevas investigaciones que llevarán al ser humano de regreso a la Luna y más allá. La investigación y la ciencia continuarán resolviendo preguntas y generando otras más sobre la Luna, y aunque hay mayor conocimiento sobre la superficie lunar que sobre las profundidades de los océanos terrestres, hay algo que la humanidad no podrá saber con total certidumbre; su origen. Poético y científico a la vez.

COLISIÓN… ¿DESCABELLADA? ­José Franco expone las versiones-teorías que explican mejor el origen de la Luna: se formó junto con la Tierra en los inicios del Sistema Solar; se formó en otro lugar del Sistema Solar y fue atrapada por la Tierra posteriormente; o ninguna de las dos, dando lugar a la más interesante y dramática de todas. “Un objeto colisionó con la Tierra y la Luna fue producto de ello”.

Si la Luna se hubiera formado conjuntamente con la Tierra, repasa, estarían conformadas por el mismo material, con composiciones y proporciones químicas iguales, “pero sabemos que no es así; hay algunas coincidencias, pero también diferencias importantes”.

Dos: si hubiera sido atrapada por la Tierra, proveniente desde otra región del Sistema Solar, serían totalmente diferentes en su composición, lo cual tampoco es así. “Es una mezcla de las dos, lo cual explicaría las similitudes y diferencias que se han encontrado, lo cual nos hace pensar que su composición proviene de la Tierra, pero también de otro lado”.

Con esto, la teoría más favorecida es la de la colisión, que al principio parecía descabellada. Al analizar muestras de rocas lunares, los terrícolas hallaron esas similitudes y diferencias entre la composición del satélite y la Tierra. “Pero también hubo un desarrollo en la capacidad de cómputo para simular el evento”.

Los investigadores se dieron cuenta, al contrario de lo que se pensaría comúnmente, que en un choque de la protoTierra con otro cuerpo celeste genera un objeto de menor masa, de manera rápida y eficiente, en vez de que todo se disipe. “Así, la Luna se habría formado en un tiempo relativamente corto para la edad del Sistema Solar”.

Entonces, la idea más aceptada hasta ahora es que cuando todo el Sistema Solar estaba en formación —hace más de cuatro mil 500 millones de años—, y cuando había una gran cantidad de material que migraba de un lado a otro para formar los planetas, ocurrió una colisión entre la protoTierra y otro planeta que generó nuestra Luna, explica el astrónomo.

“Sin embargo, en ciencia no está todo escrito ni hay una respuesta total que lo explique todo. De haber ocurrido esto, la pregunta inmediata es ¿dónde está el otro planeta que colisionó o sus pedazos? ¡¿Quién sabe?! Sabemos mucho sobre la Luna y desconocemos detalles de su origen, lo más probable es que haya ocurrido de esta forma”, la más poética.

►  José Franco presentará Alunizaje hoy en Universum a las 12 horas, el próximo jueves en la Agencia Espacial Mexicana y el viernes en al Instituto de Astronomía de la UNAM.