La líder birmana y controvertida premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, acudió ayer a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para defender los intereses del régimen militar frente a la acusación de que cometieron genocidio contra la minoría musulmana de los rohinyás.

Suu Kyi no intervino en el primer día de juicio, pero se espera que hoy intervenga, tras escuchar ayer las alegaciones de Gambia, el pequeño país africano que denunció al Estado birmano y que cuenta con el respaldo de los 57 países de la Organización para la Cooperación Islámica.

“Otro genocidio está sucediendo ante nosotros, pero no hemos hecho nada para pararlo”, y “lo único que pide Gambia es que se le diga a Myanmar que detenga estos asesinatos sin sentido, estos actos de barbarie que siguen escandalizando nuestra conciencia colectiva”, declaró el ministro de Justicia de Gambia, Abubacarr Tambadou.